domingo, 31 de julio de 2011

Objetivo cumplido

El 20-11-2011 se celebrarán las próximas elecciones generales. Así lo ha decidido el presidente del Gobierno. El PP ha conseguido al fin que el Gobierno claudique y no agote la legislatura, anticipando la convocatoria electoral cuatro meses sobre la fecha prevista.

El presidente del Gobierno tenía razones muy consistentes para mantener la fecha electoral de marzo, coincidiendo con el fin de la legislatura. En primer lugar, hubiese permitido aprobar unos nuevos presupuestos para el 2012 para hacer frente a la crisis y ajustarse a los objetivos recogidos en el ‘Plan de Estabilidad’. Los presupuestos hubiesen contado con el apoyo del PNV y CC, que habían devenido en sus socios naturales de gobierno en esta última etapa. Sin embargo, el presupuesto tendrá que ser prorrogado; opción poco recomendable para el momento actual.

El momento actual es crucial. Es el momento de gobernar. Este Ejecutivo pasará a la historia como un gobierno reformista. Ha realizado y está acometiendo las mayores reformas que jamás haya acometido un gobierno en España. Reformas que va a permitir modernizar nuestra economía y mejorar su competitividad. El adelanto de las elecciones supone un freno a las reformas que se están abordando y que están tramitándose en estos momentos en las Cortes Generales.

Sin embargo, el PP se ha dedicado a dinamitar la gestión política del gobierno ante la crisis, y a generar desconfianza en los mercados, con un solo objetivo: practicar una política de tierra quemada para posibilitar la llegada de su líder carismático, el Sr. Rajoy, a La Moncloa, cuanto antes mejor; el país no importa, los españoles no importan. Lo importante para los populares es conseguir el poder, cueste lo que cueste.

Esta semana ha servido de botón de muestra. El Consejo de Política Fiscal y Financiera ha puesto de manifiesto la falta de compromiso de las comunidades autónomas gobernadas por el PP con los objetivos de déficit público y endeudamiento del Estado. Para ellos la única opción era la convocatoria de elecciones; los mercados han respondido con rapidez: la prima de riesgo se ha disparado por encima de los 310 puntos básicos. ¡Qué se podía esperar! El mensaje que se traduce es que España es un país poco serio. ¿Quién tiene la culpa de esta imagen y sus consecuencias? El Gobierno o quienes la pasión por el poder les ciega. Ante esta situación lo sensato era la convocatoria de las elecciones generales, como ha hecho el presidente del Gobierno.

¿Qué podemos esperar de respuesta a la crisis si gana el PP? Me temo que más de lo mismo. Basta escuchar las declaraciones del presidente de Xunta, Sr. Feijóo, tras la cumbre reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera para comprobar cómo se rezuma rencor y se vende humo. Este personaje, uno de los más carismáticos y representativos del PP, es el mismo que fue capaz presidiendo el Insalud de iniciar obras en centros sanitarios por valor de 16.000 millones de pesetas del año 99 sin haber sido adjudicadas; el mismo que presentó el proyecto del hospital de Majadahonda sobre una maqueta, sin que este estuviese aprobado, ni redactado; el mismo que contrató un gabinete de prensa externo para que lo promocionase, y sólo se dedicó a ello, sin prestar atención a los temas propios de su negociado.

Así es el PP. De momento han cumplido su objetivo. El 20-N hay que pararlos. ¡Por el bien de España y los españoles!












sábado, 23 de julio de 2011

Al borde del abismo

¡Qué alivio! Al menos de momento. Europa ha estado una vez más al borde del abismo. Por suerte, la canciller alemana, Angela Merkel, ha cedido y ha sido posible acordar una serie de medidas que permiten no solo salvar a Grecia, sino también mantener el euro.

El segundo rescate de Grecia ha ido acompañado además de reformas estructurales del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF). Se ha reforzado el fondo con 400.000 millones para que pueda comprar deuda pública de los países con problemas; refinanciar instituciones financieras; garantizar la deuda de los países rescatados y ofrecer créditos como medida preventiva a los países que tengan necesidades sin necesidad de un plan de rescate. El FEEF se convierte así en una herramienta dinámica, capaz de prevenir situaciones como la que hemos vivido estas últimas semanas.

La incertidumbre del pago de la deuda griega ha generado un incremento alarmante de la prima de riesgo, en especial en España, Italia y Bélgica, que en realidad se han convertido en los paganos de esta situación. Desde la existencia del euro esta situación ha sido la más crítica. Ha puesto de manifiesto las debilidades de una moneda que responde a una zona de libre comercio con economías muy heterogéneas. La zona euro ha revelado su vulnerabilidad en una economía globalizada, donde los mercados financieros campan a sus anchas.

Europa necesita reglamentar un conjunto de instituciones que garanticen su estabilidad y permitan dar consistencia a sus acuerdos y mecanismos de intervención, que supere la actuación interesada de los dos grandes países; o si quieren locomotoras. Europa tiene que ir dando pasos para desarrollar una política económica única, que de forma progresiva nos permita avanzar hacia la unión política. Es un reto a largo plazo que hemos de construir poco a poco. Y en el que no sólo gana Europa, sino todos los países que lo integran.

De entrada, solo con el anuncio del acuerdo alcanzado en Bruselas entre los líderes de los 17 países de la zona euro, los índice bursátiles se han disparado y la prima de riesgo de los países amenazados, entre ellos España, ha bajado y seguirá bajando los próximos días. Ahora únicamente queda que los parlamentos nacionales ratifiquen el acuerdo y no tengamos ningún sobresalto. Ha llegado el momento de la remontada. Es el momento de crecer, mejorar la competitividad y la productividad de la zona euro, y empezar a crear empleo y generar futuro.



lunes, 18 de julio de 2011

Decoro político

El historiador griego Plutarco, en su narración sobre la ‘Vida de Julio César’, afirmó que “a la mujer del César no le basta con ser honrada, sino que, además, tiene que parecerlo”. Hoy esa afirmación, salvando los tiempos y las costumbres, es perfectamente trasladable a la vida política. Los políticos, como servidores públicos, hemos de ser un referente social en el ejercicio de nuestra actividad, y trasladar a nuestra vida personal la dignidad y respeto como los representantes populares que a priori nos otorga nuestro papel institucional.

Durante esa última semana, sin embargo, las aguas han andado revueltas. El procesamiento del presidente de la Generalitat Valenciana; el caso Murdoch con la puesta en escena, una vez más, de las andanzas del ex presidente del Gobierno del PP; y las presuntas andanzas nocturnas de un senador socialista, circunstancia que se repite una y otra vez en el ámbito parlamentario. Basta recordar la detención del presidente de Nuevas Generaciones del PP, y también diputado nacional, hace unos meses en La Castellana, por conducir con una tasa de alcohol muy por encima de la permitida legalmente. La hemeroteca está salpicada de actitudes impropias de los parlamentarios en la noche madrileña.

Todas estas situaciones contribuyen al desprestigio de los políticos españoles. Se acuña así, día tras día, una imagen de vividores. Sin embargo, la realidad es muy diferente. Quienes actúan sin ningún tipo de decoro son una minoría que no representan a la inmensa mayoría que día a día desarrollamos nuestra labor de servicio público.

La responsabilidad y el decoro están asociados a la actitud de las personas que ejercen la acción política. El presidente Camps, una vez, procesado debiera presentar su dimisión, como en su momento hizo el presidente de la Junta, Demetrio Madrid, a pesar de que después fue absuelto. Pero se trata de una decisión personal que denota, por parte del presidente Camps, una falta de respeto por sus electores y una convicción democrática débil. En esa misma línea se mueve la diputada Ana Mato. Ella que ha sido beneficiaria directa de prebendas del caso Gürtel, tal y como se recoge en el sumario, se ha atrevido a decir que “Camps es una persona honrada”. Por dignidad y respeto a los ciudadanos debiera permanecer callada.

Y qué decir del Sr. Aznar. Estos días hemos conocido que cobra 156.000 euros por pertenecer al Consejo de Murdoch. Un ex presidente sin escrúpulos, que está rentabilizando personalmente su paso por el gobierno mediante su participación en lobbys económicos en los que su yerno tiene un papel esencial. Sin comentarios.

En un plano distinto, pero no por ello menos grave, se encuentran los vividores de la noche que ponen en escena sus bajas pasiones, en muchos casos quebrando derechos fundamentales de los que debieran ser garantes. Predicar con el ejemplo es importante, sobre todo si se quiere tener respeto y dignidad.

Por suerte, los que viven al margen del debido decoro que requiere y merece la vida política son muy pocos. Pero hay que ver el daño que hacen estos pocos.





domingo, 10 de julio de 2011

Alfredo

El sábado, como otros muchos dirigentes del PSOE, tuve la oportunidad de escuchar a Alfredo en el acto de proclamación de su candidatura en Madrid. El sábado anterior los secretarios provinciales del partido tuvimos la oportunidad de departir con él en un encuentro en Ferraz. Ni en uno ni en otro acto me sorprendió: constaté que tiene las ideas claras y un proyecto de país, en un momento tan difícil como este, para seguir trabajando para salir de la crisis. Un socialdemócrata moderno, sensato y pragmático en un marco político y social muy complejo, donde la economía de mercado da a veces muestras de agotamiento.

Alfredo es el de siempre, Rubalcaba. Hombre sencillo, austero, sensato, resolutivo y sin estridencias. El mismo que en el año 94 participó en Segovia en una tertulia política organizada por la Asociación Cultural ‘Juan Bravo’ y que tuve la oportunidad de moderar. Ha tenido y sigue teniendo los pies en la tierra. Y, lo que es más importante, con la cabeza muy bien ordenada. Muchos de los errores de comunicación que hemos cometido en los últimos ocho años de Gobierno posiblemente no se hubiesen producido si Rubalcaba hubiese llevado la batuta. Y, en este caso, nuestras expectativas electorales en estos momentos podrían ser otras.

No lo tenemos fácil, y él tiene una papeleta muy complicada como líder. Una gran parte de la ciudadanía está agobiada ante los problemas que traduce la crisis: el desempleo juvenil, las bajas retribuciones laborales, la incertidumbre ante las expectativas personales… Por eso, muchos españoles quieren un cambio. Quieren comprobar si con una alternativa distinta al actual equipo de Gobierno socialista se produce el milagro de salir de la crisis de un día para otro. En esta clave se ha votado en las últimas elecciones autonómicas y locales. Este componente emocional choca radicalmente con la actitud y propuestas de una derecha echada al monte, que un día tras otro obstaculiza la acción de gobierno, lo que no contribuye a dar respuesta a los problemas que tienen los españoles. Donde el remedio puede ser mucho peor que la enfermedad.

Este es el gran reto de Alfredo. Convencer a los españoles de que en un momento de enorme dificultad como este toda turbulencia es mala. Y es que, como recuerda el refranero, “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”. En el acto de proclamación en el Campo de las Naciones, Alfredo demostró que es un político orientado a dar respuesta a los problemas de país. Nada de palabras rimbombantes y huecas; nada de promesas, ni estridencias. Su discurso marcan las cuatro líneas de acción prioritarias que requiere la repuesta a los problemas que tiene España.

Los españoles a lo largo de los próximos meses tendrán la oportunidad de comparar a los líderes que han de pilotar la nave en los próximos años. La diferencia es notable por muy baja que sea la capacidad de percepción. Ahora lo que hace falta es que los españoles se dejen llevar por la cabeza y menos por el corazón. Creo que si hacemos eso todos saldremos ganando. Todos menos uno, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien una vez más podrá demostrar que es un hombre de retos y con vocación de servicio público.









El vídeo


domingo, 3 de julio de 2011

El ejemplo luso

Passos Coelho, el nuevo primer ministro de la coalición gubernamental de centro derecha en Portugal, ha anunciado un nuevo tributo extraordinario equivalente al 50 por ciento de la paga de Navidad en la cuantía que exceda el salario mínimo -485 euros/mes-. La medida afecta a tres millones de portugueses. Se da la circunstancia de que esta medida no está incluida en el acuerdo firmado con la Unión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que han impuesto un durísimo programa de austeridad de tres años a cambio de 78.000 millones de euros para poner en orden las cuentas públicas.

El anterior jefe de Gobierno, el socialista Sócrates, se vio avocado a disolver las cámaras al negarse el actual partido de gobierno, el PSD, entonces principal partido de la oposición, a aceptar las medidas de ajuste propuestas por el gobierno socialista para hacer frente a la crisis. Con posterioridad fue necesario el rescate por parte de la UE. Al actual jefe de Gobierno durante al campaña electoral del mes de mayo repitió una y otra vez que no se podía pedir más sacrificios a los portugueses. Verlo para creerlo. Claro que en aquel momento las encuestas le daban como favorito para las elecciones.

Hoy, los populares, con su líder al frente, Mariano Rajoy, claman por la convocatoria de elecciones generales ya. Este fue su único y reiterado mensaje en el debate del estado de la nación. Un 50 por ciento de la opinión pública española está más preocupada por la fecha en la que se celebrarán las elecciones que por las medidas que se han de adoptar para impedir los destructivos efectos que la crisis esta provocando en el crecimiento económico, en el tejido productivo, en las políticas sociales y en el empleo. No podemos distraernos ni descuidar el impulso de las reformas ya iniciadas, ni las que aún faltan por concretar. Con la que está cayendo, este país no se puede permitir una prórroga de presupuestos. Sería tanto como llevar el barco al puerto sin rumbo durante un año.

En el futuro, todo será distinto. El sector público ha de fundamentar su actuación en pautas de austeridad y eficiencia. El crecimiento, cuando llegue, se ha de asentar sobre nuevos nichos de actividad y el Estado del Bienestar tendrá que reformularse para garantizar su futuro. La austeridad marcará la pauta de la política económica. Y nos queda mas remedio que adaptarnos a las directrices que nos vienen de Europa, o bien soltar amarras y cabalgar por la senda de la incertidumbre. Europa es nuestra tabla de salvación, aunque ello conlleve enormes sacrificios y nos esperen tiempos difíciles. El futuro de España pasa inexorablemente por Europa.

La situación que se atisba es muy diferente a la que promete Rajoy. El ladrillazo no volverá. El espejismo económico que vivimos desde el 2000 hasta el 2008, era eso, un espejismo. Y el PP debiera poner los pies en la tierra, mucho más cuando todo apunta a que puede ganar las próximas elecciones generales.

El PP ha demostrado hasta el momento una absoluta irresponsabilidad en el ejercicio de la oposición. Intentó en mayo de 2010 derribar al Gobierno socialista siguiendo la misma estrategia que el actual primer ministro de Portugal, lo que hubiese tenido enormes costes colaterales para los españoles.

A Rajoy y al PP lo único que les interesa es llegar al poder como sea. Si llegan, no tendrán ningún reparo en aplicar el nuevo modelo portugués; o en despedir a 500.000 funcionarios como pretende hacer la derecha británica. Fue el propio Rajoy quien, en su momento, afirmó que en caso de llegar al poder haría algo como lo que propone Cameron. Hay cosas que la derecha lleva en los genes. El PP, si llega al poder, meterá “motosierra” frente a “tijeras” para abordar la crisis. Lo han hecho sus homólogos europeos. Espero que prime la sensatez, y los españoles no tengan un ataque de locura.