lunes, 30 de abril de 2012

Angustia y ruina

Los españoles han pasado en pocos meses del miedo a la angustia vital. No es para menos. El paro, nuestra principal preocupación, ha crecido en los tres primeros meses del año a un ritmo infernal. La tasa de paro se sitúa en el 24,4 por ciento, pero la tasa de paro juvenil alcanza en la Epa del primer trimestre de este año 2012 el 52,01 por ciento. Quien más quien menos ya no solo sufre el problema de sus hijos o familiares, sino que tiene miedo a perder el empleo.

La situación es muy compleja. Las medidas de ajuste que la Sra. Merkel está imponiendo a Europa no solo no nos van a sacar de la crisis, sino que nos van a llevar a cifras por encima de los seis millones de parados, gracias a la facilidad que ofrece la Reforma Laboral del PP. Los españoles cada vez son más pobres y la dispersión de la renta cada vez es mayor tanto social como territorialmente. El socialista Hollande se ha convertido en la esperanza de muchos españoles. Solo su victoria puede contribuir a flexibilizar el pacto fiscal y a poner en marcha medidas de reactivación de la economía que puedan crear algo de empleo y dar respuesta a quienes más lo necesitan.

A los datos del paro de la última Encuesta de Población Activa (Epa) le ha acompañado el anuncio del cambio de estrategia del Gobierno en su política económica. Después de muchas vacilaciones, el Ejecutivo ha decidido que subirá los impuestos indirectos, el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), entre otros, para reducir el déficit público hasta el objetivo final de estabilidad del 3 por ciento. Una medida que ha sido impuesta por Europa. El Gobierno del PP se resistía por ser esta una de las pocas medidas con las que el PP batía ante la opinión pública su carácter diferencial con respecto a los socialistas.

En los ya casi cuatro meses de gobierno popular quedan pocas propuestas de su programa por incumplir: dijeron que no iban a subir los impuestos; y los han subido tanto los directos –IRPF e IBI-, como subirán los indirectos; dijeron que no tocarían ni las pensiones, ni la sanidad ni la educación; y han bajado el poder adquisitivo neto de los pensionistas y han aprobado un recorte de 10.000 millones en la sanidad y en la educación. Lo que no dijeron es que no fueran a mentir, y siguen mintiendo.

Para los populares todas las medidas de ajuste son una consecuencia de los incumplimientos y mala gestión del gobierno socialista, incluido el cambio de modelo de radio televisión española. Rajoy, “el mudo”, sigue gobernando igual que hacía oposición: la culpa de todo es del PSOE. Hay quien todavía se lo sigue ‘comprando’. El incumplimiento del objetivo del 6 por ciento de déficit de este año – acabó en el 8,8 por ciento- tiene su origen en las comunidades autónomas –CCAA-, y en concreto en la sanidad y la educación. Da igual que el PP gobierne en la mayoría de las CCAA. Miente, que algo queda; más cuando la mentira se propaga por la mayoría de los medios afines y el asalto a la radio televisión pública ya está en marcha.

La mentira deteriora a nuestro Gobierno y mina su credibilidad, y, por tanto, la confianza en la economía española. Los mercados se resienten, aunque el presidente no lo entienda. Lo mismo que se resienten los españoles y el consumo.

El Gobierno está utilizando la mentira y el miedo como arma para salvar su responsabilidad política. Sus ministros han llegado a afirmar que durante la legislatura no se creará empleo y que la economía es posible que no remonte en los próximos cuatro años. Eso unido a las improvisaciones, bandazos continuos, claras muestras de impotencia del Gobierno y el oscurantismo y miedo del presidente, que le llevan a esconderse de la opinión pública y del parlamento, están generando un enorme angustia vital en los españoles.

No nos vamos de vacaciones; no compramos productos de primera necesidad; nos privamos de salir con los amigos y vivimos con la espada sobre el cuello. El PP no quiere seguir el ejemplo de Zapatero, que intentaba infundir optimismo al país para que no se resintiese la economía, y su optimismo antropológico devino en una pérdida absoluta de credibilidad, mas cuando no acompañaba la economía; pero el pesimismo del PP, para salvar sus muebles, nos lleva a la ruina y angustia absoluta. Digo yo que habrá un término medio. Los españoles nos lo merecemos.





domingo, 22 de abril de 2012

Segovia necesita compromiso

El proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2012 denota la falta de compromiso del actual Gobierno con Segovia. Segovia es la provincia de España donde es más baja la inversión en 2012 -48 millones de euros- con respecto al año anterior. Un 61,5 por ciento, frente a la media del 17 por ciento. A los segovianos se les exige un sacrificio cuatro veces superior al resto de los ciudadanos españoles.

Se trata de unos presupuestos austeros. Solo de esta forma se puede disminuir la importante brecha existente entre gastos ingresos, al haber caído éstos drásticamente. Y así cumplir con el objetivo de estabilidad presupuestaria contraído con nuestros socios de la Unión Europea. Pero el reparto de la carga ha de ser equitativo, y para los segovianos estos presupuestos no lo son. Nuestra disposición a poner el hombro para salir de la crisis ha de ser pleno, pero en ningún caso se nos puede asfixiar.

Segovia tiene proyectos muy urgentes y necesarios en los que es necesario avanzar paso a paso, aunque sea de forma lenta. Es el caso de las obras públicas, como el desdoblamiento y cierre de la actual variante, SG-20; o la búsqueda de una solución para la travesía de la N-VI por San Rafael. En un año de sequía como el actual las carencias en infraestructuras para garantizar las reservas de agua se ponen de manifiesto con más intensidad que nunca. Sin embargo, en estos presupuestos han desaparecido las partidas que aparecían en años anteriores. Lo mismo ocurre en materia patrimonial y cultural. La asignación al Teatro Cervantes y a las Murallas de Cuéllar es testimonial y premonitoria de la desaparición de estos proyectos en los próximos años.

En los presupuestos de inversión de 2012 no están todas las iniciativas que nuestra provincia necesita, y la asignación anual en algunas de ellas es insuficiente y testimonial. El coste consignado de los proyectos en algunos casos, como la SG-20 o el Teatro Cervantes, no tienen nada que ver con la realidad. Los presupuestos para Segovia tienen un fuerte componente virtual y su ejecución me aventuro a pronosticar que será muy baja. Esta valoración la podrá afirmar o desmentir la nueva subdelegada –que por cierto ha manifestado su satisfacción con estos presupuestos para Segovia- cuando presente su balance de ejecución como representante del gobierno del PP, si es que lo hace.

Los socialistas hemos presentado enmiendas a estos presupuestos por valor de 5,6 millones de euros. Un 11, 6 por ciento más que la asignación inicial, pero que nos siguen dejando aún con mucho margen en la cola de España. El PSOE ha presentado 10 enmiendas desde la responsabilidad. La mayor partida de 2,8 millones de euros se focaliza en el desdoblamiento de la SG-20, que soporta algunos días un flujo de tráfico de 20.000 vehículos al día, y donde hemos de avanzar, aunque sea poco. El resto de las enmiendas se centran en las infraestructuras de agua – recrecido de Puente Alta y El Tejo- y en materia patrimonial y cultural –Teatro Cervantes, Biblioteca, Murallas de Cuéllar-; o en el refuerzo de la nueva sede judicial o el reconocimiento del importante papel de la Fundación Macario Asenjo en el Nordeste de nuestra provincia.

Segovia necesita compromiso. La tasa de paro ha aumentado un 10 por ciento en nuestra provincia -1.200 parados- en los tres primeros meses del año. A pesar de su ubicación estratégica, la economía no acaba de tirar. Por eso nos ha sorprendido el conformismo del PP y sus parlamentarios con estos presupuestos cicateros con Segovia. Desde el PSOE, pedimos compromiso con Segovia. Nuestra tierra y sus gentes requieren menos conformismo y más acción. Los presupuestos de este año son una buena prueba de ello.








lunes, 16 de abril de 2012

La orquesta del Titanic

Durante estos días se está celebrando el 100 aniversario del hundimiento del Titanic. Un transatlántico cuya tecnología desafiaba a la naturaleza y cuya vida fue efímera, no así su leyenda que hoy sigue perviviendo gracias a la tragedia de su primer viaje. Su famosa orquesta amenizó el hundimiento a costa de su vida.

La tragedia del Titanic presenta una cierta analogía con la situación por la que atraviesa la economía española en el momento actual. Durante casi una centuria las grandes inversiones públicas y sociales de nuestro país han ido creciendo al albur de los gobiernos de diferentes signos políticos; también su estructura económica con más o menos desajustes. Hoy España atraviesa una situación muy difícil y el Gobierno del PP nos ameniza el preludio de lo que puede ser “el rescate del Reino de España” por la Europa neoliberal de la señora Ángela Merkel.

España tiene un grave problema: su sistema financiero. Un sistema que hace aguas por todas las partes. El 'boom' inmobiliario y la crisis del sistema económico neoliberal han hecho que el País esté fuertemente endeudado, en especial las familias, pero también de una forma creciente el Estado, gracias a los jugosos intereses del pago de la deuda. Las Cajas de Ahorro están en bancarrota. Algunos expertos opinan que su deuda supera el 50 por ciento del PIB anual. Un problema que no tiene solución a corto ni con la sola contribución de nuestro país.

La idea que transmitió Rajoy de que con su simple llegada al poder ya se contribuía a dar respuesta a una gran parte del problema ha demostrado ser un gran fiasco. Y lo que es peor, que la tan anunciada receta contra la crisis de los populares, no existía. Hoy Rajoy y los suyos están abrumados por la crisis. En su acción política están anteponiendo los intereses de su partido a los de España.

Han preferido dar una amnistía fiscal a otras posibles medidas, porque esas las tomaron los socialistas. Y para más INRI han aplazado la aprobación de los presupuestos para después de las elecciones andaluzas, cuando Europa pedía todo lo contrario, por interés electoral. Hoy, la única respuesta que tiene Rajoy es salir huyendo por el garaje del Senado.

España necesita resolver urgentemente el problema de financiación. O mejoramos la salud de los bancos, o nos intervendrán de facto. Eso depende de que mejoren las rentas de las familias y las empresas españolas, lo que es poco probable en el contexto actual. No queda, por tanto, más salida que el apoyo de las instituciones comunitarias, con el BCE a la cabeza. Nuestro Gobierno debe apoyarse en el resto de los grupos parlamentarios y buscar una posición de consenso. Su amplia mayoría absoluta y sus dudas y vacilaciones no sirven para persuadir a la UE de la importancia de España para ellos y su bienestar; de lo contrario, la acción conjunta puede ser sobrevenida en un escenario de fiscalización total de la señora Merkel.

El Gobierno del PP reproduce ante la crisis económica española la misma actitud de la orquesta del Titanic. Con ellos no va la crisis. Están en lo suyo. Como otros, están en lo que no tiene que estar, en una actitud que para muchos de nosotros denota poca sensibilidad y es vomitiva. Mientas tanto se nos hunde el barco a pasos agigantados.



sábado, 7 de abril de 2012

Unos presupuestos que discriminan a Segovia

Segovia es la provincia de España que más recorte ha experimentado en los presupuesto de 2012 con respecto al año anterior, con un 61,5 por ciento, seguido de Córdoba con un 53 por ciento. El recorte medio de los ministerios se ha situado en un 17 por ciento. Entendemos perfectamente la austeridad del presupuesto en el marco de nuestro compromiso de estabilidad presupuestario, lo que no resulta fácil de entender es por qué se rompe el equilibrio territorial y funcional con Segovia. Hubiese sido más equitativo repartir la carga entre todos los españoles y no sobrecargarnos tanto a otros, como a los segovianos.
Vista la cifra global y comparada con otros ámbitos territoriales se puede afirmar que los Presupuestos Generales del Estado para 2012 han discriminado claramente a Segovia. A los segovianos se les pide un esfuerzo cuatro veces superior al resto de los ciudadanos españoles. Pero además se da la paradoja de que el PP gobierna todas sus grandes instituciones a excepción del Ayuntamiento de Segovia. Eso denota, una vez más, su falta de compromiso con Segovia.
ste presupuesto no incluye ni un solo proyecto nuevo. Todos proceden de la anterior etapa, aunque se han dotado insuficientemente, lo que hace que su presencia sea testimonial. Es el caso del desdoblamiento de la variante SG-20, cuyo proyecto se encuentra totalmente finalizado, y pendiente de licitar, para el que se ha incluido una partida de 134.000 euros para el 2012 y tres anualidades de un millón de euros de aquí al 2015. Lo que significa tanto como decir que el proyecto está suspendido, dado que su coste estimado asciende a los 67 millones de euros. Hay que tener en cuenta que el flujo de tráfico alcanza momentos punta los 20.000 automóviles al día. Este es un proyecto que, a pesar de la crisis, es prioritario para los próximos años. No se puede aplazar al 2024, como anunció de una forma indirecta la ministra de Fomento.
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Los presupuestos no contemplan ninguna partida para abastecimiento de agua. La nueva presa de Puente Alta (Revenga), con un valor de ejecución de 21 millones de euros y el recrecido de El Tejo, con un presupuesto de 18 millones de euros no aparecen de los presupuestos. Segovia tiene un problema objetivo en el abastecimiento de agua. Las competencias son de la Junta, pero hasta el momento el Estado tenía un compromiso, que no parece respetar el nuevo Gobierno del PP.

Otras partidas como el Teatro Cervantes, la Muralla de Cuéllar o la nueva sede Judicial, sin presupuesto alguno este año, tienen fecha de liquidación. Este presupuesto lo único que ha hecho ha sido confirmar su liquidación. Partidas como la nueva biblioteca o la red de distribución del Carracillo están insuficientemente dotadas, muy por debajo de su coste. Lo que constituye la principal manifestación de que son meramente testimoniales.

Humo, mucho humo es lo que hay este año en estos primeros presupuestos del PP para Segovia. No solo son los que más han caído de España, sino que, además, ponen de manifiesto que no se van a ejecutar en más de un 50 por ciento. Tiempo al tiempo, si es que no nos esconden su ejecución.

En el plano social ocurre lo mismo. La cacareada actualización de pensiones es falsa. La subida de impuestos desde el euro cero en adelante –antes existía una exención fiscal hasta los 17.000 euros- absorbe no ya la subida de las pensiones, sino que reduce su capacidad adquisitiva como han podido comprobar los 32.000 pensionistas segovianos en sus nóminas. Ocurre lo mismo con los funcionarios. No solo no se mejora su retribución, sino que la reforma laboral ha abierto la puerta al despido de casi un millón de personas que prestan su trabajo en la administración. Las ayudas a la dependencia han visto recortado su presupuesto en 22 millones de euros en Castilla y León. Esta medida afecta muy directamente a los segovianos, más cuando la Junta está financiando gran parte de las ayudas sociales con fondos procedentes de este programa. Y los 12.400 parados segovianos, 1.200 más en los últimos tres meses, quedan al albur del mercado al retirar todo tipo de ayudas para las políticas activas de empleo.

Unos presupuestos para no sacar pecho, como ha hecho la representante del Gobierno en Segovia, anteponiendo los intereses del PP a los intereses de Segovia y los segovianos. Unos presupuestos que tendremos la oportunidad de ver su bajo nivel de ejecución, si la subdelegada del Gobierno nos muestra su concreción como hicieron otros antecesores suyos en el cargo.




     






lunes, 2 de abril de 2012

La mentira como seña de identidad en 100 días de gobierno

Ahora que se acaban de cumplir 100 días de gobierno del PP al frente de España. Si ha habido una seña de identidad que caracterice su acción política en este tiempo ha sido la mentira. Llegó al poder tras persuadir a los españoles de que este país necesitaba un cambio que pasaba por hacer todo lo contrario de lo que estaba haciendo el gobierno socialista; y prometieron no subir impuestos, no reducir el poder adquisitivo de las pensiones, crear empleo… Ellos disponían del bálsamo de Fieragrás que necesitaba nuestro país. Después de 100 días de gobierno hemos comprobado que no solo no han hecho lo que prometieron, sino todo lo contrario. Un gran fiasco para el pueblo español.


Ya se sabe que “quien siembra vientos, recoge tempestades”. Esto ha ocurrido al gobierno del PP con la reforma laboral y los presupuestos del 2012. Quien dio pruebas evidentes de mala fe, buscando únicamente su interés desde 2008 hasta 2011 al margen de los intereses de España, es muy difícil que cuente con el reconocimiento y comprensión de una gran parte de los españoles que contemplan atónitos como lo que antes no valía y era un horror para la economía española, ahora es la única solución válida. Este último mes se ha puesto de manifiesto el malestar de los españoles con esas políticas. Las grandes concentraciones en la calle o el resultado de las elecciones andaluzas, donde en menos de tres meses el PP ha perdido más de 400.000 votos, así lo demuestran.

El PP pierde credibilidad a un ritmo de vértigo. Sus políticas no solo son contradictorias con lo que dijeron en su momento, sino que carecen de perspectiva. Las fuertes medidas de ajuste del gasto público que recogen los presupuestos de 2012 llegan tarde y de manera contradictoria. El gobierno popular ha pospuesto la aprobación de los PGE a la celebración de las elecciones andaluzas, anteponiendo los intereses de PP a los de nuestro país. Este hecho le ha supuesto una pérdida de credibilidad en los mercados europeos y entre nuestros socios de la UE. La prima de riesgo está otra vez por las nubes –volvemos a superar a Italia- y la sombra de la intervención ha vuelto a planear por la economía española.

Las medidas fiscales tomadas por el gobierno del PP en ningún caso contribuyen a reactivar la actividad económica y a crear empleo. El ministro de Economía ha reconocido que el número de parados crecerá en 2012 en 600.000 personas. Se ha puesto de manifiesto que no tiene un plan para crear empleo. Están más preocupados por diferenciarse de las actuaciones del PSOE en la etapa anterior que de conducir al país hacía la salida de la crisis. Las medidas de ajuste del presupuesto del 2012 han dado buena prueba de ello. E incluso se dan importantes contradicciones. Tanto Rajoy como Cospedal demonizaron al gobierno socialista ante el rumor de una posible amnistía fiscal. Hoy, con el PP, el rumor se ha hecho realidad. El dinero procedente de la prostitución, el tráfico de drogas o la especulación inmobiliaria puede estar a salvo de cualquier tipo de acción penal y administrativa al módico coste para los defraudadores de un 10 por ciento de su valor. Verlo para creerlo, pero realidad.

En el ámbito de los derechos sociales ha ocurrido lo mismo. El PP, con mayoría absoluta, está en condiciones de sacar pecho y perder el centro sociológico para defender a ultranza sus posiciones conservadoras. Así está ocurriendo con el aborto, la educación, la reforma laboral o la radio televisión pública… El concepto neoliberal en la acción de gobierno está más presente que nunca. La crisis es un buen pretexto para todo lo que signifique volver a la ortodoxia conservadora, a pesar de encontrase en la doctrina neoliberal el origen de la misma.

Rajoy se ha manifestado, como lo que se presumía, un líder gris. No da la cara. Sus intervenciones están llenas de tópicos. Y no es precisamente el perfil que puede contribuir a generar confianza en nuestra economía. Su proyecto político para nuestro país en estos 100 días de gobierno ha estado al dictado de la Unión Europea. Nuestra gran preocupación, en estos momentos, sigue siendo la intervención de las finanzas públicas, por el efecto demoledor que tendría sobre nuestra economía y sobre determinados colectivos sociales como los jóvenes y los parados. El PP siempre tendrá a su lado en la defensa de los intereses de España al PSOE, lo que los socialistas no tuvimos. Pero es también el momento de abandonar la mentira. La mentira no puede ser el principal baluarte de la acción política de los populares. Nuestro país necesita mirar al futuro y las elecciones andaluzas ya se han celebrado.