domingo, 28 de julio de 2013

Fin de curso político









El curso político 2012-2013 ha concluido con tanta turbulencia política como comenzó. El descarrilamiento del tren Alvia en la cercanías de Santiago de Compostela con 79 muertos ha sido el colofón a un curso que ha estado presidido por el incremento del paro, un mayor deterioro económico de nuestro pías, el deterioro institucional, el despotismo del PP y el sobresalto de la corrupción…

El accidente de Santiago ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de nuestro evolucionado y moderno sistema ferroviario. Una red que acusa los efectos de la crisis y combina la alta velocidad con vías mixtas a las que no ha podido llegar la sofisticada automatización, dejando al albur de la acción humana la exposición al riesgo, como hemos podido comprobar, por desgracia.

El accidente ha puesto de manifiesto la solidaridad del pueblo gallego y la utilización instrumental de las emociones humanas. Una desgracia que ha conmovido a todos los españoles y que algunos medios de comunicación han utilizado para competir en la lucha de audiencias. El Gobierno y la Corona no se han quedado a la zaga. Somos muchos los que pensamos que una puesta en escena más discreta y menos visible hubiese estado más acorde con la naturaleza del fatídico acontecimiento. Y, sin duda, han sobrado las declaraciones a los medios del ministro del Interior en sede policial culpabilizando al maquinista, lo mismo que las declaraciones de los presidentes de Adif y Renfe en el mismo sentido. Una actitud muy propia del PP para quitarse el problema de encima, en lugar de esperar el veredicto judicial.  

El curso político 2012-2013 concluirá con la comparecencia del presidente del Gobierno, el Sr. Rajoy, ante el Congreso de los Diputados para, en teoría, explicar a los españoles su actuación en el ‘caso Bárcenas’. Una comparecencia que llega tarde y mal tras el órdago de la moción de censura lanzado por el PSOE. Rajoy comparece porque no ha tenido más remedio en una fecha inapropiada elegida por él en la que gran parte del país está ajena a la actividad política. El descrédito de España va en aumento y la repercusión económica en el comercio exterior hacía insostenible esta situación, más que la repercusión interna. Por eso comparece Rajoy, aunque no hay que descartar que, una vez más, todo se limite a un paripé. El PSOE no debe renunciar, al menos de momento, a una posible moción de censura. Rajoy es una caja de sorpresas.

En la comparecencia ha de esclarecerse si durante estos últimos 20 años el PP ha contado con un sistema de financiación irregular como ha denunciado su administrador, no solo en el ámbito estatal, sino también provincial. Tiene que quedar claro si sus máximos responsables se han lucrado con dinero público, aportado por diversas empresas que así conseguían contratos de estos dirigentes que acabábamos pagando todos los españoles. Ha de quedar claro que en estas condiciones si el actual presidente del Gobierno, sus ministros, los dirigentes del PP son dignos del pueblo español y no deben dimitir.

El Gobierno del PP, que criminalizó al PSOE de la crisis económica, con sus políticas, como hemos podido comprobar en este curso que ahora concluye, ha empeorado la crisis, ha situado el paro juvenil en el 56 por ciento, ha roto el sistema público de protección con recortes en la sanidad, en la educación, el desmantelamiento de la Ley de Dependencia. Se han incrementado las tasas judiciales, se han reducido las becas y se han impulsado proyectos legislativos, 18 de ellos por real decreto ley, que quiebran la estructura institucional de un estado moderno utilizando la crisis como pretexto pero haciendo una cambio de modelo institucional fundamentado en la ideología neoliberal del Gobierno.

Un curso que termina con un suspenso de los españoles para el Gobierno del PP y que no augura una posible recuperación en el siguiente, sino todo lo contrario.       

 

domingo, 21 de julio de 2013

Moción de censura

 Era obligado. Después de conocer los sms del presidente del Gobierno a su amigo Bárcenas el líder de la oposición tenía que mover ficha. Y lo hizo. Ha requerido a Mariano Rajoy para que acuda al parlamento a dar explicaciones sobre los sms y la presunta financiación ilegal del PP durante los últimos 20 años, Si no lo hace ha anunciado la presentación de una moción de censura para defender la dignidad del parlamento.
La iniciativa de Rubalcaba está muy medida. Es una propuesta moderada que intenta preservar los intereses de España en un momento de tanta dificultad como el actual, pero que a su vez se orienta a recuperar los mínimos de dignidad de la política y los políticos. El presidente del Gobierno tiene la última palabra para hacer lo que debiera haber hecho a iniciativa propia: la comparecencia en el Congreso de los Diputados. Mientras no lo haga el Sr. Bárcenas tendrá más credibilidad que el presidente del Gobierno de todos los españoles.
La connivencia entre el antiguo gerente y tesorero del PP y el presidente del Gobierno es clara con la información conocida. La frase de Rajoy en la que dice a Bárcenas “hacemos lo que podemos” pone de manifiesto la sumisión del Estado de Derecho a un chantaje y el pobre compromiso y visión política del actual presidente del Gobierno de Esapña  con los principios y valores que informan nuestro sistema democrático.  La moción de censura se orienta a exigir la responsabilidad política al presidente del Gobierno por los daños directos e indirectos causados a nuestra democracia y a España.
Con independencia del previsible resultado de la moción de censura, el Sr. Rajoy por dignidad democrática debe presentar la dimisión. En buena lid debiera ser su partido quien se lo exigiese. Es necesario un nuevo gobierno que impulse y recupere con fuerza la credibilidad del Gobierno de España. Si el momento no fuese tan turbulento económica y socialmente  lo coherente sería una convocatoria de elecciones generales. Sin embargo, la coyuntura aconseja garantizar la mayor estabilidad política para de esa forma garantizar a futuro la mayor estabilidad económica y social. El Grupo Parlamentario Popular no puede seguir encubriendo los errores y tiene la última responsabilidad del cambio. Un compromiso que no es con su partido sino con el pueblo español.
Sorprende la posición de los diferentes grupos parlamentarios con respecto a la moción de censura. Al margen de los intereses del país, cada uno va a defender sus propios intereses. Es el caso de IU y UPyD con una clara estrategia de desgaste de los dos grandes partidos al margen de los intereses de nuestro país. O de CiU y el PNV en la línea de defensa de la soberanía de sus respectivos ámbitos nacionales. Ninguno de ellos apoyará la moción de censura del PSOE. La esencia democrática se diluye y sus continuas llamadas al purismo democrático son testimoniales y etéreas, como se puede comprobar.
El PP ha desarrollado en estos últimos 20 años una cultura política perversa. La mentira y el engaño han sido sus señas de identidad en la acción política. Ahora sabemos lo que intuíamos: han hecho trampa en los procesos electorales. El partido ha sido desigual. El PP no sólo ponía en juego muchos más recursos en las campañas electorales, sino que además pagaba después gastos de representación a su cargos, como ha sido el caso de la portavoz en el ayuntamiento de Segovia durante el 2007 y 2008 y ahora diputada por el PP. ¿De dónde sacaban el dinero? ¿Cómo lo hacían? ¿Cuáles eran los criterios de reparto territorial y entre cargos? Estas y otras cuestiones merecen no sólo la delimitación de responsabilidades políticas a través de una moción de censura sino la comparecencia de Rajoy por respeto a los españoles.
Estos últimos días hemos conocido también que en el ‘caso Bárcenas’ el PP va más allá. Algunos diputados, entre ellos el diputado por Segovia Gómez de la Serna, que han intentado efectuar una intermediación con Bárcenas para evitar los efectos colaterales negativos en su partido. Sin ningún escrúpulo, según ha informado algún medio de comunicación, que mejor forma de hacerlo que colocar en la fiscalía anticorrupción alguna persona fácilmente controlable. A eso ha llegado el PP. La moción de censura no sólo es necesaria por salud democrática, sino que es obligada por dignidad parlamentaria.

domingo, 14 de julio de 2013

Deslegitimados




El vicesecretario general de Organización y Electoral del PP, Carlos Floriano, que no se caracteriza precisamente por su consistencia doctrinal, ha afirmado que el PSOE cuando pide explicaciones sobre el ‘caso Bárcenas’ lo hace “para deslegitimar al Gobierno”. ¡Manda huevos!, que diría su gran estratega del enmascaramiento judicial, el Sr. Trillo.

Bárcenas ha guardado silencio en tanto en cuanto tenía la promesa tácita de apoyo del presidente del Gobierno. Pero eso se ha desvanecido con la entrada en prisión. Hoy sabemos que Rajoy cobró sobresueldos, que el PP se ha financiado irregularmente estos últimos 20 años y el ‘caso Gürtel’ de financiación irregular del PP y el ‘caso Bárcenas’, no eran más que el ‘caso PP’. Un partido con vocación de Gobierno y Estado que se ha dedicado a aplicar la corrupción institucional en beneficio propio y de sus cargos con el dinero de todos los españoles.

El presidente del Gobierno y el PP están deslegitimados para gobernar a los españoles. Los sms de Rajoy a Bárcenas dejan en evidencia nada más y nada menos que al presidente del Gobierno de España. Ha sido Rajoy quien pidió a Bárcenas que negase la contabilidad B del su partido. Ha sido Rajoy quien defendió la honorabilidad de su tesorero que, auspiciado por la Dirección del PP, se ha enriquecido a cambio de proporcionar fondos al PP. ¿Se puede estar legitimado para gobernar mintiendo a los españoles de forma reiterada y premeditada? ¿Con esta actitud puede tener credibilidad un Gobierno cuyo presidente se encuentra al frente del proceso? Rajoy es un presidente de Gobierno torpe y patán como pone de manifiesto su relación con ese personaje, y con un alto grado de superficialidad, como ya habíamos constatado desde hace tiempo.

Y para acabar de rematarlo, el Grupo Parlamentario Popular niega la comparecencia de Rajoy en el Parlamento para dar explicaciones. Rajoy tiene que ir al Parlamento a dar explicaciones sobre su posición y responsabilidad en este caso, pero también a anunciar su dimisión. En caso contrario, el PSOE tendrá que exigir en el momento procesal oportuno una moción de censura.

Rajoy no puede seguir gobernando. Carece de credibilidad. Y es indigno para la representación y defensa de nuestro país. La difícil gobernanza de nuestro país en este momento requiere otro presidente del Gobierno y otro Gobierno. La crisis es inmediata.

No solo está deslegitimado el presidente del Gobierno, sino que están deslegitimados todos los integrantes de su equipo de Gobierno; pero también los responsables de la Dirección del PP para gobernar en el futuro. Por eso, cuando se escuchan frases como que “el PP no es el partido de Bárcenas, sino el de Miguel Ángel Blanco”, como ha pronunciado hoy el Sr. González Pons. Lo menos que se puede sentir es indignación. Ya no es que estén deslegitimados para gobernar, es que no tiene escrúpulos para utilizar a las víctimas del terrorismo en beneficio propio. Algo que han venido haciendo desde hace tiempo. Los españoles no nos merecemos esto.  

domingo, 7 de julio de 2013

Engaño fiscal

El último Consejo de Ministros ha aprobado la creación de una comisión de expertos para la reforma tributaria. El compromiso con Bruselas es presentarla en marzo antes de 2014 para aplicarla en 2015. El PP prometió en las elecciones bajar los impuestos y ha hecho todo lo contrario desde el primer momento, a pesar de que uno de los pilares de su campaña fueron las fuertes críticas al PSOE por su política fiscal que en esos momentos sustentaba la acción de gobierno.

El PP, desde que gobierna, ha practicado una política fiscal que se ha caracterizado por la subida de casi todas las tasas e impuestos que confeccionan el elenco tributario español, bajo el pretexto del equilibrio fiscal. La última apenas 15 días cuando el Ejecutivo dio el visto bueno a las nuevas tasas del tabaco, alcohol y el tributo de los aires acondicionados.

El PP subió los impuestos en 2011, nada más llegar al Gobierno: aprobó el IRPF, un aumento que en principio iba a ser temporal, pero que se ha quedado permanente; subió el IBI, el gravamen sobre las rentas del ahorro y el tabaco unas cuantas veces. En 2012 subió el IVA, el impuesto de sociedades y los impuestos a las empresas energéticas. Y en 2013 la senda ha sido idéntica: se ha suprimido la desgravación de la vivienda en el IRPF y se ha impuesto un gravamen del 20 por ciento a las ganancias de lotería superiores a 2.500 euros. A ello se suma este año el ya mencionado incremento de las tasas.

Aún así, el ministro de Hacienda nos recuerda reiteradamente su voluntad de bajar los impuestos, a la vez que recuerda que ahora no hay margen para el ajuste fiscal. El Gobierno juega con una ambigüedad calculada igual que hizo el PP en campaña. El doble mensaje se complementa con la ortodoxia que día a día nos intenta hacer creer la Fundación FAES como gran ariete de la doctrina liberal.

Aznar –presidente de FAES- no solo reclama al Sr. Rajoy que cumpla el programa electoral y baje impuestos. No, va más allá. Recientemente ha presentado una propuesta de reforma fiscal que no tiene nada que ver con lo que está haciendo el Gobierno. FAES se anticipa e intenta marcar la senda de la reforma fiscal que ha encargado el Ejecutivo a la comisión de expertos.

El documento de FAES propone reducir el IRPF a tres tramos y colocar el IRPF máximo en el 40 por ciento, que el PP subió al 52 por ciento nada más llegar al Gobierno. Y ello lo justifica en que el sistema fiscal español es tremendamente injusto y son las clases medias asalariadas quienes más lo están sufriendo. A su vez, FAES propone bajar el tipo del impuesto de sociedades entre el 20 y el 25 por ciento, otra promesa electoral que Rajoy  ha olvidado. Y a ello se suma la supresión del impuesto del patrimonio y la reducción de la imposición del ahorro.

La política fiscal de FAES es una enmienda a la totalidad de la política fiscal del Gobierno de Rajoy. Se da la circunstancia de que quien ha presentado el informe de FAES es el diputado y presidente de la Comisión de Hacienda y Administraciones Pública en el Congreso de los diputados, el Sr. Elorriaga, compañero mío en la comisión, al que por cierto no he visto nunca votar en contra de las propuestas del Gobierno en política fiscal.



¿A qué juega el PP? ¿A quién quiere engañar? En una coyuntura como la que nos encontramos, una bajada de impuestos solo serviría para profundizar más en la brecha fiscal. La bajada de impuestos únicamente permite reactivar la economía cuando ésta crece, y crece con fuerza. Así lo hizo Zapatero. Solo en ese caso el descenso de impuesto puede tener un factor multiplicador y recaudar más. Pero no se dan las circunstancias y Aznar, que ha sido presidente del Gobierno, lo debiera saber. Pero está en otra táctica: el engaño. Lo mismo que hizo su partido en la campaña electoral de 2011, siendo perfectamente conocedores de las difíciles circunstancias por las que pasaba y pasa nuestro país.            

lunes, 1 de julio de 2013

Pactos



Los pactos son consustanciales a la acción política. No solo integran posiciones desde distintas ópticas políticas para dar respuesta a diversos problemas, sino que contribuyen a reforzar el sistema democrático y valores como la tolerancia. Hemos presenciado estos últimos días dos importantes pactos o acuerdos de naturaleza muy diferente. Uno, de ámbito nacional entre distintos grupos políticos para reforzar la posición del Gobierno de España en la negociación del último Consejo de Europa; y otro en el ámbito autonómico de Castilla y León entre el PP y el PSOE, no sin pocas dificultades al objeto de perfilar el modelo autonómico de ordenación del territorio.

Reforzar la posición negociadora de España en Europa era clave para nuestros intereses y en especial para cambiar la política de austeridad a ultranza de la Sra. Merkel, impulsar el empleo juvenil, mejorar la financiación de las PYMES y avanzar en la unión bancaria. Rubalcaba tomó la iniciativa e hizo la propuesta al Gobierno a través de una política parlamentaria. Rajoy no tuvo más remedio que aceptar. Los intereses de España coinciden con las tesis que mantiene la socialdemocracia y ahí Rubalcaba es un buen bastión para pelear por ellos con Hollande y el italiano Letta. Rajoy y el Grupo Popular por suerte lo vieron. Con su actitud no apoyaban al PSOE sino defendían los intereses de España a los que les había coadyuvado el líder de la oposición.

A la oferta del PSOE se unieron los nacionalistas y se apuntó en la votación UPyD. Un partido que se caracteriza por el populismo a ultranza y la defensa de sus intereses electorales, cueste lo que cueste o pueda costar a los españoles. IU desde un principio anuncio su oposición. Su líder reitera de forma constante la necesidad de no pagar la deuda, lo que nos abocaría de forma automática a la salida del euro y al ostracismo en el bienestar de los españoles. Aún así, los españoles les conceden un alto respaldo, lo que es lo mismo que “dormir con tu peor enemigo”.

Los resultados han sido discretos, pero se ha avanzado. Se reconoce que la política de austeridad a ultranza nos lleva al suicidio colectivo. La prioridad política para dar respuesta al empleo juvenil, habilitando fondos europeos, y un nuevo horizonte para la unión bancaria, así como el establecimiento de las bases para el Acuerdo de Libre Comercio con EEUU y, sobre todo, una Alemania menos beligerante que pierde peso ante la socialdemocracia europea a la que se apunta el PP español como mal menor.

En Castilla y León, el portavoz socialista en las Cortes autonómicas ha dado la vuelta al Acuerdo Básico que firmase el secretario autonómico del PSOE con la Junta y el PP. El nuevo acuerdo da consistencia y garantías al proceso de ordenación territorial, respetando la autonomía local, garantizando la igualdad de derechos entre los castellanos y leoneses del medio rural y urbano, y garantizando una mayor seguridad jurídica al modelo territorial. Además, se reabren los subcentros médicos de guardia cerrados en el horario nocturno y se prorroga el Plan de Empleo durante los dos próximos años, incrementando un 10 por ciento su dotación -30 millones de euros-.

Una excelente negociación, que tiene varias claves. En primer lugar, los temores del PP a los efectos de la Ley de Reforma Local que tramita el Gobierno del PP en España y cuyos efectos pueden ser perversos e inciertos para Castilla y León.  En segundo lugar, la capacidad negociadora y de aproximación bajo un contexto político y social de amplias miras que no limita la negociación a posiciones personalistas. Y, en tercer lugar, la posición de retirada del actual presidente de la Junta, con más ganas de que acabe la legislatura y no pasar a la historia como el presidente de Castilla y León que dilapidó las señas de identidad de gran parte de los pequeños núcleos rurales. Todo ello lo ha sabido ver y gestionar Óscar López.

Los pactos siempre conllevan capacidad de negociación, pero no siempre es posible. Tanto IU como UPyD están hoy día en la órbita de la diferenciación propia, al margen de los intereses de España. Nunca bajo estas premisas será posible el pacto. Lo mismo ocurre con otras materias que quiebran valores y posiciones esenciales para las señas de identidad de cada formación política.