domingo, 3 de febrero de 2013

Sensatez


Es el momento de la sensatez. España se encuentra en su peor momento social, económico y político. El affaire Bárcenas, o si lo prefieren el caso de corrupción del PP, está generando un descrédito importante de nuestro país en el exterior, como se constata en diversos medios de opinión extranjeros, y está consiguiendo el descrédito e indignación de gran parte de la población española sobre la política y los políticos. Pero, ante todo, está poniendo en grave riesgo la recuperación económica y la confianza de los españoles en su futuro. Las expectativas para los casi seis millones de españoles que se encuentran en paro -un 55 por ciento jóvenes-, son hoy mucho peor que antes de estallar este asunto.

Las declaraciones de Rajoy negando los hechos tienen su lógica. De lo contrario, se tendría que ir inmediatamente. El problema radica en que no son verosímiles. Todo indica que la trama de financiación del PP llevaba años funcionando y tanto Rajoy como sus actuales dirigentes han sido cómplices durante largo tiempo de este hecho. Son muchas coincidencias. Primero, la aparición de la fortuna millonaria del tesorero en Suiza –a pesar de tener dedicación plena al PP-, sin que nadie de la dirección del partido fuese consciente de esta situación; la aparición de una contabilidad B en la que hay testimonios de la veracidad de diversos apuntes, que además coinciden en algún caso con las denuncias del Gürtel; y, por último, hasta el momento, la constatación de la financiación de actividades públicas y privadas de dirigentes del PP como la actual ministra de Sanidad, la Sra. Mato, y cuyas prácticas tuve la oportunidad de denunciar en este Blog cuando aún no era ministra en la entrada del 28 de marzo de 2010.

Rajoy se lo ha jugado todo a una carta y, como ha declarado Rubalcaba, “Rajoy se ha enrocado y ligado su suerte a la de Bárcenas”. Todo indica que le tiene cogido por el cuello, y si intenta zafarse, puede hablar. Es decir, los españoles y España podemos tener a nuestro presidente cautivo de un personaje que no ha tenido escrúpulos en beneficiarse de la amnistía fiscal y con un patrimonio más que dudoso, hecho bajo el cobijo de prácticas poco ortodoxas al abrigo del actual partido del gobierno, por ser fino. Rajoy juega con fuego y con su honorabilidad, pero también con la de los españoles.    

El PP y Rajoy están anteponiendo sus propios intereses a los de España. Me temo que siguen utilizando la mentira  como su gran activo político. Lo hicieron a raíz del 11 M, lo han hecho en la oposición para llegar al poder y todo confirma que lo están haciendo en el Gobierno. El clima social se está volviendo irrespirable, por mucho que Rajoy intente ligar la actual situación a un chantaje por sus medidas contra la crisis, como puso de manifiesto en la rueda de prensa televisada para los periodistas en Génova. Rajoy, antes o después, tendrá que dimitir. Tiene los días contados. Todo apunta a que seguirán apareciendo más y más testimonios que pondrán en evidencia que no es falso de lo que se les acusa a él y a su partido.

La dimisión de Rajoy no debe conllevar la convocatoria de nuevas elecciones generales. Los españoles están confundidos y una nueva convocatoria de elecciones, cuando faltan tres años para concluir la X Legislatura, nos puede llevar a una situación como la griega, que entorpezca aún más la salida de la crisis, y dispare mucho más el paro, dificultando la gobernabilidad. El PP tiene que ser consciente de la grave situación que atravesamos en España, mucho más después de haber generado unas expectativas infundadas sobre la recuperación económica en la oposición. La mejor salida creo que sería un nuevo equipo ministerial que sustente su programa de actuación en un Pacto de Estado en materia económica, orientado a la generación de crecimiento económico, cohesión social y garantizando la sostenibilidad. Un pacto que cuente con el mayor apoyo posible de grupos parlamentarios. El nuevo Gobierno debe estar dirigido por una persona de alto prestigio y reconocimiento social. La iniciativa la debiera tomar el PP. Tiene mayoría política, pero no cuenta en estos momentos con mayoría social.

España necesita hoy más que nunca generosidad y sensatez. No necesita una rueda de prensa victimista y amenazante en las que se nos recuerde, con una actitud displicente, que hay políticos de rango abolengo que nos salvan la vida día a día. Necesitamos, hoy más que nunca, dar una respuesta eficaz a la crisis. Para ello es fundamental la confianza. La amplia mayoría absoluta no puede convertirse en una patente de corso. Los españoles se merecen un respeto.    


1 comentario:

Marta dijo...

Rajoy, ¡¡¡dimisión!!! YA.