domingo, 2 de febrero de 2014

Cuestión de Estado



Después de más de un cuarto de siglo de Gobierno del PP Castilla y León, nuestra Comunidad languidece día a día. Amplias zonas de Zamora, Salamanca, León y Palencia son auténticos desiertos. No vive nadie, o casi nadie. Pueblos abandonados y, con ello, su patrimonio cultural y medioambiental. Pérdida de costumbres y tradiciones que se han ido trasladando de generación a generación.

Segovia no es ajena al problema. Comarcas como las de Ayllón o Santa María de Nieva dan buena prueba de ello. A ello se une el envejecimiento de la población de sus habitantes y el éxodo juvenil de otras amplias zonas de la provincia, al igual que ocurre en el resto de provincias de Castilla y León. En definitiva, es una situación que debiera haberse convertido desde hace tiempo en una ‘cuestión de Estado’ para las instituciones y políticos de nuestra Comunidad, y en especial para la Junta de Castilla y León y el Gobierno de España.

La despoblación de la Comunidad alcanza un nivel alarmante. La población ha caído en 11.000 personas en los seis primeros meses del año anterior, pero las proyecciones para los próximos son peores. Los jóvenes activos de entre 18 y 35 años han disminuido un 4,5 por ciento en un año, según la Encuesta de Población Activa (Epa). El éxodo juvenil es una realidad. Castilla y León no tiene futuro para sus jóvenes.

Falta tejido industrial. Nuestra cultura conservadora no ha generado grandes empresarios. Castilla y León es tierra de funcionarios más que de emprendedores. Pero, además, la crisis está haciendo mella. En el último año se han perdido 1.100 empresas en esta tierra, el 1,5 por ciento de la red de empresas. Disponemos de un tejido industrial débil, un sector básico para mover nuestra economía. Prueba de ello es que el Índice de Producción Industrial (IPI), que mide la actividad de productos industriales de todos los sectores, excepto la construcción, ha disminuido un 2,2 por ciento en el último año. Y el PIB un dos por ciento. En esta situación es muy difícil crear riqueza y empleo.

Es absolutamente necesario buscar y proponer soluciones reales a estos problemas, en lugar de utilizar la continua propaganda y la música celestial con las que los populares tratan de tapar la cruda realidad. El Gobierno autonómico, en especial, como principal motor político de la Comunidad, pero también el Gobierno nacional, han de incorporar estos asuntos en la agenda política, para que puedan ser analizados en profundidad y formen parte del debate parlamentario, como cuestiones prioritarias que son para garantizar el futuro y bienestar de los pobladores de Castilla y León.

Si otros pueblos de España, como Cataluña, País Vaso o incluso Galicia, hubiesen tenido estos problemas, no tengan ustedes ninguna duda de que hubiesen puesto el ‘grito en el cielo’, y la solidaridad del resto de Estado se hubiese no reclamado, sino exigido. No es necesario ser nacionalista para defender con ahínco lo que destruye nuestras raíces.  

El PP no debe perder más tiempo, después de estar en el Gobierno de la Junta de Castilla y León durante más de un cuarto de siglo, y debe tratar la despoblación, el éxodo juvenil y el tejido industrial de la Comunidad Autónoma como ‘cuestión de Estado’; y el Gobierno de Rajoy, colocar estos temas como prioridades a las que buscar soluciones.

Mucho nos tememos que, lejos de esto, la Convención Nacional del PP solo va a servir para la propia propaganda y el autobombo a los que nos tiene acostumbrados. Es una gran oportunidad para impulsar en la agenda política los problemas que afectan gravemente a esta Comunidad. El PP tiene una deuda con Castilla y León, tras la confianza que después de 25 años le vienen ofreciendo sus ciudadanos: generar futuro. Lo que no ha hecho hasta el momento.   

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