domingo, 24 de julio de 2016

Olla a presión



Estando ya marcadas las fechas para el encuentro del Jefe del Estado con los líderes de las diferentes formaciones políticas, la presión de la olla política sube día a día en nuestro país. Rajoy no tiene claro si irá a la investidura en la primera semana de agosto, mientras el resto de las formaciones políticas hacen el “don Tancredo”. A ello se une la necesidad de iniciar los trámites del presupuesto para su tramitación en el otoño y los requerimientos de la Comisión Europea para cumplir con el déficit público.

La ciudadanía contempla atónita el panorama político y no sale de su asombro al comprobar que el escenario político se encuentra en una situación similar a la de la última legislatura. Un dejà-vu. Y ante todo clama para no volver a las urnas. “Entenderos vosotros –los políticos-, que nosotros ya hemos votado”, me decía un segoviano hace unos días en la calle.

Todo indica que Rajoy con sigilo está moviendo ficha. Otra cuestión es que pueda llegar con un acuerdo cerrado a la sesión de investidura prevista para el día 2 y 3 de agosto. Si no lo tiene, no irá. Es evidente que está hablando con los nacionalistas vascos y catalanes. Prueba de ello son los apoyos en la constitución de la Mesa de los vicepresidentes del PP y C’s.  “Si Aznar hizo en su día importantes concesiones a los nacionalistas por qué no va a poder hacerlo Rajoy”, me decía hace unos días en el Congreso una persona allegada al presidente en funciones. No cabe duda de que el PP va a poner de su parte lo que haga falta, incluso lo que ha recriminado al PSOE. La “santa desvergüenza” siempre ha funcionado bien en el PP.  

Para ello no está dudando en meter presión mediática a C’s y demonizar al PSOE. Y también a la conciencia colectiva de los ciudadanos. Ellos, que han incumplido sistemáticamente el déficit, ahora nos recuerdan la necesidad de tener aprobado el techo de gasto cuanto antes y tener el presupuesto para 2017 en el Congreso antes del 23 de septiembre. Y también recuerdan a la ciudadanía los efectos perversos que puede tener una prórroga de los presupuestos para las pensiones, los funcionarios, las actuaciones públicas…

Los ciudadanos sensatos somos conscientes de ello, pero nos sorprende su insensatez cuando aprobaron medidas electoralistas de corte fiscal que están suponiendo hasta una merma en los ingresos en lo que va de año de 7.000 millones. Y les ha obligado a suspender cualquier expediente de gasto que no se haya iniciado antes del 20 de julio de este año, lo que se traducirá en más austeridad y un enfriamiento del consumo notable con el consiguiente reflejo en la creación de empleo.  

Rajoy sabe que C’s no puede ir bajo ningún concepto a una terceras elecciones, y acabará claudicando. Esta es la cuestión por la cual C’s presiona al PSOE para que le acompañe con la abstención. El PNV tiene elecciones autonómicas próximamente y pintan bastos. Es posible que no le sea suficiente el apoyo del PSOE para suplantar a Podemos y Bildu y requiera el del PP. Sus 5 votos en forma de abstención bien vale el acercamiento de los presos vascos, la mejora del concierto o la solución a la Y vasca en la entrada a las tres ciudades. Lo de PDC –antigua CiU- ya lo hemos visto esta semana.

Es posible que Rajoy no llegue en agosto, pero sí en septiembre. Y en este caso siempre quedará la opción de las palabras de Sánchez: “Nosotros no formaremos nunca parte del problema sino de la solución”. Lo que el PP tiene claro es que no va a retirar a Rajoy. Le quiere como sea, aunque el Gobierno no sea estable. Y con tal de conseguir su investidura mete presión en la olla. De lo contrario se jugará la baza de la mayoría absoluta en unas terceras elecciones.  El poder es el poder para el PP.



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