El diputado del PP por Segovia Jesús Merino, con su dimisión como coordinador de Comisiones en el Grupo Popular en el Congreso, admite la responsabilidad política por los hechos que presuntamente se le imputan en el ‘caso Gürtel’.
No deja de sorprender esta dimisión. Jesús Merino ha abandonado un cargo orgánico del Congreso de los Diputados, admitiendo responsabilidad política, aunque, debería asumir su responsabilidad ante los ciudadanos, que son quienes le han elegido.
Para los socialistas segovianos es una incoherencia dejar este cargo en la dirección del PP en la Cámara Alta y continuar con el puesto de representación ciudadana que sigue ocupando y que está ligado al cargo en el que ha dimitido.
Jesús Merino está siguiendo los mismos pasos que el tesorero y senador del PP, Jesús Bárcenas, quien ha dejado el primer puesto y continúa en el segundo. Más bien parece una dimisión de cara a la galería, cuando ante quien hay que dar la cara es ante los ciudadanos; a quienes se deben.
El PSOE siempre ha respetado y respeta la presunción de inocencia de Merino; por eso no hemos entendido la “imputación provisional” que se ha sacado de la manga el juez de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, más cuando cualquier acción para instruir el caso requiere la autorización previa de la cámara respectiva: el suplicatorio. Una vez tramitado éste, y con carácter previo a su registro, quizá porque gozaban de información privilegiada del juzgado, ambos aforados han procedido a presentar la dimisión en sus respectivos cargos orgánicos. Lo que no deja de ser una paradoja, porque ante quien realmente deben rendir cuentas es ante los ciudadanos que les han elegido, y no ante el PP.
No deja de sorprender esta dimisión. Jesús Merino ha abandonado un cargo orgánico del Congreso de los Diputados, admitiendo responsabilidad política, aunque, debería asumir su responsabilidad ante los ciudadanos, que son quienes le han elegido.
Para los socialistas segovianos es una incoherencia dejar este cargo en la dirección del PP en la Cámara Alta y continuar con el puesto de representación ciudadana que sigue ocupando y que está ligado al cargo en el que ha dimitido.
Jesús Merino está siguiendo los mismos pasos que el tesorero y senador del PP, Jesús Bárcenas, quien ha dejado el primer puesto y continúa en el segundo. Más bien parece una dimisión de cara a la galería, cuando ante quien hay que dar la cara es ante los ciudadanos; a quienes se deben.
El PSOE siempre ha respetado y respeta la presunción de inocencia de Merino; por eso no hemos entendido la “imputación provisional” que se ha sacado de la manga el juez de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, más cuando cualquier acción para instruir el caso requiere la autorización previa de la cámara respectiva: el suplicatorio. Una vez tramitado éste, y con carácter previo a su registro, quizá porque gozaban de información privilegiada del juzgado, ambos aforados han procedido a presentar la dimisión en sus respectivos cargos orgánicos. Lo que no deja de ser una paradoja, porque ante quien realmente deben rendir cuentas es ante los ciudadanos que les han elegido, y no ante el PP.
1 comentario:
Los del pp no sueltan el sillón ni a cañonazos, y casi mejor porque si este suelta el sillón entra una chica de veintipocos con personalidad psicópata capaz de cualquier cosa con tal de medrar en política.
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