En la última semana se ha producido la dimisión del séptimo concejal del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Segovia en lo que va de legislatura. Cuatro se han formalizado en el último pleno. Los discursos de despedida de cada uno no dejan lugar a duda: se sienten infravalorados, despreciados y desacreditados por la portavoz del PP en el Ayuntamiento, Beatriz Escudero. Así se ha puesto de manifiesto en el contenido de sus intervenciones, alusiones y metáforas del último pleno. Todos ellos repletos de una fuerte carga emocional.
Desde el PSOE hemos lamentado la descomposición del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Segovia por la falta de liderazgo de su portavoz y del presidente del PP, Francisco Vázquez, incapaz de cohesionar el partido y garantizar la continuidad de su representación en una institución tan importante como es el Ayuntamiento. No nos alegramos de esta situación que pone en tela de juicio el papel de los representantes municipales y genera descrédito en la clase política. Hay que tener en cuenta que en el PP, de los 25 concejales de su lista, va a tomar posesión de su acta el número 23, habiendo obtenido en las últimas elecciones municipales 12 ediles.
Escudero no ha sabido trabajar en equipo, como requiere un grupo municipal con responsabilidad y consistencia. Se ha apoyado en dos concejales de confianza, ninguneando al resto. Y, además, ha marcado una línea de oposición caracterizada por el ruido y las palabras huecas. Una oposición de pandereta, cuyo único objetivo es desprestigiar al equipo de Gobierno y, en especial, al alcalde. Pero lo que ha conseguido durante este tiempo ha sido desacreditar a la institución y a la clase política.
El Ayuntamiento de Segovia necesita una oposición que trabaje de forma responsable para controlar la acción de gobierno, con independencia de qué partido esté en la oposición y cuál esté en el Gobierno y que aporte iniciativas que redunden en el beneficio de los ciudadanos. Los segovianos necesitamos una oposición correcta, que realice un seguimiento y control de la labor del equipo de Gobierno, no una oposición que solo está orientada a hacer ruido y olvida los intereses de los ciudadanos, a los que se debe.
Por este motivo, desde el PSOE hemos pedido al PP de Segovia, y en especial a su presidente, que aporte iniciativas y trabaje en positivo, sin merma en su labor de oposición. El Ayuntamiento de Segovia lo necesita.
La gran incógnita es si la Sra. Escudero será la nueva candidata del PP al Ayuntamiento de Segovia. Mi impresión es que no, a pesar del apoyo explícito del Sr. Vázquez hacia su gestión y su persona. Son muchas las voces críticas que se levantan en el PP contra la actual portavoz en el Ayuntamiento. Es posible que estas opiniones pesen en el presidente regional del PP, Sr Herrera, y en el último momento opte por un candidato o candidata mejor vista. Tampoco hay que olvidar la mala relación entre Herrera y Vázquez, y el carácter pusilánime de ambos. Toda una bomba de relojería que no se merece Segovia, tampoco para estar en la oposición.
domingo, 29 de agosto de 2010
martes, 24 de agosto de 2010
Despropósito
La decisión del Gobierno del PP en la Junta de cobrar por el aparcamiento en el Hospital General de Segovia es un despropósito. Así le debería parecer al consejero de Sanidad de la Junta, César Antón, cuando en la inauguración de la última reforma del hospital afirmaba que “el parking para uso hospitalario va a ser gratuito, ahora y siempre”; o el delegado territorial, el Sr. Municio, calificaba de “alarmista” a UGT por insinuar las intenciones privatizadoras de la Junta –puede consultarse la hemeroteca de El Adelantado para comprobar tales afirmaciones.
El cobro del aparcamiento no resuelve el problema de su sobresaturación. Es más, va a contribuir a acrecentarlo. Las 590 plazas actuales son totalmente insuficientes para garantizar la disponibilidad de aparcamiento a los más de 600 trabajadores del turno de mañana, las 800 personas que acuden a consultas externas y los acompañantes de enfermos. Sólo hay una solución: ampliar el parking.
Para ello es necesario cambiar las Directrices de Ordenación del Territorio (DOT) de la Junta de Castilla y León, ya que esa zona recientemente se declaró terreno rústico protegido, y no hay disponibilidad de terreno. Esta actuación le corresponde y debe acometerlo el Gobierno de la Junta en toda su extensión, que es el responsable de la gestión sanitaria y sus servicios de apoyo.
El transporte público no es un factor decisivo para la solución del problema. El medio rural –en el que viven las dos terceras partes de la población de la provincia- carece de un medio público de transporte que garantice la accesibilidad al centro sanitario; lo mismo ocurre con algunos barrios de la ciudad. Sin olvidar las necesidades específicas de cada paciente, que les obliga en muchos casos a utilizar un transporte punto a punto.
El cobro de aparcamiento –hasta 10 euros al día- supondrá una discriminación especialmente para las personas mayores -que suelen ser las que más utilizan el hospital y las que menor nivel de renta tienen- y sus acompañantes. No se puede cobrar por un servicio que tiene el carácter de esencial para la comunidad. De la misma manera que no son comparables los aparcamientos del hospital y de Adif.
Las personas no eligen cuándo se ponen enfermas y deben utilizar los servicios hospitalarios. Sin embargo, al parking del AVE se va y estaciona, bien para desplazarse a un trabajo, que genera renta, bien para acceder a un centro de estudio o bien por razones de ocio. Se trata de un servicio de “mercado”, no esencial, que además en Segovia está subvencionado, tanto el aparcamiento –el coste del aparcamiento es muy superior al euro al día que pagan los que viajan diariamente, o los cinco euros máximos al día para los que viajan esporádicamente-, como el servicio de alta velocidad – con más de 350.000 euros al año de subvención-.
En la gestión pública hay prioridades. La ampliación del aparcamiento del hospital es urgente para los segovianos. El PP, con su presidente provincial a su cabeza, Francisco Vázquez, como partido que sustenta la acción de gobierno en Castilla y León, debiera defender esta opción frente a la inversión del los 3,3 millones del Centro Ecuestre anunciada estos días por la Consejería de Agricultura, salvo que sea un flash a los que ya nos tiene acostumbrados este departamento.
La sinrazón no puede sustituirse por las descalificaciones y exabruptos, como los que estos días ha proferido el delegado territorial de la Junta en Segovia hacía mi persona. El Sr. Municio a estas alturas debiera conocer bien su oficio, y no por meter más la puya se defienden mejor los intereses de su partido, y menos los de Segovia.
Desde el PSOE esperamos que la promesa en su día del consejero de Sanidad se haga una realidad, y se revierta la decisión adoptada. Todo ello para beneficio de los segovianos.
El cobro del aparcamiento no resuelve el problema de su sobresaturación. Es más, va a contribuir a acrecentarlo. Las 590 plazas actuales son totalmente insuficientes para garantizar la disponibilidad de aparcamiento a los más de 600 trabajadores del turno de mañana, las 800 personas que acuden a consultas externas y los acompañantes de enfermos. Sólo hay una solución: ampliar el parking.
Para ello es necesario cambiar las Directrices de Ordenación del Territorio (DOT) de la Junta de Castilla y León, ya que esa zona recientemente se declaró terreno rústico protegido, y no hay disponibilidad de terreno. Esta actuación le corresponde y debe acometerlo el Gobierno de la Junta en toda su extensión, que es el responsable de la gestión sanitaria y sus servicios de apoyo.
El transporte público no es un factor decisivo para la solución del problema. El medio rural –en el que viven las dos terceras partes de la población de la provincia- carece de un medio público de transporte que garantice la accesibilidad al centro sanitario; lo mismo ocurre con algunos barrios de la ciudad. Sin olvidar las necesidades específicas de cada paciente, que les obliga en muchos casos a utilizar un transporte punto a punto.
El cobro de aparcamiento –hasta 10 euros al día- supondrá una discriminación especialmente para las personas mayores -que suelen ser las que más utilizan el hospital y las que menor nivel de renta tienen- y sus acompañantes. No se puede cobrar por un servicio que tiene el carácter de esencial para la comunidad. De la misma manera que no son comparables los aparcamientos del hospital y de Adif.
Las personas no eligen cuándo se ponen enfermas y deben utilizar los servicios hospitalarios. Sin embargo, al parking del AVE se va y estaciona, bien para desplazarse a un trabajo, que genera renta, bien para acceder a un centro de estudio o bien por razones de ocio. Se trata de un servicio de “mercado”, no esencial, que además en Segovia está subvencionado, tanto el aparcamiento –el coste del aparcamiento es muy superior al euro al día que pagan los que viajan diariamente, o los cinco euros máximos al día para los que viajan esporádicamente-, como el servicio de alta velocidad – con más de 350.000 euros al año de subvención-.
En la gestión pública hay prioridades. La ampliación del aparcamiento del hospital es urgente para los segovianos. El PP, con su presidente provincial a su cabeza, Francisco Vázquez, como partido que sustenta la acción de gobierno en Castilla y León, debiera defender esta opción frente a la inversión del los 3,3 millones del Centro Ecuestre anunciada estos días por la Consejería de Agricultura, salvo que sea un flash a los que ya nos tiene acostumbrados este departamento.
La sinrazón no puede sustituirse por las descalificaciones y exabruptos, como los que estos días ha proferido el delegado territorial de la Junta en Segovia hacía mi persona. El Sr. Municio a estas alturas debiera conocer bien su oficio, y no por meter más la puya se defienden mejor los intereses de su partido, y menos los de Segovia.
Desde el PSOE esperamos que la promesa en su día del consejero de Sanidad se haga una realidad, y se revierta la decisión adoptada. Todo ello para beneficio de los segovianos.
lunes, 16 de agosto de 2010
El centro de juventud ‘La Fragua’
Hoy he visitado Castroserna de Abajo para acompañar a la alcaldesa, María Luisa González, y a sus vecinos a la inauguración del centro de juventud ‘La Fragua’. Una vieja fragua bajo los peñascos, ahora reconvertida en centro juvenil gracias al esfuerzo y tesón de María Luisa. También nos acompaño Jesús Bravo, diputado provincial del PSOE.
Castroserna es un pueblo de 58 habitantes situado en el Sureste de la provincia, en las estribaciones del pie de sierra, junto a Prádena. Está en un paraje repleto de encanto. Prueba de ello son sus tres casas rurales y el reclamo que presenta para sus vecinos y allegados durante la época estival. Hoy había en la localidad cerca de 400 vecinos, gran parte de ellos jóvenes. Reverberaba vida por todas las esquinas: en la fragua, en el parque, en el ayuntamiento, en el bar y en la pradera, donde casi toda la población se ha concentrado a degustar una estupenda paella.
Desde mi primera visita a Castroserna de Abajo en 2007 -entonces como subdelegado del Gobierno- hasta hoy el pueblo tiene otro perfil: el Ayuntamiento ha sido rehabilitado; el cauce del río se ha limpiado; se ha efectuado una gran reforma en el frontón; se han rehabilitado varias calles y el parque ha sido acondicionado. Y, además, se han saneado las finanzas municipales.
Ser alcaldesa de un pueblo pequeño, como es el caso de Castroserna, es un acto de generosidad y de compromiso con los vecinos y con el municipio donde se ha nacido y vivido toda la vida. No es fácil. Son muchas las necesidades y pocos los recursos y servicios de los que se disponen. Sólo el tesón, el trabajo y la pasión por su pueblo pueden contribuir a superar las dificultades. María Luisa, desde el 2007, lo está consiguiendo. De momento, se le está resistiendo el depósito del agua, pero a pesar de la Junta y de alguno de sus dirigentes, lo conseguirá. Seguro.
Hoy María Luisa rezumaba alegría. Ha sido un año muy duro para ella. Por eso, cuando nos dirigía unas palabras en la inauguración de ‘La Fragua’, todos los que allí le aplaudimos y vitoreamos, no sólo le rendíamos homenaje, sino que teníamos un recuerdo muy profundo para lo que ella más amaba, su hijo. Ella, a pesar de su dolor, mira hacía adelante, y hoy puede estar muy orgullosa de la armonía y cohesión de sus vecinos. Un logro que se lo debemos a ella. ¡Enhorabuena!
Castroserna es un pueblo de 58 habitantes situado en el Sureste de la provincia, en las estribaciones del pie de sierra, junto a Prádena. Está en un paraje repleto de encanto. Prueba de ello son sus tres casas rurales y el reclamo que presenta para sus vecinos y allegados durante la época estival. Hoy había en la localidad cerca de 400 vecinos, gran parte de ellos jóvenes. Reverberaba vida por todas las esquinas: en la fragua, en el parque, en el ayuntamiento, en el bar y en la pradera, donde casi toda la población se ha concentrado a degustar una estupenda paella.
Desde mi primera visita a Castroserna de Abajo en 2007 -entonces como subdelegado del Gobierno- hasta hoy el pueblo tiene otro perfil: el Ayuntamiento ha sido rehabilitado; el cauce del río se ha limpiado; se ha efectuado una gran reforma en el frontón; se han rehabilitado varias calles y el parque ha sido acondicionado. Y, además, se han saneado las finanzas municipales.
Ser alcaldesa de un pueblo pequeño, como es el caso de Castroserna, es un acto de generosidad y de compromiso con los vecinos y con el municipio donde se ha nacido y vivido toda la vida. No es fácil. Son muchas las necesidades y pocos los recursos y servicios de los que se disponen. Sólo el tesón, el trabajo y la pasión por su pueblo pueden contribuir a superar las dificultades. María Luisa, desde el 2007, lo está consiguiendo. De momento, se le está resistiendo el depósito del agua, pero a pesar de la Junta y de alguno de sus dirigentes, lo conseguirá. Seguro.
Hoy María Luisa rezumaba alegría. Ha sido un año muy duro para ella. Por eso, cuando nos dirigía unas palabras en la inauguración de ‘La Fragua’, todos los que allí le aplaudimos y vitoreamos, no sólo le rendíamos homenaje, sino que teníamos un recuerdo muy profundo para lo que ella más amaba, su hijo. Ella, a pesar de su dolor, mira hacía adelante, y hoy puede estar muy orgullosa de la armonía y cohesión de sus vecinos. Un logro que se lo debemos a ella. ¡Enhorabuena!
miércoles, 11 de agosto de 2010
La Silla del Rey
Un año más, y ya van tres, cumpliendo con el rito iniciado hace dos años salimos a la sierra del Guadarrama un grupo de amigos de Sangarcía. La ruta elegida por nuestro serpa, Javier Gacimartín, y su novia, Cristina, fue un acierto. Hicimos cerca de 20 kilómetros desde los Jardines de La Granja, en la puerta de Cosio, subiendo desde ahí a la Silla del Rey para desde allí ir a la Fuente Infantes y bajar hasta la Mata de la Saúca, otra vez en La Granja de San Ildefonso, donde finalizó la marcha. En total, cuatro horas y medias a un ritmo relajado.
En el grupo se estrenaban Marce y Javi, y dos amigos suyos, quienes aguantaron como jabatos, más teniendo en cuenta que no habían salido nunca a la montaña. En poco más de 20 minutos llegamos a la Fuente de la Plata donde comenzamos a ascender hasta llegar a la pista asfaltada que nos condujo a la Fuente del Chotete, quizás el tramo con más dificultad por la gran pendiente de algunas de sus rampas. De ahí, nos dirigimos a Dos Cabañas donde, en tiempos, había dos chozas en las que pernoctaban los guardas forestales. Cruzamos el arroyo Carneros y nos encontramos con un grupo de montañeros segovianos, compañeros de trabajo de Dori en Telefónica. Hasta aquí el tiempo nos acompañó bien. Estaba nublado y no hacía mucho calor. Un día espléndido para salir a pasear.
Desde allí comenzamos la subida de las fuertes pendientes que nos llevaron al Salto del Corzo, desde donde enfilamos la última subida hasta el Cerro del Moño de la Tía Andrea en el que se encuentra la Silla del Rey. En la subida, alguna que otra gota nos cayó. Pero fue llegar arriba, a la Silla del Rey, y las nubes de una forma muy rápida nos mostraron su poderío. El aparato eléctrico, no excesivo, mostró la preocupación y el temor de algunos de los que allí estábamos. Javier y Cristina nos dieron confianza y mostraron un gran conocimiento de la montaña. No obstante, decidimos no comer el bocadillo y continuar nuestra ruta, no sin antes sentarnos en la Silla del Rey y disfrutar de las magníficas vistas, aunque un poco pasadas por agua, pero atenuadas por la copa de los grandes pinos.
Bajo un intenso diluvio bajamos de nuevo al Salto del Corzo y, a media ladera, nos dirigimos hasta encontrarnos de nuevo con el arroyo Carneros y seguimos su curso en sentido ascendente hasta llegar al Chozo del Tío Blas, junto a las majadas del mismo nombre. Éstas eran aprovechadas hace tiempo por el ganado para pastar y en ellas existían cercados de piedra; en una aún se distingue lo que queda de uno, donde se guardaba el ganado por la noche. Aprovechamos la ligera salida del sol para secarnos, cambiarnos de ropa, quien pudo, y tomarnos el bocata durante media hora. Alguno de nosotros aprovechó la ocasión para cobijarse durante el tiempo de descanso en la cabaña de pastores que hay junto a la majada. En este último recorrido nos encontramos con bonitos caballos que pastaban libremente.
Nos dirigimos, a partir de aquí, por una trocha de ganado atravesando piornales hacia el camino de La Granja a Rascafría por el puerto del Reventón. Un tramo difícil, en el que se pierde el sendero, y que aconseja llevar unos pantalones largos. El cruce del piornal nos llevó unos 40 minutos, sin gran esfuerzo dado la bondad del día.
Por último, una pronunciada subida nos lleva hasta la cabaña de Fuente Infantes junto a la fuente del mismo nombre. En este tramo Dori aprovechó para darnos una lección sobre el mundo de los sentidos. Muy interesante, pero que muy interesante. Tras el merecido descanso en la Fuente de Infantes, y la amenaza de lluvia, optamos por subir a El Chorro en otra ocasión y en 30 minutos nos pusimos en la puerta de la Mata de la Saúca, donde finalizó la marcha.
Valsaín fue el lugar elegido para disfrutar de unas excelentes viandas y comentar el recorrido. Javi y Cristina nos han prometido llevarnos al Yelmo antes de que finalice el año. Nosotros les estamos muy agradecidos. Sobre todo porque estamos descubriendo que el mundo no se termina donde todos pensábamos que concluía. Y, además, en los recorridos podemos conversar de cualquier cosa y discrepar, sin que nadie nos de voces. Muchas gracias.
En el grupo se estrenaban Marce y Javi, y dos amigos suyos, quienes aguantaron como jabatos, más teniendo en cuenta que no habían salido nunca a la montaña. En poco más de 20 minutos llegamos a la Fuente de la Plata donde comenzamos a ascender hasta llegar a la pista asfaltada que nos condujo a la Fuente del Chotete, quizás el tramo con más dificultad por la gran pendiente de algunas de sus rampas. De ahí, nos dirigimos a Dos Cabañas donde, en tiempos, había dos chozas en las que pernoctaban los guardas forestales. Cruzamos el arroyo Carneros y nos encontramos con un grupo de montañeros segovianos, compañeros de trabajo de Dori en Telefónica. Hasta aquí el tiempo nos acompañó bien. Estaba nublado y no hacía mucho calor. Un día espléndido para salir a pasear.
Desde allí comenzamos la subida de las fuertes pendientes que nos llevaron al Salto del Corzo, desde donde enfilamos la última subida hasta el Cerro del Moño de la Tía Andrea en el que se encuentra la Silla del Rey. En la subida, alguna que otra gota nos cayó. Pero fue llegar arriba, a la Silla del Rey, y las nubes de una forma muy rápida nos mostraron su poderío. El aparato eléctrico, no excesivo, mostró la preocupación y el temor de algunos de los que allí estábamos. Javier y Cristina nos dieron confianza y mostraron un gran conocimiento de la montaña. No obstante, decidimos no comer el bocadillo y continuar nuestra ruta, no sin antes sentarnos en la Silla del Rey y disfrutar de las magníficas vistas, aunque un poco pasadas por agua, pero atenuadas por la copa de los grandes pinos.
Bajo un intenso diluvio bajamos de nuevo al Salto del Corzo y, a media ladera, nos dirigimos hasta encontrarnos de nuevo con el arroyo Carneros y seguimos su curso en sentido ascendente hasta llegar al Chozo del Tío Blas, junto a las majadas del mismo nombre. Éstas eran aprovechadas hace tiempo por el ganado para pastar y en ellas existían cercados de piedra; en una aún se distingue lo que queda de uno, donde se guardaba el ganado por la noche. Aprovechamos la ligera salida del sol para secarnos, cambiarnos de ropa, quien pudo, y tomarnos el bocata durante media hora. Alguno de nosotros aprovechó la ocasión para cobijarse durante el tiempo de descanso en la cabaña de pastores que hay junto a la majada. En este último recorrido nos encontramos con bonitos caballos que pastaban libremente.
Nos dirigimos, a partir de aquí, por una trocha de ganado atravesando piornales hacia el camino de La Granja a Rascafría por el puerto del Reventón. Un tramo difícil, en el que se pierde el sendero, y que aconseja llevar unos pantalones largos. El cruce del piornal nos llevó unos 40 minutos, sin gran esfuerzo dado la bondad del día.
Por último, una pronunciada subida nos lleva hasta la cabaña de Fuente Infantes junto a la fuente del mismo nombre. En este tramo Dori aprovechó para darnos una lección sobre el mundo de los sentidos. Muy interesante, pero que muy interesante. Tras el merecido descanso en la Fuente de Infantes, y la amenaza de lluvia, optamos por subir a El Chorro en otra ocasión y en 30 minutos nos pusimos en la puerta de la Mata de la Saúca, donde finalizó la marcha.
Valsaín fue el lugar elegido para disfrutar de unas excelentes viandas y comentar el recorrido. Javi y Cristina nos han prometido llevarnos al Yelmo antes de que finalice el año. Nosotros les estamos muy agradecidos. Sobre todo porque estamos descubriendo que el mundo no se termina donde todos pensábamos que concluía. Y, además, en los recorridos podemos conversar de cualquier cosa y discrepar, sin que nadie nos de voces. Muchas gracias.
lunes, 9 de agosto de 2010
Me lo he currado
Por fin ha concluido el curso parlamentario correspondiente al segundo periodo de sesiones de 2009 y primero de 2010. ¡Qué duro! Al menos para mí; pero, ¡qué espléndido!, profesionalmente. La verdad es que me lo he currado. Cada ley ha supuesto muchas, muchas horas de trabajo –he llevado seis en este curso-, en muchos casos, después de leer todo lo habido y por haber, hablar con colectivos, intercambiar impresiones con técnicos, entrevistas con diputados, senadores y letrados. Y una vez formado el criterio hay que preparar los turnos a favor, en contra, las enmiendas y portavoces, y a la vez la negociación con otros grupos. Una tarea ardua.
De las leyes de este curso recordaré siempre la modificación de la Ley de Navegación Aérea en lo concerniente al ruido o la Ley de Controladores Aéreos. En ambas conseguí las mayorías suficientes para que no volviesen al Congreso, pero en la primera se partía de 101 votos y eran necesarios 132. Cada voto más era una misión imposible, pero llegamos. O las presiones en la Ley de Controladores o de la Ley de Puertos no fueron fáciles. Tampoco se quedaron atrás, por su dificultad técnica, la del Servicio Geográfico o la de Contratos. Sin olvidar el trabajo de coordinación con mis compañeros de la Comisión de Fomento de la Ley de Presupuestos. ¡Vaya curre! El número de enmiendas en la mesa superaba con creces mi visual. Casi 2.000. Pero me alegro. He disfrutado y aprendido muchísimo.
Para un portavoz del partido del Gobierno las mociones se pueden convertir en una pesadilla. Más, cuando el Gobierno no quiere que presentes ninguna y la Dirección del grupo te urge algún tema actual y de interés para debatir y tramitar. Después de dar muchas vueltas y limar aristas he conseguido presentar cuatro mociones en pleno, darlas contenido técnico, y sacarlas por unanimidad. Fomento ha sido la comisión que más mociones ha tramitado en pleno. En comisión el trabajo ha ido por la misma línea. Hemos hecho un gran equipo, y prácticamente todos los senadores de la Comisión de Fomento han intervenido en el pleno.
No puedo olvidar la Comisión Mixta del Tribunal de Cuentas. Aquí, siendo viceportavoz, me ha tocado hacer de malo. De hecho, el presidente del Tribunal de Cuentas –TC- no ha admitido de muy buen grado mis valoraciones sobre los dictámenes del tribunal; lo mismo les ha pasado a los del grupo popular. Pero nos guste o no nos guste, a veces el Tribunal de Cuentas está a dos velas, como ha pasado en el caso Gürtel; o utiliza una mecánica excesivamente burocrática e ineficaz. Yo siempre apostaré por un nuevo enfoque de los trabajos de auditoría.
La coordinación territorial me ha llevado también bastante tiempo. Es un foro magnífico para el intercambio de ideas, pero, sobre cada tema semanal, al final hay que escribir y hacer propuestas, previa consulta de los senadores de mi territorio. Como me gusta participar, lo he hecho activamente.
Con las preguntas orales he tenido mala suerte. Semana tras semana he preparado dos, tres o incluso cuatro preguntas orales para el Gobierno, pero el Gobierno no ha entendido cómo el grupo que le da sustento le quiere controlar. Así que mi gozo en un pozo, aunque participo de la idea del Gobierno, la dinámica y competencia parlamentaria lleva a estas contradicciones.
En ningún momento he olvidado las preguntas escritas. Eran oportunas para impulsar los temas abiertos. Nunca entenderé las preguntas a las que nos tienen acostumbrados algunos senadores del PP, más orientadas a las estadísticas que a otras cosas. Todo un insulto a la inteligencia.
Pero los jueves hay que cambiar el chip. El partido pide dedicación, ideas, impulso, presencia mediática… En este curso político he sacado 92 notas de prensa y 20 ruedas de prensa. Un trabajo difícil, y poco agradecido.
Agosto es el momento de planificar el nuevo curso y de visitar las diferentes agrupaciones y municipios de la provincia. Esto es la política. Tengo la sensación de que no siempre se entiende y mucho menos se comprende. Yo me debo a mis ciudadanos por eso, esta semana, por segundo año consecutivo, presentaré ante los medios de comunicación segovianos y ante la Dirección del grupo mi balance de actividad. Quiero agradecer especialmente a todos aquellos que me han echado una mano en la mejora de los textos. Gracias.
De las leyes de este curso recordaré siempre la modificación de la Ley de Navegación Aérea en lo concerniente al ruido o la Ley de Controladores Aéreos. En ambas conseguí las mayorías suficientes para que no volviesen al Congreso, pero en la primera se partía de 101 votos y eran necesarios 132. Cada voto más era una misión imposible, pero llegamos. O las presiones en la Ley de Controladores o de la Ley de Puertos no fueron fáciles. Tampoco se quedaron atrás, por su dificultad técnica, la del Servicio Geográfico o la de Contratos. Sin olvidar el trabajo de coordinación con mis compañeros de la Comisión de Fomento de la Ley de Presupuestos. ¡Vaya curre! El número de enmiendas en la mesa superaba con creces mi visual. Casi 2.000. Pero me alegro. He disfrutado y aprendido muchísimo.
Para un portavoz del partido del Gobierno las mociones se pueden convertir en una pesadilla. Más, cuando el Gobierno no quiere que presentes ninguna y la Dirección del grupo te urge algún tema actual y de interés para debatir y tramitar. Después de dar muchas vueltas y limar aristas he conseguido presentar cuatro mociones en pleno, darlas contenido técnico, y sacarlas por unanimidad. Fomento ha sido la comisión que más mociones ha tramitado en pleno. En comisión el trabajo ha ido por la misma línea. Hemos hecho un gran equipo, y prácticamente todos los senadores de la Comisión de Fomento han intervenido en el pleno.
No puedo olvidar la Comisión Mixta del Tribunal de Cuentas. Aquí, siendo viceportavoz, me ha tocado hacer de malo. De hecho, el presidente del Tribunal de Cuentas –TC- no ha admitido de muy buen grado mis valoraciones sobre los dictámenes del tribunal; lo mismo les ha pasado a los del grupo popular. Pero nos guste o no nos guste, a veces el Tribunal de Cuentas está a dos velas, como ha pasado en el caso Gürtel; o utiliza una mecánica excesivamente burocrática e ineficaz. Yo siempre apostaré por un nuevo enfoque de los trabajos de auditoría.
La coordinación territorial me ha llevado también bastante tiempo. Es un foro magnífico para el intercambio de ideas, pero, sobre cada tema semanal, al final hay que escribir y hacer propuestas, previa consulta de los senadores de mi territorio. Como me gusta participar, lo he hecho activamente.
Con las preguntas orales he tenido mala suerte. Semana tras semana he preparado dos, tres o incluso cuatro preguntas orales para el Gobierno, pero el Gobierno no ha entendido cómo el grupo que le da sustento le quiere controlar. Así que mi gozo en un pozo, aunque participo de la idea del Gobierno, la dinámica y competencia parlamentaria lleva a estas contradicciones.
En ningún momento he olvidado las preguntas escritas. Eran oportunas para impulsar los temas abiertos. Nunca entenderé las preguntas a las que nos tienen acostumbrados algunos senadores del PP, más orientadas a las estadísticas que a otras cosas. Todo un insulto a la inteligencia.
Pero los jueves hay que cambiar el chip. El partido pide dedicación, ideas, impulso, presencia mediática… En este curso político he sacado 92 notas de prensa y 20 ruedas de prensa. Un trabajo difícil, y poco agradecido.
Agosto es el momento de planificar el nuevo curso y de visitar las diferentes agrupaciones y municipios de la provincia. Esto es la política. Tengo la sensación de que no siempre se entiende y mucho menos se comprende. Yo me debo a mis ciudadanos por eso, esta semana, por segundo año consecutivo, presentaré ante los medios de comunicación segovianos y ante la Dirección del grupo mi balance de actividad. Quiero agradecer especialmente a todos aquellos que me han echado una mano en la mejora de los textos. Gracias.
domingo, 1 de agosto de 2010
Toros sí, toros no
La prohibición por el Parlamento de Cataluña de la celebración de las corridas de toros a partir de 2012 está generando una conmoción social y política en España y despertando grandes pasiones a favor y en contra. Algunos partidos políticos han aprovechado esta polémica para posicionarse en el contexto que consideran más ventajoso para sus intereses políticos, pero en un debate ajeno al que pretendía suscitar la iniciativa popular elevada a la Cámara autonómica.
Para todos aquellos que nacimos en el franquismo, los toros en sus diversas variedades han formado parte de nuestra vida cotidiana. A alguno, de la mano del abuelo, ya nos pilló una vaquilla con dos años en una de las calles del pueblo. Para la mayor parte de los municipios de España los toros han sido sinónimo de fiesta. No sé si con una asociación biunívoca a lo que se denomina fiesta nacional, pero sí ligada a un componente lúdico y muchas veces tedioso y cruel
La lidea de toros bien entendida es arte, belleza, miedo, pasión y riesgo. Pero tampoco se puede obviar su carácter cruento y sanguinario en un marco público de uno de los animales más bellos en libertad. Los festejos taurinos ha servido y sirve de pretexto para llenar la falta de imaginación y buen gusto de la programación festiva de muchos pueblos de España. A muchos de ellos se trasladan las pasiones y frustraciones humanas.
El correbous, el toro embolado, el toro enlazado, el toro de la Vega, e incluso algunos encierros taurinos son espectáculos más propios de la Edad Media que de una sociedad moderna, sensible, avanzada y respetuosa con la vida de los animales. Su desarrollo requiere de una regulación urgente que evite el maltrato de este bello animal, que a veces sufre de forma desmedida ante al barbarie y la falta de sensibilidad.
La afición taurina es cada vez menor, al menos a las corridas de toros. Basta asistir a los distintos cosos de España para comprobar que la llamada fiesta nacional lleva muchos años de capa caída. Sin embargo, las corridas de toros son el único espectáculo taurino donde el sufrimiento del animal está tasado en tiempo, a pesar de que su agonía y muerte es un rito que cuenta con el aplauso y alegría colectiva. No ocurre así en los otros espectáculos taurinos, por lo general muy participativos y tediosos, donde la vejación y el maltrato suelen constituir un denominador común en muchos casos.
El debate taurino no es, ni debe plantearse, como un tema identitario, porque no lo es, salvo en la mente de algunos políticos oportunistas y populistas vacíos de contenidos y convicciones; tampoco se puede regular en contra de la lógica de los tiempos; ni se pueden cambiar las costumbres y tradiciones de un día para otro. Es bueno ir dando pasos acorde con la sensibilidad que requieren los nuevos tiempos. Por suerte, España es plural. Respetemos sus decisiones soberanas y miremos al futuro con visión larga.
Para todos aquellos que nacimos en el franquismo, los toros en sus diversas variedades han formado parte de nuestra vida cotidiana. A alguno, de la mano del abuelo, ya nos pilló una vaquilla con dos años en una de las calles del pueblo. Para la mayor parte de los municipios de España los toros han sido sinónimo de fiesta. No sé si con una asociación biunívoca a lo que se denomina fiesta nacional, pero sí ligada a un componente lúdico y muchas veces tedioso y cruel
La lidea de toros bien entendida es arte, belleza, miedo, pasión y riesgo. Pero tampoco se puede obviar su carácter cruento y sanguinario en un marco público de uno de los animales más bellos en libertad. Los festejos taurinos ha servido y sirve de pretexto para llenar la falta de imaginación y buen gusto de la programación festiva de muchos pueblos de España. A muchos de ellos se trasladan las pasiones y frustraciones humanas.
El correbous, el toro embolado, el toro enlazado, el toro de la Vega, e incluso algunos encierros taurinos son espectáculos más propios de la Edad Media que de una sociedad moderna, sensible, avanzada y respetuosa con la vida de los animales. Su desarrollo requiere de una regulación urgente que evite el maltrato de este bello animal, que a veces sufre de forma desmedida ante al barbarie y la falta de sensibilidad.
La afición taurina es cada vez menor, al menos a las corridas de toros. Basta asistir a los distintos cosos de España para comprobar que la llamada fiesta nacional lleva muchos años de capa caída. Sin embargo, las corridas de toros son el único espectáculo taurino donde el sufrimiento del animal está tasado en tiempo, a pesar de que su agonía y muerte es un rito que cuenta con el aplauso y alegría colectiva. No ocurre así en los otros espectáculos taurinos, por lo general muy participativos y tediosos, donde la vejación y el maltrato suelen constituir un denominador común en muchos casos.
El debate taurino no es, ni debe plantearse, como un tema identitario, porque no lo es, salvo en la mente de algunos políticos oportunistas y populistas vacíos de contenidos y convicciones; tampoco se puede regular en contra de la lógica de los tiempos; ni se pueden cambiar las costumbres y tradiciones de un día para otro. Es bueno ir dando pasos acorde con la sensibilidad que requieren los nuevos tiempos. Por suerte, España es plural. Respetemos sus decisiones soberanas y miremos al futuro con visión larga.
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