sábado, 11 de septiembre de 2010

Mi oficina de verano

Ahora que concluyen las vacaciones y comienza el curso político, quiero rendir un homenaje muy especial a ‘mi oficina de verano’: una piedra a la sombra de un árbol en la plaza de mi pueblo, Sangarcía –Segovia-, donde no he tenido más remedio que echar horas y horas. Se preguntarán ustedes “¿y por qué?” Pues porque es uno de los pocos emplazamientos donde podía tener cobertura de Vodafone, y a su vez ‘pillar’ algo de señal de la tarjeta 3G para la transmisión de datos.
El tiempo dedicado lo compartía, en muchos casos, con los vecinos del pueblo y veraneantes que durante el mes de agosto y algunos días de otros meses de este verano han disfrutado de la tranquilidad y sosiego de Sangarcía. Muchos me acompañaban en mis entrevistas en radio, o conversaciones con ministerios o representantes políticos, para después hacer una valoración, llegado el caso, o incluso darme algún consejo. Algo que, en la mayoría de los casos, me resultaba curioso y, a veces, hasta grato.
Mi situación no ha sido muy distinta a la que sufren otros ciudadanos del medio rural en Castilla y León. Son muchos los pueblos de esta Comunidad Autónoma que carecen de cobertura de telefonía móvil y de banda ancha. Un inconveniente importante para una población muy envejecida que necesita disponer de comunicación en cualquier punto de la localidad con sus hijos, que por lo general viven fuera; pero también para las pocas empresas y autónomos que ejercen su actividad profesional en los pueblos. A pesar de las promesas del consejero de Fomento, Sr. Silván, la banda ancha y la telefonía móvil brillan por su ausencia después de jurar y perjurar que llegarían a todas partes.
Por otra parte, la lógica del mercado a veces es perversa. En mi pueblo, Sangarcía, Movistar tiene buena cobertura. Un acuerdo firmado recientemente entre compañías permite dar servicio a aquellos clientes con la infraestructura de otra compañía, si la titular del contrato carece de servicio en esa localidad. Éste era mi caso. Lo intenté a través de los servicios técnicos de la Cámara Alta. ¡Pero que si quieres! Eso sí, me informaron sobre la intensidad de la señal en el entorno del pueblo, y sobre las previsiones de inversión de Vodafone para cubrir en un futuro la cobertura de la zona.
Espero que el próximo verano el problema esté resuelto. Si bien, aunque así sea, subiré con frecuencia a mi banco de piedra a disfrutar de las conversaciones con mis paisanos y a admirar una vez más la grandiosidad llena de historia de mi pueblo. ¡Gracias Vodafone!, a pesar de todo.




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues incómodo parece un rato. Pero no me negará, señor Gordo, que encanto, lo que es encanto, también tiene su improvisada oficina.

Unknown dijo...

Yo también le entiendo muy bien Sr. Gordo, a mí me ocurre lo mismo en Valleruela de Sepúlveda, no hay casi cobertura de Vodafone (no tengo ni idea de si movistar) y creo que las comunicaciones y las nuevas tecnologías son la clave para mentener estos lugares, llenos de encanto, tranquilidad e historia. Gracias por su denuncia

Anónimo dijo...

¡Hola Pilar!
Tal vez en Valleruela de Sepúlveda no tengáis un centro SI@ de Caja Segovia, porque el Sr. Gordo creo que omite que en su pueblo sí lo tienen, con conexión a internet. Y está justo a la derecha de la foto donde comienza el video que el mismo ha incluido.

Juan Luis Gordo dijo...

Sí, efectivamente un centro que abre sólo por las mañanas, y no todos los días- tre entre semana-; y donde no tengo ocbertura telefónica. Es que hay que contarlo todo, y ser menos tendencioso, paisano

Juan Luis