“Dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Esta máxima es perfectamente aplicable a muchos españoles que creen llevar en su ADN la esencia del españolismo. No se es más español por llevar emblemas visibles del Estado español, o defender con pasión planteamientos maximalistas en todo lo referente a la nación española frente a los nacionalismos periféricos.
En la Transición, una época marcada por la baja cultura democrática y política, se establecieron estereotipos que el devenir histórico ha demostrado que no tienen nada que ver con la realidad. Alianza Popular -después devendría en el PP- adoptó los colores de la bandera nacional como símbolo de su partido, al igual que Fuerza Nueva. Flaco favor hicieron a España y al símbolo del Estado español. Muchos españoles de aquella generación perdieron el auténtico significado de la bandera y la comenzaron a identificar con determinados colectivos, que es lo que éstos perseguían. Por suerte, 'la roja’ nos ha devuelto un significado más preciso de la tricolor.
Los gobiernos de Aznar explotaron el sentido patriótico de lo español asociado a su visión excluyente de España y lo español, para todo aquello que no encaja es sus intereses. Su famoso eslogan “España va bien” era más que un mensaje político, era un mensaje patriótico, en su forma de entender lo que a ellos les interesa. Y hoy contrasta con el “España se rompe”, de Zaplana y Acebes en la legislatura anterior; o “España se hunde”, de Cospedal y Sáenz de Santamaría de ahora.
Tenemos la oposición más irresponsable de Europa. Niega sistemáticamente el apoyo a las medidas del Gobierno contra la crisis, cuando apoya medidas similares adoptadas en otros países. Le parece correcto el recorte del gasto público, del sueldo de los funcionarios o el recorte de las pensiones si lo propone Cameron en Inglaterra o Sarkozy en Francia. Sin embargo, se opone y deja sólo al Gobierno de Zapatero cuando propone ajustes fiscales. Esta posición no está sucediendo en ningún país. Al PP le importa muy poco España. Son patriotas de hojalata. Lo único que les interesa es que la cosa vaya cuanto peor mejor, para llegar cuanto antes a La Moncloa.
El PP actúa con deslealtad hacia España y los españoles. Siembra el miedo sin fundamento en la población y alienta su desconfianza en los mercados. España hoy más que nunca necesita una oposición con altura de miras, que anteponga los intereses de España y los españoles a los suyos. Lo que en términos de pensamiento patriótico requiere de un auténtico compromiso con los intereses de España. Patriotas de verdad, no de hojalata.
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