
La España democrática es otro país. Estamos en primera línea de todo, o casi todo. Basta repasar el mundo artístico, científico o deportivo para darse cuenta que esto es así. En fútbol –para algunos lo único que verdaderamente importa en este país- hemos conseguido el Campeonato de Europa, hace dos años, y ahora el mundial.
Éste ha devuelto la ilusión y la esperanza a muchas personas abrumadas por la crisis económica y los mensajes catastrofistas. El fútbol está contribuyendo a recobrar la confianza. Cada uno lo siente, lo vive y lo manifiesta a su manera. Unos exteriorizan sus emociones y se enfundan 'la roja’; otros, el orgullo de ser españoles y prefieren referirse a la selección, como España. Y todos hemos sentido la satisfacción durante el mundial, del buen hacer; el respeto al trabajo en equipo para alcanzar un objetivo común; ganar y hacer de España un referente internacional; y contar con una selección que ha sido un ejemolo para todos.
¡Qué cada uno lo viva como quiera! La selección española de fútbol, o la ‘roja’, como prefieran, no es más que la manifestación de una ilusión colectiva traducida en confianza. Esperemos que esta eclosión colectiva se traduzca en el futuro y se viva con normalidad.
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