lunes, 14 de marzo de 2011

Un tsunami para el recuerdo



A mí, como a otras muchas personas, se nos han quedado grabadas en la retina las imágenes del tsunami que siguió al terremoto del Pacífico con epicentro a 130 kilómetros al Este de Japón el pasado 11 de marzo. Jamás había visto nada igual. La gran ola de más de 10 metros de altura arrastraba casas enteras de madera, como si de barcos se tratasen, cuando nos las derruía; los barcos y automóviles se movían como si fuesen de papel; y todo desaparecía y era arrasado en cuestiones de segundos. Inmensa la energía que desplazaba. El planeta Tierra hizo una clara manifestación de su supremacía sobre la obra civil generada por el hombre y nos recordó la fragilidad de éste frente a su fortaleza.

Cabe preguntarse si este tipo de fenómenos son evitables. La respuesta para mí es contundente: no. En tal caso se pueden disminuir sus efectos con mucho esfuerzo, pero es imposible luchar contra ellos. Las imágenes así lo aseveran. Los miles y miles de personas que han perdido su vida nunca pensaron que la madre Tierra los engulliría. Las olas se adentraron hasta 10 kilómetros en algunos lugares tierra adentro. Una de las ciudades entre las 10 más importantes de Japón ha desaparecido en parte, con enormes pérdidas de vidas humanas; y una población de 10.000 habitantes ha sido triturada, habiendo supervivido menos de 500 personas.

Los hechos nos tienen que llevar a reflexionar sobre la ordenación urbanística del futuro y sus consecuencias. El afán conquistador del hombre es posible que exceda los límites que marcan la naturaleza. Este tsunami, que tendremos grabado siempre en la retina, nos debe hacer reflexionar sobre el respeto al medio ambiente y sus reglas del juego; de lo contrario, la historia se puede volver a repetir.

Por otra parte he de confesar que a mí se me han caído mitos. Nunca pensé que una central nuclear –Fukhushima- fuese vulnerable a los efectos de un seísmo. Así me lo contó mi profesor de la asignatura Centrales de Producción de Energía en 5º de Ingeniería Industrial y así me lo creí. La realidad es otra, y el peligro de fusión del núcleo ahí está. Hoy Ángela Merkel ha anunciado que suspende el plan para prolongar la vida de las nucleares. La persona más pronuclear de todas, claro está, después de Aznar y Rajoy.

El planeta Tierra siempre está dispuesto a sorprendernos, y esta vez lo ha hecho con mucha intensidad. Esta vez ha tocado a los japoneses pero mañana nos puede tocar a nosotros.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Juan Luis, solo un detalle:
El Tsunami ni precedió al terremoto, fue al revese, el Tsunami siguió al terremoto.
Si no hay terremoto no hay Tsunami.

Anónimo dijo...

Me congratula que subsanes los errores con las recomendaciones de los lectores, ahora deberias hacer lo mismo en otros aspectos sociales como la lamentable situacion de los usuarios de los avant de Segovia(Aparcamientos, frecuencias,...)
Ya que estas en precampaña, un detallito por los ciudadanos haria que sumes muchos puntos.
Gracias.

Anónimo dijo...

Ya puedes hacer algo a ultima hora, que no vas dejar de cosechar lo que habeis sembrado. Si para vosotros, los usuarios del avant no existimos, esperaremos a el dia 22

Marta dijo...

Tsunami, terremoto, Avant???
Vaya mezcla que hacéis, chicos.
Y qué falta de prioridades, por favor!!!
Queréis comparar que no vaya bien un horario de un tren con lo que ha pasado en Japón???
No quiero contestar lo que tendría, majos...