domingo, 7 de agosto de 2011

¡Ya está bien!

Esta última semana la prima de riesgo de la deuda con respecto al bono alemán a 10 años ha alcanzado niveles históricos. La española llegó hasta un pico de 417 puntos básicos; después se situó en valores más bajos. La prima de riesgo italiana, una vez estabilizada, superó a la española. Los mercados financieros ponen así en entredicho a dos países con un gran peso específico en la zona euro.

El origen de este problema se encuentra en el retraso de la puesta en marcha del Fondo de Estabilidad Financiera que la eurozona aprobó hace unos días; en los problemas de la deuda americana; y en la aplicación de las reformas estructurales para el control del déficit público; y, por qué no decirlo también, la torpeza del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Sr. Trichet al no clarificar si el BCE iba a comprar deuda española e italiana.

Berlusconi ha movido ficha. Ha anunciado que adelantará un año el equilibrio fiscal comprometido para 2014 – si es que es verdad-. EL BCE parece estar dispuesto a comprar deuda siempre y cuando se aceleren las reformas como señal de confianza. En el caso de España, hace falta que los planes se pongan en marcha de manera más rápida. Zapatero ha anunciado medidas de ajuste para el Consejo de Ministros del 19 de agosto. Hasta la puesta en marcha del fondo de estabilización, estas medidas pueden dar un poquito de oxígeno, pero insuficiente.

Las próximas semanas estarán repletas de sobresaltos, y el Gobierno se puede ver obligado a dar señales inequívocas de su compromiso con el Plan de Estabilidad. Lo que la Comisión Europea y el BCE demandan es una mayor “contundencia” para controlar el gasto autonómico. Pero hay poco que hacer. El PP controla 12 de las 17 comunidades autónomas, y no está por la labor. Al menos hasta que se celebren las elecciones generales, suponiendo que gane el PP.

Mientras tanto el país puede atravesar momentos muy difíciles que no se arreglan con las elecciones, sino con la adopción de decisiones impopulares en el ámbito de las comunidades autónomas. El Gobierno, dadas las características de nuestra estructura política, no puede incidir en sus competencias; salvo que apruebe un Real Decreto Ley que recorte las retribuciones de los empleados públicos, lo que le pondría al pie de los caballos ante las próximas elecciones.

¡Qué paradoja! Quien actúa con responsabilidad sería penalizado en las urnas; y quienes hacen dejación de sus funciones son premiados por los ciudadanos. Basta recordar el último Consejo de Política Fiscal y Financiera y la posición que mantuvieron las comunidades autónomas gobernadas por el PP. Lo de las medidas de ajuste no va con ellos. Prefieren quemar el Estado con tal de llegar al poder

Otra opción es que la Unión Europea acelere la puesta en marcha de los mecanismos de protección del euro.

¡Ya está bien! Este país necesita partidos y políticos serios que estén a la altura de las circunstancias. La política no es un juego; y menos un divertimiento de frívolos, incluido Trichet.

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