lunes, 12 de marzo de 2012

Del 11-M al 29-M: huelga por manifestación

El 11-M es un día de recuerdo de las víctimas que cruelmente fueron asesinadas por los atentados “yihadistas” de los trenes en 2004 en Madrid. En todas las manifestaciones sindicales contra la reforma laboral convocadas este 11-M se han recordado dignamente, como corresponde. La derecha ha intentado demonizar la convocatoria sindical por coincidir con tan señalada fecha, pero le ha salido el tiro por la culata. La derecha da siempre al 11-M un carácter utilitarista. En estos días, el fiscal general del Estado ha ordenado abrir diligencias para demostrar la tesis del diario El Mundo y de algunos obsesos de que los atentados los cometió ETA. Eso sí que es respeto a las víctimas..., y no lo que han hecho los sindicatos convocando la manifestación.

La manifestación del 11-M, en contra de lo esperado, ha resultado ser un éxito. Éramos muchos los que creíamos que esta concentración solo contribuiría a debilitar la presencia en las calles de las muchas personas que están indignadas con el PP y sus políticas, pero no ha sido así. Hemos sido muchos los que hemos estado en las calles manifestando nuestra indignación contra la quiebra de los derechos constitucionales y los despidos que impone esta reforma.

Para el próximo día 29-M, las organizaciones sindicales han convocado una huelga general. Hay razones muy sólidas para hacerla. Un día de huelga supone grandes pérdidas económicas. No se lo puede permitir el bolsillo un gran mayoría de los trabajadores fijos y funcionarios de este país; menos los contratados y eventuales con la reforma laboral del PP. Pueden estar al día siguiente en la calle. Sin embargo, la movilización es necesaria. El PP tiene que saber que la mayoría absoluta no le da carta blanca para hacer lo que quiera.

La huelga general del 29 presenta dificultades objetivas. Puede transmitir un mensaje de debilidad de la sociedad civil al PP que no se corresponde con la realidad. Si algo han puesto de manifiesto las manifestaciones celebradas hasta el momento es la indignación de los españoles con el Gobierno del PP. Para que la indignación no pierda fuerza y el Gobierno del PP rectifique es necesario no fracasar. Lo mejor sería reconvertir la huelga general en una o varias concentraciones que se celebren en domingo para demostrar al PP que con los trabajadores y con los españoles no se juega.

En todo caso, la huelga la convocan los sindicatos y es a ellos a quienes corresponden decidir. Hemos de respetar el derecho a esta medida de protesta, que no es más que el reflejo del malestar de una buena parte de la sociedad con las medidas del Gobierno en materia laboral. 





1 comentario:

María dijo...

Claro que hay motivos para convocar una huelga general. Claro que sí.Pero el efecto y las consecuencias de una huelga no siempre se corresponden. Quizá otras medidas de presión, con consecuencias menos negativas para el trabajador, tengan el mismo o mayor efecto.
En todo caso, huelga o no, el PP y sus palmeros debería ver que el ciudadanito de a pie rechaza frontalmente esta reforma laboral, que nos deja totalmente desprotegidos y que deja claro la intención de los populares: no quiere empleados con derechos, sino empleados de papel mojado a los que se puede moldear como les interese.