miércoles, 29 de marzo de 2017

El sino de Europa



La Unión Europea acaba de cumplir 60 años. La vieja Europa, como concepto territorial y geopolítico, es mucho más antigua. A finales del siglo VIII, con Carlomagno, surge la primera idea conceptual de Europa; más tarde, Napoleón y Hitler, a su manera, intentaron expandir su afán imperialista. Es en el siglo XX, tras dos guerras fratricidas, cuando los europeos apostaron por la paz, la convivencia, la libertad, los derechos, la creación de riqueza y la solidaridad. Lo hicieron con los Tratados de Roma del año 57 y las sucesivas adhesiones de países y actualización del marco normativo en el tiempo que nos han traído hasta la actual Unión Europea: hoy, la Europa de los 27, descontado el Reino Unido. Una historia de éxito económico y social, a pesar de las dificultades que existen en el momento actual, pero hemos de evaluar a la Unión en el conjunto de sus etapas históricas.

La libre circulación de bienes, personas y la moneda única ha supuesto para los 508 millones de habitantes de los 28 países que integran la Unión en la actualidad no sólo un mayor  dinamismo económico, sino también el refuerzo de lazos culturales e institucionales que han hecho de Europa la zona del mundo del mayor bienestar, a la vez que solidaria. El Estado del Bienestar europeo es la herramienta de mayor cohesión social de la que disponen los Estados para desarrollar la Justicia Social. Tras 30 años de adhesión a la UE, España ha alcanzado cuotas de bienestar que jamás hubiese alcanzado sin su concurso institucional. Hoy los españoles son plenamente ciudadanos europeos. Es un país moderno que participa de un modelo de convivencia y una visión institucional, política y económica muy diferente a la del año 85.

La crisis económica de 2008 ha llevado a La Unión Europea a una crisis sin precedentes. El Brexit, los populismos emergentes de corte xenófobo, los problemas de corte económico de la eurozona, la crisis de los refugiados, la marginación de amplias capas sociales y en especial de los jóvenes, la presión de Rusia y Turquía y el nuevo presidente americano son algunas de las amenazas a las que se enfrenta la Unión Europea en el momento actual. No son las únicas. La amenaza del partido nacionalista de ultraderecha de Le Pen en Francia, la Deuda griega o la bancarrota de la banca italiana son los temas más eminentes de la agenda política que son necesarios superar. Sólo superando estos hitos los europeos adquirirán confianza e ilusión en el proyecto europeo. No me cabe la menor duda de que lo conseguiremos.

Europa es el mejor instrumento para dar respuesta a la economía global y superar las actuales dificultades. Sólo desde una gobernanza global y compartiendo la soberanía de los Estados que la integran de podrá avanzar en el desarrollo social y mejorar el futuro de nuestros hijos. Para ello es necesario ‘más Europa’. Necesitamos profundizar en la unión económica y monetaria, en la armonización fiscal y la búsqueda de nuevos instrumentos fiscales, como un impuesto que grave las transacciones financieras. Pero, a la vez, hemos de impulsar políticas económicas expansivas que permitan generar inversiones con nuevos nichos de actividad y empleos de calidad. En especial para los más jóvenes.

El modelo social europeo debe renovarse y adaptarse a las nuevas circunstancias y tiempos. Hoy es más necesaria que nunca la colaboración entre Estados para no dejar a su suerte a los parados de larga duración, a aquellas personas que sufren los efectos de la pobreza energética y a los marginados. Revitalizar la UE pasa, en primer lugar, por ayudar y establecer herramientas para apoyar y no excluir a los más desfavorecidos; buscar una hoja de ruta coherente que atienda primero a los retos más inminentes; y marcar un plan estratégico para garantizar el bienestar de los europeos. En Europa nos necesitamos todos, nuestro sino es ir unidos para hacer frente a los retos. Aquellos que piensan que los Estados nación es la solución al problema van en contra de los tiempos. La unión hace la fuerza, y sólo unidos conseguiremos una Europa fuerte. Ojalá podamos llegar lo antes posible a la unión política con los Estados Unidos de Europa. Gran parte de nuestros problemas quedarían reducidos a la mínima expresión. Ese ha de ser nuestro objetivo.


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