sábado, 23 de abril de 2011

Sin vergüenza

Una vez más el Sr. Mayor Oreja, eurodiputado del PP y antiguo ministro del Interior, ha vuelto a dar la nota. Ya van unas cuantas. Sus manifestaciones son intolerables. Ha acusado al gobierno socialista de facilitar la fuga del etarra Troitiño. Esta declaración es una ofensa para todos los demócratas y bien nacidos. Con ellas ha demostrado, una vez más, que tiene perdido el norte. No es que no tenga vergüenza, sino que con esta actuación demuestra que es un “sinvergüenza”.



¿Qué le mueve a este señor a efectuar esta acusación? Los motivos pueden ser varios. En primer lugar, una senectud sobrevenida que le lleva a una demencia senil aguda. En este caso habría que perdonarle. Pero también puede ser un grito de guerra para aglutinar en torno a las siglas del PP a todos aquellos que se deleitan asiduamente y vitorean a Intereconomía, Telemadrid, Veo7, la Cope, ABC… Una forma de tensar la cuerda para mantener la llama viva. O bien puede tratarse, de forma independiente o como complemento a lo anterior, de un acto de santificación en torno a la máxima de la “santa desvergüenza”, pues este señor también pertenece al grupo. Ya se ha encargado de recordarnos que lo suyo es una obligación moral. Ya se sabe para ellos todo vale con tal de conseguir lo que persiguen: en este caso llegar a la Moncloa.



Sea como sea, su acción no tendría ninguna importancia si no contase con el apoyo de la dirección del Partido Popular y no formase parte de una estrategia mediática. Las declaraciones de Cospedal y el silencio de Rajoy lo dejan claro. La lealtad con el Estado y los españoles les debiera llevar a romper y denunciar el Pacto Antiterrorista. Esta es una decisión de riesgo que el PP no va asumir, mucho menos cuando los éxitos policiales acompañan al gobierno como nunca. En materia de terrorismo todo ruido es malo y contraproducente para los intereses de los españoles. No todo vale. El PP está tensando demasiado la cuerda. Ojala no nos tengamos que arrepentir todos de sus actuaciones.




domingo, 17 de abril de 2011

El debate

Desde hace tiempo, el candidato del PSOE a la Junta de Castilla y León, Óscar López, viene pidiendo un debate público al candidato del PP y actual presidente, Juan Vicente Herrera, para contrastar programas, actuaciones y capacidad de gobierno ante los próximos comicios autonómicos. Todo apunta a que el debate no se va a producir ante la negativa persistente del Sr. Herrera.

Diferentes colectivos, entre ellos la Asociación de la Prensa, han abogado por la necesidad de realizar debates entre los candidatos que contribuyan a reforzar el proceso democrático. Comparecer ante los medios de comunicación, en especial en la televisión, bien para defender la gestión realizada y presentar un nuevo programa de gobierno; o bien para disentir de lo realizado por el equipo de gobierno y presentar un programa alternativo, constituye un derecho de los ciudadanos para poder ejercer su derecho al voto de forma adecuada. Con ello se legitiman los partidos, pero sobre todo los candidatos.

¿Qué les mueve al candidato y presidente Herrera y al Partido Popular a negar el debate? Desde mi punto de vista, son múltiples las razones. En primer lugar, les ha ido siempre bien haciendo una política oscurantista. ¡Para qué cambiarla!

La acción política de los 24 años de gobierno del PP en la Junta presenta enormes lagunas: no han sido capaces de conseguir una identidad de los castellanos y leoneses con la Comunidad Autónoma; amplias zonas del territorio se han despoblado y muchos pueblos han desaparecido o tienen los días contados; el éxodo juvenil y el envejecimiento de la población es un problema común a las nueve provincias; y se carece de un tejido industrial que sirva de motor a la economía. Un panorama nada halagüeño para además someterlo al veredicto público y mediático, más cuando el rival te puede quebrar el monopolio de la información, a diferencia de impacto unidireccional de la propaganda del que viene haciendo uso el equipo de Gobierno de la Junta.

Pero hay otras razones para no debatir. El presidente Juan Vicente Herrera tendría que explicar los importantes desequilibrios que existen entre las distintas partes del territorio de Castilla y León, y por qué se han producido. Pero también debe explicar cómo va a hacer frente al enorme desempleo que en estos momentos tiene la Comunidad y cómo va a afrontar los importantes desequilibrios presupuestarios que se avecinan en el futuro, entre otros problemas. Para Herrera lo más fácil es no celebrar el debate y seguir echando la culpa de todos sus males al Gobierno socialista con su aparato propagandístico.

Mientras tanto, la táctica de la disuasión también vale. Para ello la consejera Silvia Clemente se ha ofrecido a efectuar un debate con Óscar López, al ser ambos cabeza de lista por la circunscripción de Segovia. Se trata, una vez más, de confundir y engañar a los castellanos y leoneses. El debate, para que sea efectivo, se ha de producir entre los candidatos a la Presidencia de la Junta, que son los que representan a las dos grandes opciones políticas con posibilidad real de gobernar. Cono complemento del debate, se pueden celebrar otros entre los cabezas de lista de cada provincia. ¿Estaría dispuesto Herrera a debatir con Óscar López como candidato autonómico del PSOE, y con la candidata de Burgos del PSOE, circunscripción por la que se presenta? Óscar López, en el sentido recíproco, sí; pero me temo que Herrera no.

El debate es una cuestión ya no sólo de higiene democrática, sino también de respeto a todos los castellanos y leoneses para que el día 22 de mayo puedan expresar su voluntad de elección de la forma más consistente posible. ¡No se lo neguemos! No se lo merecen.

domingo, 10 de abril de 2011

Interés espurio

El Partido Popular acaba de hacer pública su lista definitiva para las próximas elecciones al Ayuntamiento de Segovia. Desde mi punto de vista, es una lista integrada por personas de bajo perfil municipal, sin experiencia, y poco representativa de la sociedad segoviana. En ella destaca la “gente bien”, y lo que en la transición democrática denominábamos los “niños de papá”. Muy acorde con los valores que representa el partido y su cabeza de lista. A él, como algún que otro integrante de este plantel, les caracteriza también al utilización espuria de las instituciones donde han venido desempeñando su trabajo durante estos últimos años, que les ha servido de medio instrumental para desgastar al equipo de Gobierno del Ayuntamiento y criticar sus políticas desde una plataforma a priori neutral y objetiva. Han seguido una de las máximas de Escrivá de Balaguer en ‘Camino’, la “santa desvergüenza”: Todo vale con tal de llegar al objetivo final. A ello me voy a referir.

En reiteradas ocasiones la Comisión Ejecutiva Provincial del PSOE en Segovia ha denunciado la sesgada y partidista actuación del actual candidato a la Alcaldía y por entonces presidente de la Cámara de Comercio. El carácter público de la institución que presidía exigía neutralidad política y transparencia en su acción. Pero ni una cosa, ni otra. El actual candidato del PP al Ayuntamiento de Segovia se dedicó durante su mandato a hostigar al actual alcalde de Segovia y a cuestionar las actuaciones del Gobierno de España, ente ellas la llegada del AVE a Segovia como se puede comprobar en la hemeroteca.

Apostó y fue, junto al presidente de la Diputación, uno de los impulsores –según sus palabras- de ese proyecto denominado ‘Segovia 21’, que presenta más sombras que luces, y del que ni él ni el presidente de la Diputación han dado la cara para explicar ante los segovianos su difícil situación económica y financiera, lo que se está traduciendo en un expolio del patrimonio de todos los segovianos, ya que la inversión se hizo con bienes públicos. Ante las denuncias del PSOE, la única respuesta fue una carta abierta en un diario local al secretario general de esta organización. El candidato estuvo ajeno durante sus años al frente de la Cámara a los intereses de esa organización, que no eran otros que los de atraer empresas a Segovia y generar comercio. Se trataba más de medrar en el ámbito político que de otra cosa. Los hechos nos han dado la razón.

También hemos conocido que el que fue –parece ser que ya no es- director del Observatorio Socioeconómico de Caja Segovia es otro integrante de la lista del PP al Ayuntamiento de Segovia. Otra persona que, revestida en un falso halo de prestigio y profesionalidad, se ha dedicado en estos años a fustigar al Ayuntamiento socialista de la ciudad y a desprestigiar todo lo que ha podido, y más, al Gobierno socialista. La falta de rigor, consistencia y objetividad de sus estudios en el observatorio ponían de manifiesto un interés espurio, ajeno al de la propia institución, como se demuestra ahora de forma clara. Desde el PSOE pedimos en su día su destitución inmediata, pues no sólo no garantizaba su neutralidad sino que desprestigiaba a la institución.

En la lista se ha incluido –según mis fuentes- a la esposa de un importante columnista de un diario local, a lo que por supuesto no hay nada que objetar. Precisamente este periodista ha fustigado con mucha virulencia con su crítica y artículos de opinión al alcalde socialista durante los últimos meses; así como en general a las políticas del PSOE. Desde la CEP siempre hemos abogado por la neutralidad e independencia de los medios y de los profesionales que lo integran. Desde este blog en numerosas ocasiones se ha hecho especial incidencia en este aspecto. Al menos tengo la suerte de que nadie me censura ni borra lo que escribo. Eso sí, desde el respeto a las personas, a la cultura democrática y a la veracidad de los hechos.

La lealtad institucional, desde la óptica que represento, ha sido y es un valor consustancial que debe presidir el desarrollo diario de la actividad profesional en el puesto de trabajo. Este valor es aún más importante cuando el trabajo se desarrolla como servidor público. Difícilmente se puede ser coherente en el Ayuntamiento cuando ha sido un interés ajeno al institucional el que se ha hecho presente en algunos de los candidatos referidos en su gestión. Y en política la coherencia es clave para garantizar la defensa objetiva de los intereses de los ciudadanos. En este caso de los segovianos.


domingo, 3 de abril de 2011

Despropósito total y en todo

Apenas había transcurrido una hora del anuncio de Zapatero de no concurrir como candidato a las próximas elecciones generales, para que el Partido Popular, a través de su portavoz y también después de su candidato a la Junta de Andalucía, haya pedido la convocatoria inmediata de elecciones generales. Se da la paradoja de que muchos de los contertulios que forman parte de la estrategia de su acción mediática reconocen y se jactan de que las medidas reformistas puestas en marcha por el gobierno de Zapatero allanaran el camino de los populares si llegan al Gobierno. Esto no impide a los dirigentes del Partido Popular denostarlas y a los parlamentarios populares votar sistemáticamente en contra de ellas. Con tal de llegar al poder vale todo. En estos días el terrorismo para los populares ha vuelto formar parte de su táctica de acoso y derribo al Gobierno. Lo hicieron en el 96 y lo repiten ahora. El Pacto Antiterrorista está a punto de saltar por los aires, a pesar de la sensatez de los populares vascos. La razón no es otra que el acoso y derribo permanente que mantienen hacia el se presume puede ser el futuro candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. El fin justifica los medios para el PP, según se ve. En el ámbito autonómico, el Gobierno del PP en la Junta de Castilla y León sigue unas directrices comunes y repletas de despropósitos. Su acción de gobierno en estos últimos siete años se ha limitado a hacer culpable de todo en la Comunidad al Gobierno socialista de España, desentendiéndose de su responsabilidad de gobierno. Durante estos días estamos asistiendo a una pléyade de actos electorales revestidos con un despliegue institucional, que al final acabamos pagando todos los castellanos y leoneses. En Segovia los despropósitos del PP se vuelven a reproducir. Tras una oposición sin Norte ni sentido en el Ayuntamiento de Segovia y una Diputación Provincial gobernada bajo un criterio clientelar desde hace años, que ha hecho de la institución una prolongación de la estructura orgánica, ahora nos encontramos con una oferta electoral al Ayuntamiento de Segovia plasmada de demagogia. Una vez más se vuelve a despreciar a los segovianos. La “santa intransigencia” lo invade todo; y todo vale –hasta la mentira- para intentar llegar al sillón presidencial de la Plaza Mayor. Despropósito en todo y de todo. Una forma de hacer política sin un compromiso sustantivo ni ideológico, que lo único que aspira es llegar al poder como sea, y para ello vale todo. Una política de tierra quemada que les acabará pasando factura. Tiempo al tiempo.