lunes, 25 de junio de 2012

Solsticio de verano


La noche de San Juan, siempre mágica, marca la etapa previa al periodo vacacional. El verano ya luce con todos su bríos y se relaja la tensión política. Esto ha sido así tradicionalmente. Sin embargo, la crisis marca una nueva impronta que hace que todo lo que hasta el momento era cotidiano deje de serlo.

La semana parlamentaria, la última del periodo ordinario de sesiones, viene marcada por la tramitación de la Ley de Financiación de los Partidos Políticos, y la vuelta del Senado de la Ley de la Reforma Laboraly la Ley de Presupuestos Generales del 2012. Un periodo de sesiones que ha estado marcado por el Real Decreto Ley. El Gobierno en este periodo ha batido marcas. La apisonadora ha funcionado, fuera la materia a regular “de extraordinaria, o de urgente necesidad”. Daba igual. Una vez más el PP ha vuelto a poner de manifiesto su incoherencia. Lo que no valía en la oposición, vale en el gobierno.

La semana presenta una gran intensidad política en el marco exterior. España ha solicitado hoy el crédito para la banca –dígase rescate-. Una medida que la señora Merkel, pero también el resto de los países europeos, nos han pedido que no se demore. El jueves y el viernes se celebra la cumbre del Consejo de Europa. España se la juega una vez más.

Para que no se asfixie nuestra actividad económica y se siga parando el país, necesitamos que la cumbre acepte la demora en el cumplimiento de los objetivos de estabilidad de al menos dos años. De lo contrario, será  imposible cumplir los objetivos de déficit público y la economía española seguirá ahogada. Un objetivo imprescindible para nuestra economía, y que en el propio debate electoral entre candidatos Rubalcaba ya marcó como una prioridad.

La cumbre debe acordar la inyección de fondos para reactivar la economía europea. Todo indica que será así. España puede ser uno de los países más favorecidos. La austeridad estamos viendo que no es suficiente para superar el pico de la crisis. En el PSOE siempre lo hemos tenido claro. Nos alegramos de que la victoria del socialista François Hollande haya permitido abandonar la posible abandonar las posiciones  ultraconservadoras, y Rajoy se haya apuntado a estas tesis.

El solsticio de verano puede representar un punto de inflexión en la situación política española. ¡Ojalá! De momento, algunos hemos disfrutado de un bello día de verano en las cumbres de Peñalara y hemos vivido con ilusión cómo algunos paisanos hacían la tradicional peregrinación en la noche de San Juan por las ermitas del entorno de la ciudad de Segovia       

miércoles, 20 de junio de 2012

Una respuesta para España

España atraviesa uno de los momentos más difíciles desde la Transición. El reciente rescate de nuestro sistema financiero ha desatado todas las alarmas y ha puesto de manifiesto la debilidad de nuestra estructura económica. Una economía con enormes desequilibrios estructurales, territoriales y funcionales desde hace muchísimos años. Una economía poco competitiva –ocupamos el puesto 39 en el conjunto del mundo- que ha sustentado su crecimiento en mano de obra barata y poco cualificada, y se ha movido en los últimos 12 años bajo el espejismo de la burbuja financiera. Una economía que es incapaz de generar ingresos fiscales suficientes para garantizar los gastos fijos del Estado. 

Ante esta extrema situación de dificultad es necesaria una unidad de acción de todas las fuerzas políticas del arco democrático para hacer frente a la crisis. Una unidad que excluye el oportunismo político que vienen ejerciendo algunos partidos políticos más preocupados por mejorar sus expectativas electorales que por aportar propuestas para impulsar la salida de la crisis. Es el momento de la Unidad  Nacionalpara hacer todos frente a esta situación y poder salir adelante. Es urgente recuperar la confianza de los mercados y de los gobiernos en España, así como el prestigio de nuestro país. El presidente del Gobierno tiene que mover ficha de forma urgente y propiciar un gran Pacto de Estado que materialice la unidad de acción en torno a una Unidad Nacional. Él y sólo el puede hacerlo.

España se juega su futuro, pero Europa también. Es evidente que se han cometido errores. Todos los gobiernos de nuestro país –incluidos los autonómicos de diferente color político-, desde la Transición hasta hoy, no han sido capaces de modernizar y dinamizar nuestra economía y corregir sus desequilibrios estructurales. Además, han cometido el error de sumarse a la euforia virtual del ladrillo. No ha habido mala fe; se ha producido impericia. Sin embargo, España no se merece el castigo que está recibiendo. Se están haciendo esfuerzos y sacrificios muy importantes en los últimos años. La situación de inestabilidad se extiende a toda la Unión Europea (UE). O se actúa con urgencia y decisión, o de lo contrario el futuro de la  UE estará en entredicho, y con ello el bienestar de gran parte de sus ciudadanos.

Europa requiere un cambio de política. No se pueden centrar todas las actuaciones en la búsqueda de la austeridad a ultranza. La austeridad es necesaria, pero es imprescindible acompañarla de estímulos al crecimiento. Pero se requiere, a su vez, una dirección política y económica común para evitar distorsiones y mejorar la eficiencia económica y el bienestar de los países de la Unión. La Europa federal es urgente y requiere cesión de soberanía. La oportunidad es única, pero requiere que se impulsen los mecanismos de ayuda que permitan reactivar la economía de los países que están pasando serios apuros, como España.

domingo, 10 de junio de 2012

Ninguneo popular

¡Ya está bien! Los españoles nos merecemos un respeto. La UE ha tenido que salir al rescate del sistema financiero español y el presidente del Gobierno del PP, el Sr Rajoy, ha dado explicaciones un día más tarde sólo por la presión del pueblo español y de los diferentes grupos políticos de la oposición en los medios de comunicación y en las redes sociales. El día anterior, el ministro de Economía ya había dejado bien claro que no comparecería.

Además lo ha hecho con la soberbia y altivez que le caracteriza. Ha aparecido como salvador y gran gurú. No sólo se apuntó en su momento al “¡qué se hunda España que ya lo levantaremos nosotros!”, de su ministro de Hacienda; sino que era su mentor. La oposición de Rajoy fue de acoso y derribo contra todas las medidas de ajuste económico que tomó el gobierno de Zapatero. Ahora hemos tenido que oír que sólo gracias a él no se nos ha intervenido el Estado y se han limitado los efectos a un simple crédito. Verlo para creerlo. Su terapia en estos casi seis meses de gobierno nos ha llevado a la UVI. España ha empeorado en todo en este periodo, sin que el presidente haya asumido su responsabilidad de información pública.

La misma dinámica del presidente en la interlocución pública preside la acción de su grupo parlamentario y de las instituciones donde gobiernan. El grupo popular ha impedido la comparecencia de los responsables de Bankia y se ha opuesto a cualquier comisión de investigación. Lo mismo ocurre en el quehacer diario de la actividad parlamentaria. La amplia mayoría absoluta del Grupo Parlamentario Popular intenta ahogar cualquier debate. Los pocos proyectos de ley que se tramitan pasan sin pena ni gloria. Los populares impiden el debate y lo reducen a su mínima expresión dejando al margen el reglamento. Esta última semana el diputado socialista Ramón Jáuregui se tuvo que emplear a fondo para poder explicar el sentido del voto de su grupo en la Comisión de Industria donde se debatía con capacidad legislativa plena la modificación de la Ley General de Comunicación Audiovisual.

En el ámbito provincial ocurre lo mismo. En Segovia estos días hemos podido comprobar como el PP ninguneaba al alcalde de Segovia en su interlocución con el presidente de Renfe. El presidente del PP y a su vez presidente de la Diputación se erigía en “secretario general del movimiento nacional” y hacía de portavoz de la ministra de Fomento, la Sra. Ana Pastor, ante la petición efectuada por el alcalde de Segovia para que nos se suspendiese la parada en Segovia de los trenes Alvia que van al Norte de España. Una falta de respeto y descortesía, no sólo al alcalde sino a todos los segovianos.

La mayoría absoluta del PP no les exime de su respeto a los españoles y a las instituciones. El ninguneo parece estar en sus genes.









lunes, 4 de junio de 2012

“¡Que se hunda España!” (Montoro, 2010

“¡Que se hunda España, que ya la levantaremos nosotros!”. Esta fue la frase que espetó en mayo de 2010 el diputado por el PP, y portavoz de presupuestos en aquella época del Partido Popular, el Sr. Montoro, a la portavoz de Coalición Canaria (CC), la Sra. Oramás, cuando éste le solicitó que no apoyase al PSOE para aprobar las reformas que luego evitarían la intervención de España pero hundirían al Partido Socialista. Así lo ha desvelado esta semana en el Congreso de los Diputados la diputada canaria.

La frase no puede ser más elocuente de la calaña de este personaje, a la sazón actual ministro de Hacienda del actual Gobierno de España. La frase representaba el sentir del PP. Los hechos han demostrado que el PP ha antepuesto siempre los intereses de su partido a los de España. A ellos que tanto se les llena la boca de hablar de España les falta lo esencial: el amor a su patria.

Después de cinco meses de gobierno popular, la gestión pública no puede ir peor. Presumieron de contar con un programa para sacar a España de la crisis. Llegaron a afirmar que el sólo hecho de ganar las elecciones permitiría un giro copernicano de la situación económica. La realidad es muy diferente. El paro se ha disparado como consecuencia de la reforma laboral; al sistema financiero lo han acabado de hundir –siempre lo controlaron el PP y sus gestores-; y la mentira preside toda acción política del Gobierno. Han hecho todo lo contrario de lo que prometieron. Y para más INRI, se ha demostrado que hasta la herencia era la suya.

Ahora la situación es crítica. La prima de riesgo ha alcanzado niveles históricos. Será muy difícil, de persistir estos niveles, que no nos intervengan. Grecia, Irlanda y Portugal apenas aguantaron con esos niveles un mes. Todo indica que los 33.000 mil millones de euros que el PP va a regalar a Bankia se quedarán muy cortos cuando aflore el resto de los activos tóxicos del resto de los bancos y cajas. La situación no puede ser más crítica.

El líder de la oposición ha vuelto a tender la mano. Él fue el primero que reivindicó aplazar el plazo para el cumplimiento del déficit público, que esta semana ha ratificado Alemania; ahora su apoyo ha sido incondicional ante la próxima cumbre europea. Sin embargo, los titubeos en el PP siguen. Más bien no se aclaran. El presidente está sobrepasado y su equipo dividido, y con fuertes tensiones.

Esta semana el ministro de Economía alemán ha pedido a nuestro ministro del ramo la intervención selectiva del sistema financiero. La respuesta ha sido no, pero a su vez el presidente ha ofrecido una renuncia a la soberanía en materia fiscal, abogando por una autoridad europea en esta materia; a la vez que ha ninguneando al banco de España.

El PP parece haber cambiado de táctica. Ya no dicen que estamos al borde del precipicio, ahora, según ellos, España saldrá de la crisis por sí misma. Ya se sabe que la “verdad” no ha sido nunca la marca de la casa. Todo indica que la intervención sería un alivio para el PP. Las medidas a tomar, en este caso, ya no serían una cosa suya, y además les permitiría echar la culpa de todo lo que pasa al PSOE. Una hábil manera de seguir escondiendo la cabeza y no dar la cara; aunque haya que disimularlo.