Los datos no pueden ser más patéticos. En el último año los segovianos tienen que esperar el doble de tiempo que 2011 para ser operados y la espera en Atención Especializada para consultas y pruebas diagnósticas se ha triplicado. Si unimos el cierre de las guardias nocturnas en seis centros médicos rurales y la unificación de las guardias médicas del Servicio de Urgencias con el Centro Médico de Segovia Rural en estos últimos meses, podemos afirmar que la “sanidad segoviana está enferma y no mejora, sino todo lo contrario”. La calidad de los servicios prestados se ha resentido. En algunas patologías se prestan tarde y a destiempo, lo que puede llevar a daños irreparables en la salud de algunos de los pacientes afectados. Un serio problema que requiere un enfoque diferente de la actual gestión en materia sanitaria de la Junta de Castilla y León.
Los segovianos que esperan de tres a seis meses para ser operados se han multiplicado por 13 en un año. No es admisible que la demora media quirúrgica se sitúe en 90 días para más de 1.000 enfermos y 180 días para más de 500. Especialidades como Oftalmología o Traumatología ven como día a día se incrementan sus listas de espera, mientras la desesperación crece ante la impotencia entre los afectados. Los enfermos oncológicos sufren también las consecuencias. El Hospital General ha reducido el número de horas de atención médica y la prometida Unidad de Radioterapia desde hace más de cinco años ni está ni se la espera, con lo que eso conlleva. Lo mismo ocurre con pruebas diagnósticas como la ecografía abdominal o la colonoscopia, donde un paciente puede esperar hasta 300 días para realizarla. Todo ello es el reflejo del gran deterioro que está sufriendo la sanidad segoviana en este último año, de Gobierno del PP.
La Atención Primaria segoviana no va mucho mejor. Con el cierre de las guardias nocturnas de los centros rurales y la reducción de ambulancias de Soporte Vital Básico desde las 22 horas, la presión asistencial del Centro Coordinador es aún mayor. Con la unificación del Servicio de Urgencias de Atención Primaria –SUAP- y el Punto de Atención Continuada –PAC- de Segovia rural, ahora desde esta unidad se atiende al 50 por ciento de los segovianos. Ello conlleva una mayor dispersión de la población atendida, dificultades en la accesibilidad al servicio asistencial, demora de los tiempos de respuesta, más masificación y el deterioro de la calidad asistencial. Además, hay que tener en cuenta que en toda la provincia solo hay una Unidad Medicalizada de Urgencia –UME- como apoyo de las urgencias de Atención Primaria.
Los segovianos sufren también en materia sanitaria las medidas puestas en marcha, hace poco más de un año, por el Gobierno del PP: el copago de los medicamentos, ortopedia y productos dietéticos, así como el transporte sanitario no urgente. Medidas que recaen de una sobremanera especial sobre los mayores de 65 años, los que más utilizan la sanidad en Segovia. Y, sobre todo, el recorte de presupuesto sanitario. En Segovia, la asignación per cápita para la sanidad se ha reducido un 6,5 por ciento este último año. Después de un año de la reforma del PP, se ha retrocedido a la época anterior a la Ley General de Sanidad de 1986.
El futuro no es muy halagüeño. Estos días hemos sabido que el Gobierno del PP en la Junta solo sustituirá a cinco médicos de los 22 que se han jubilado forzosamente. Con estas medidas la inmensa mayoría de los segovianos son para la Junta de ciudadanos de segunda. Y esto se traduce en que quienes dispongan de recursos podrán pagarse un médico privado –unos pocos-; la salud del resto, al albur de la suerte.
El PP está haciendo una política sanitaria equivocada y de una enorme irresponsabilidad. En un momento de crisis como este tiene que garantizar los servicios esenciales de la Comunidad; y la sanidad lo es, más cuando el 23 por ciento de la población es mayor y vive en el medio rural. No se puede entender, sin embargo, que dé prioridad a un compromiso contractual como el pago del siete por ciento del beneficio empresarial –este año asciende a 71 millones de euros- para la empresa adjudicataria de la gestión del nuevo Hospital de Burgos, y no garantice la contratación de personal sanitario y las guardias en los 21 centros rurales de Castilla y León que han sido clausuradas.
Los gobiernos del PP están aprovechando la crisis para desarrollar un modelo neoliberal sanitario. Un modelo que Aznar tuvo diseñado pero no pudo aplicar porque perdió las elecciones, pero que ahora Rajoy impulsa sin ningún tipo ambages. Tenemos lo que no nos merecemos, pero hemos propiciado. Segovia y los segovianos no se merecen que su sanidad enferme y empeore día a día, porque con ello empeora su salud.