En ‘Camino’, obra maestra de monseñor Escrivá de Balaguer, se recoge
“la santa desvergüenza” como una de las máximas que ha de presidir la acción de
vida de todos aquellos discípulos que busquen a Díos a través del camino de la
santificación. Son muchos los seguidores de Balaguer que le siguen a pies
juntillas; y van más allá. Practican, y practican también la “santa
intransigencia” y otras virtudes similares que recoge la obra de Escrivá, para
quien en su filosofía todo vale con tal de alcanzar el objetivo final.
El pasado jueves en el debate sobre el RDL de Preferentes y
Subordinadas un conocido discípulo de monseñor, cual es el diputado popular Sr.
Pujalde, a la hora de exponer la posición de su grupo, en el que actuaba como
portavoz, hizo una clara manifestación de lo que algunos entienden por “santa
desvergüenza”. Mintió, volvió a mentir, e hizo toda la demagogia escenificada
que un cínico sabiendo que está en plena actuación puede hacer. Como se pueden
imaginar todo el discurso giraba en torno a lo malo que fue Zapatero y son los
socialistas, frente a la honestidad y el rigor de los populares. No es la
primera vez que este señor hace de bufón y escenifica el cinismo. En alguna
ocasión ha sido expulsado de la Cámara, por su puesta escena provocadora y en
algunos momentos con un toque chabacano.
Se da la circunstancia de que la intervención del Sr. Pujalde vino
precedida por los gritos y la desesperación de un grupo de personas de edad
avanzada en la tribuna, afectados por preferentes y subordinadas. Esta
circunstancia obligó al presidente de la Cámara a expulsarles del hemiciclo. Una
situación muy desagradable que resolvió bien el presidente del Congreso, a
pesar del asesoramiento y ademanes en ese momento de la vicepresidenta primera
del Congreso, quien en dos ocasiones cerró por iniciativa propia el micrófono
del presidente. La tensión se mascó. En la tribuna se apreciaban caras de
desesperación: personas que han perdido los ahorros de toda su vida por confiar
en su banco o caja. Su indignación es lógica, aunque no compartamos su protesta
en tribuna quebrando el reglamento del Congreso.
Con estos antecedentes el discurso del Grupo Popular en voz del Sr.
Pujalde no pudo ser más desafortunado. Manifestó un desprecio absoluto por las
personas que padecen el problema y buscó con su intervención proclamar “el tú
más”, que tanto utiliza el PP para defender los intereses de su partido y confundir
a la población. A este despropósito se unió el aplauso de la bancada del Grupo
Popular puesta en pie cuando concluyó su intervención, y el besamanos de unos
pocos diputados del PP, entre los cuales se encontraba el diputado por mi misma
circunscripción, el Sr. Pedro Gómez de la Serna. Todos ellos participaron de la
“santa desvergüenza”. Esa virtud que tanto viene utilizando en la vida pública
el PP y sus gobiernos.
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