domingo, 14 de abril de 2013

La santa desvergüenza




En ‘Camino’, obra maestra de monseñor Escrivá de Balaguer, se recoge “la santa desvergüenza” como una de las máximas que ha de presidir la acción de vida de todos aquellos discípulos que busquen a Díos a través del camino de la santificación. Son muchos los seguidores de Balaguer que le siguen a pies juntillas; y van más allá. Practican, y practican también la “santa intransigencia” y otras virtudes similares que recoge la obra de Escrivá, para quien en su filosofía todo vale con tal de alcanzar el objetivo final.

El pasado jueves en el debate sobre el RDL de Preferentes y Subordinadas un conocido discípulo de monseñor, cual es el diputado popular Sr. Pujalde, a la hora de exponer la posición de su grupo, en el que actuaba como portavoz, hizo una clara manifestación de lo que algunos entienden por “santa desvergüenza”. Mintió, volvió a mentir, e hizo toda la demagogia escenificada que un cínico sabiendo que está en plena actuación puede hacer. Como se pueden imaginar todo el discurso giraba en torno a lo malo que fue Zapatero y son los socialistas, frente a la honestidad y el rigor de los populares. No es la primera vez que este señor hace de bufón y escenifica el cinismo. En alguna ocasión ha sido expulsado de la Cámara, por su puesta escena provocadora y en algunos momentos con un toque chabacano.

Se da la circunstancia de que la intervención del Sr. Pujalde vino precedida por los gritos y la desesperación de un grupo de personas de edad avanzada en la tribuna, afectados por preferentes y subordinadas. Esta circunstancia obligó al presidente de la Cámara a expulsarles del hemiciclo. Una situación muy desagradable que resolvió bien el presidente del Congreso, a pesar del asesoramiento y ademanes en ese momento de la vicepresidenta primera del Congreso, quien en dos ocasiones cerró por iniciativa propia el micrófono del presidente. La tensión se mascó. En la tribuna se apreciaban caras de desesperación: personas que han perdido los ahorros de toda su vida por confiar en su banco o caja. Su indignación es lógica, aunque no compartamos su protesta en tribuna quebrando el reglamento del Congreso.

Con estos antecedentes el discurso del Grupo Popular en voz del Sr. Pujalde no pudo ser más desafortunado. Manifestó un desprecio absoluto por las personas que padecen el problema y buscó con su intervención proclamar “el tú más”, que tanto utiliza el PP para defender los intereses de su partido y confundir a la población. A este despropósito se unió el aplauso de la bancada del Grupo Popular puesta en pie cuando concluyó su intervención, y el besamanos de unos pocos diputados del PP, entre los cuales se encontraba el diputado por mi misma circunscripción, el Sr. Pedro Gómez de la Serna. Todos ellos participaron de la “santa desvergüenza”. Esa virtud que tanto viene utilizando en la vida pública el PP y sus gobiernos.    





 

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