domingo, 28 de septiembre de 2008

Un nuevo proyecto para el futuro del socialismo segoviano

Una vez celebrado el Congreso Autonómico donde fue elegido secretario general de los socialistas castellanos y leoneses Óscar López, ahora toca el turno a los congresos provinciales. Segovia lo celebrará el próximo 19 de octubre. Hasta el día 5 de octubre las agrupaciones pueden elegir a sus 69 delegados. Hasta el momento, nadie se ha postulado como candidato, si bien el actual secretario general provincial ha insinuado su posible candidatura. Simultáneamente vienen manteniendo reuniones informales con su grupo de confianza –unas ocho personas- para reforzar su posición.

El PSOE en Segovia no se encuentra en su momento más dulce, pero tampoco en el más amargo. Hoy se gobierna en el Ayuntamiento de Segovia con mayoría absoluta, sin duda su mayor activo, y en La Granja de San Ildefonso y El Espinar. Cuenta con un menor número de militantes en términos relativos en relación a otras provincias de Castilla y León, pero nunca tuvo tanta gente joven y tan bien preparada. No obstante, falta tono y mimbres para abordar su gran reto político: alcanzar el gobierno de la mayor parte de los ayuntamientos de la provincia y gobernar así la Diputación Provincial.

Todo apunta a que el nuevo Congreso Provincial va a dilucidar quién verdaderamente manda en el partido. Al menos así parece que se está planteando desde la actual dirección. Sin embargo, nos equivocaremos una vez más si no somos capaces de articular una oferta política que dé respuesta a los grandes retos que se plantean a Segovia para los próximos años. Esto requiere una dirección política sólida, que desde el presente proyecte el futuro y que apoye sus actuaciones en un equipo solvente, de personas capaces de trabajar codo a codo con los segovianos.

La nueva etapa debe venir presidida por la nueva impronta que ya está marcando Óscar López: progreso, modernidad, dinamismo, ambición y confianza en el futuro. La nueva dirección que salga del Congreso Provincial ha de sincronizar obligadamente su acción política con las directrices que marque el nuevo líder autonómico, y superar la vieja cultura de enfrentamiento entre grupos que justifica por sí mismo el instinto tribal de supervivencia. El debate debiera centrarse en el tipo de proyecto que se quiere para el futuro; y no en la pelea por la burocracia para que no lleguen “los otros”; ésos que algunos, cuando no existen, se sienten en la necesidad de inventarlos para justificar la cohesión del grupo y evitar el caos futuro.

Nos equivocaríamos los socialistas segovianos si al final de todo este recorrido, hasta el día 19 de octubre, no somos capaces de llegar a una sola candidatura de integración que mire al futuro y supere los recelos hacia a otros compañeros, que no las sensibilidades; y a su vez permita proyectar un futuro de bienestar para Segovia y reforzar la confianza de los segovianos en el PSOE.


domingo, 21 de septiembre de 2008

Óscar López: una esperanza de futuro para los castellanos y leoneses

Progreso, modernidad, dinamismo, ambición, confianza y recuperación del orgullo perdido son señas de identidad del proyecto socialista de Óscar López para los castellanos y leoneses. Es un proyecto de futuro que contrasta con el estancamiento, inactividad, pesimismo, pasividad y falta de compromiso del PP en estos últimos 21 años en los que ha estado gobernando en la Junta. Hemos progresado, pero no mucho; y el futuro se ve con incertidumbre y pesimismo.

Fuimos muchos los que salimos a buscar el pan fuera en los años setenta y ochenta. Hoy la situación es algo mejor, pero los jóvenes siguen yéndose y los pueblos continúan muriendo. Y la Junta en estos años se ha mostrado impasible ante una situación que pedía soluciones a gritos. Ésta es la primera prioridad de Óscar y de su equipo.

En el desarrollo de infraestructuras también llegamos tarde. Seguimos con pocas carreteras de alta capacidad y las que hay son ejes de paso que no contribuyen a integrar Castilla y León. Óscar tiene un gran trabajo por delante. Por suerte, el AVE llegará en los próximos años a la mayor parte de las provincias y contribuirá a un mayor impulso económico y al desarrollo.

La falta de un fuerte tejido empresarial e industrial es otro de los problemas a los que se enfrenta el nuevo secretario general del PSOE de Castilla y León, Óscar López. El proyecto socialista es plenamente consciente de que es imprescindible el desarrollo empresarial, en especial de las pymes, para crear riqueza y empleo.

El campo es otra gran apuesta del PSOE. El mercado global exige productos de calidad y competitivos. Para lograrlo, se habilitarán soluciones que permitan la integración de sus procesos y la comercialización de productos. El turismo y las políticas de desarrollo rural complementarán y reforzarán la apuesta del proyecto socialista por el medio rural.
Hoy el PSOE de Castilla y León tiene que impulsar el proyecto de Óscar López, con liderazgo social y trabajo en equipo para mejorar del bienestar de los ciudadanos. Necesitamos un cambio para seguir avanzando y recuperar la falta de impulso de estos años de gobierno popular.


domingo, 14 de septiembre de 2008

Apostando por los ciudadanos

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero está apostando por los ciudadanos, la base y el eje del trabajo de este Ejecutivo, para paliar en lo posible los perversos efectos de la difícil situación económica en la que estamos en estos momentos. Además de la serie de medidas ya puestas en marcha o en las que se viene trabajando desde hace tiempo, el presidente del Gobierno anunció otras cuatro el pasado 10 de septiembre, con las que se aportará liquidez a las empresas y, sin duda, se dinamizará la economía.

Estas medidas que el Gobierno del PSOE está poniendo en marcha tienen tres objetivos claros: ayudar a los ciudadanos con más necesidades a afrontar este complicado momento económico, aportar liquidez a las empresas y dinamizar la economía.

Los colectivos con más dificultades, como los parados, centran buena parte de la acción del Gobierno socialista. La cobertura de estos ciudadanos con las prestaciones por desempleo, que en el caso de Segovia se acerca al 90 por ciento, es fundamental para que puedan mantener su calidad de vida, al tiempo que garantizan que el consumo no se detraiga -en 2004 la cobertura en Segovia se situaba en el 60,1 por ciento-. La formación de estos trabajadores, incluso en otras áreas de actividad, es imprescindible en muchos casos para que vuelvan a integrarse en el mercado laboral. En especial en el sector de la construcción, que es el que sufre con más intensidad los efectos de la falta de liquidez y los excesos del pasado, traducidos en un mayor número de desempleados como consecuencia del exceso de oferta y el alto nivel de precios. Los convenios con las corporaciones locales se pueden convertir en una eficaz herramienta en este sentido. La generación de empleo alternativo, las prestaciones y la formación forman parte de la acción del Gobierno de Zapatero para paliar los problemas económicos a los que nos enfrentamos.

Además, el PSOE no se olvida de nuestros pensionistas, que conforman una extensa red en nuestra sociedad. Con la subida de un seis por ciento de media en las pensiones mínimas, a la que se ha comprometido José Luis Rodríguez Zapatero, se augura que mejorará la calidad de vida de aquellos que perciben las prestaciones más bajas. El resto de los pensionistas tienen garantizado su poder adquisitivo. Baste decir que en Segovia la pensión media ha subido un 6,8 por ciento en un año, mientras la inflación se ha incrementado en un 4,8 por ciento; y los pensionistas con pensión mínima representan el 32 por ciento del total.

Y las empresas tienen que ver incrementada su liquidez para poder actuar con capacidad de maniobra. La posibilidad de crear empresas de cotización de inversiones y las líneas de intermediación del Instituto de Crédito Oficial (ICO), las dos últimas medidas anunciadas por Zapatero, unidas a otras en las que ya se viene trabajando, como los préstamos, las líneas de avales o la devolución del IVA, facilitarán este objetivo.

Estas medidas son posibles gracias al supéravit alcanzado en estos últimos años y a la política de austeridad que ha definido el Gobierno del PSOE, con la congelación de los salarios de los altos cargos, el recorte del gasto del Estado en un dos por ciento y una subida del gasto no financiero del 3,5 por ciento. Las subidas de gasto se compensarán además con reducción de partidas equivalentes.

Estamos en una situación económica difícil, pero no peor que la que sufrimos en el 93 o en el 96, porque la situación económica actual es de una mayor fortaleza, como así lo ponen de manifiestos las cuentas públicas: inflación, deuda, desempleo, saneamiento de cuentas administrativas…

El Gobierno trabaja desde el primer día para salir de esta situación –crisis, si así prefieren llamarla-, aunque se requiere el esfuerzo de todos: de las administraciones estatal, autonómica y local, pero también del sacrificio de los empresarios, trabajadores y, en general, de toda la sociedad. Lo que no se necesita, bajo ningún concepto, son los mensajes que quiebran la confianza de la sociedad con mentiras y miedo. Exactamente, lo que está haciendo el PP, guiado más por intereses partidistas que por los intereses de los ciudadanos. Por el contrario, el PSOE apostará siempre por los ciudadanos, por su futuro y bienestar.

lunes, 8 de septiembre de 2008

En el tractor...

He vuelto a subir al tractor de mi padre después de casi treinta años. Fue ayer, en la ‘8ª Exposición de Retromaquinaria Agrícola’, en Valverde de Majano, Segovia, con ocasión de un desfile de los casi 100 tractores que se encontraban expuestos. Yo hice el recorrido con el Sava-Nuffield rojo de 65 CV. No me extrañó nada. Seguía con la misma amabilidad y comprensión de siempre. Fueron muchas las horas que pasamos juntos en la segundo quinquenio de los 70. Sobre todo en verano, pero también los fines de semana, cuando transportábamos el grano, la paja, el estiércol o hacíamos paquetes con esa empacadora New-Holland que cada dos por tres rompía ante el asombro nuestro, el de mi tractor y el mío. Él, el tractor, rara vez se permitió ese lujo, salvo alguna mañana que se resfriaba por el frío de la noche y no arrancaba; pero eran ocasiones contadas.

Mi padre compró el tractor allá por el año 68. Para él supuso un alivio, ya que en sus tiempos libres hacia la labor asociada a las 30 hectáreas que poseía y el trabajo que conllevaba el mantenimiento de unas tantas vacas de leche y terneras, que en alguna ocasión llegaron a 20. El precio que se pago por el Nuffield fue de del orden de las 250.000 pesetas. Una barbaridad para aquella época. Sin embargo, en pleno desarrollismo el campo presentaba un importante déficit de capitalización, lo que llevaba asociado una aplicación muy intensiva de mano de obra.

Era difícil comprar maquinaria agrícola. En primer lugar por el gran esfuerzo económico que suponía, ya que conllevaba desembolsar gran parte de los ahorros generados durante una vida de trabajo, y además se imponía el pago a “tocateja”, es decir, al contado, al menos los castellanos; pero también por la escasez de oferta, ya que casi la totalidad venía de fuera. En la exposición se puede contemplar que prácticamente todos los tractores españoles de los años 50 –más bien finales, ya que antes sólo accedieron a su compra unos pocos privilegiados- procedían de Alemanía, Inglaterra, EE.UU o Francia: Mc Cormick, Lanz, Man, Jhonn Deere, Renault… La llegada del tractor Barreiros supuso la entrada de la tecnología española en el sector, a la que después se unieron masivamente los Ebro.

Los tractores fueron aumentando las prestaciones y la potencia con el paso del tiempo. De los 25 CV de los 50 se pasó en una década a potencias superiores a los 60 CV. La compra del tractor y del resto de la maquinaria agrícola supuso una importante transferencia de renta del sector primario al industrial en los años 60. Mejoró la productividad del campo, pero no sustancialmente la calidad de vida de los agricultores. La disminución del esfuerzo a realizar no siempre compensaba el fuerte desembolso para recuperar la inversión.

Jesús Horcajo, insigne industrial segoviano, e hijo de uno de los pioneros en la venta y distribución de maquinaria agrícola en la provincia de Segovia, me contaba en la feria las dificultades que suponía la venta de un tractor. “Era una venta personalizada, donde no sólo había que elegir el comprador, sino además convencerle y pasarse con él y la familia muchas noches a la lumbre. La confianza en el vendedor era “clave”, recordaba Jesús, quien además contaba como anécdota que alguna ocasión los hijos llegaban a amenazar a los padres con irse a la Legión si no se accedía a la compra. La compra conjunta con familiares, amigos o cooperativistas no siempre funcionaba, a pesar de que la dictadura impulsó esta última figura para reducir y optimizar costes.

Eran otros tiempos, que contrastan con el momento actual. En la feria se pueden encontrar tractores impresionantes de 300 CV con un precio aproximado de 180.000 euros; un contraste muy fuerte, al que no fueron los nietos de Jesús que me acompañaron en el recorrido en el Sava. Impresionante es la pérdida de población dedicada a las labores agrarias. En mi pueblo en los años sesenta había más de 30 agricultores; ahora son seis. Son los costes del desarrollo. ¿Tendrá la culpa el tractor?

lunes, 1 de septiembre de 2008

Folclore y raíces

Etreros es, en la actualidad, un pequeño pueblo de la campiña segoviana de no más de cien habitantes. A finales de los sesenta fue anexionado al vecino pueblo de Sangarcía –mi pueblo- en contra de su voluntad por la administración de la dictadura, y perdió de esta manera su capacidad de autogobierno, sin que hasta el momento la haya podido recuperar. El pueblo de Etreros, igual que otros pueblos de la zona, tiene sus orígenes en la época medieval, y estuvo ligado en régimen feudal a la Abadía de Párraces. Pueblo de agricultores, su máximo esplendor se alcanza a finales del siglo XVIII con el auge logrado por los arrieros que transportaban el grano a la Corte de Madrid. Fue Etreros, como Sangarcía, un punto estratégico para los almacenes de grano y la morada de arrieros.

El último fin de semana de agosto en este pequeño pueblo segoviano se celebró la III Muestra de Folclore ‘Pueblo de Etreros’, organizado por el grupo local ‘Los Torronchos’. Comenzó el viernes 29 de agosto sobre las 21:30 horas, con la recepción de los grupos participantes y una breve actuación de cada uno. La fiesta continuó esa misma noche con un concierto del grupo ‘La Órdiga’. Ya en la mañana del sábado, empezó el día con un pasacalle a eso de las 10. A las 12:30 se celebró una misa con la intervención de los diferentes grupos. Por la tarde, siguió la muestra con la intervención ‘Los Torronchos’, y después actuaron grupos de Sevilla, de Huesca, de Portugal y el grupo del IES Andrés Laguna de Segovia.

El grupo de danzas y folclore tradicional ‘Los Torronchos’ ha organizado esta tercera muestra con una gran ilusión. En ella han participado más de 150 miembros de los distintos grupos de danzas, más visitantes que vecinos integran el pueblo. Las calles de Etreros irradiaban esa vida que en su momento tuvo y que la localidad se resiste a perder.

El grupo de danzas ‘Los Torronchos’ surgió hace unos tres años. Su origen se remonta a la petición que un grupo de mujeres hizo a Diego Manso, vecino del municipio, y músico de profesión, para que les enseñase a bailar jotas en la procesión del Santo Cristo de la Buena Muerte, con ocasión de las fiestas patronales de septiembre. De esta forma, surgió un grupo de danzas integrado por 25 mujeres, que poco a poco comenzó a incorporar instrumentos, como la bandurria, la guitarra o el laúd, así como a más personas de distintas generaciones, y no sólo de Etreros, sino también de los pueblos vecinos. En la actualidad en el grupo de danzas participan unas 40 personas, y en la rondalla diez. En total son 50.

Esta iniciativa constituye la “mayor expresión cultural” de esta zona segoviana, que por desgracia sufre un amplio declive de su población. Ha pasado de constituir una de las zonas más prósperas de la provincia de Segovia en los siglos pasados a ser una de las más deprimidas. De ahí la importancia de este tipo de movimientos, que pueden contribuir a dinamizar el pueblo y generar riqueza para su futuro.

‘Los Torronchos’ no sólo cohesiona la convivencia de los vecinos de su pueblo, sino que contribuye a dar vida al pueblo. Rara es la familia que no cuenta con un miembro en el grupo de danzas; y por tanto lo sienten como algo propio, como seña de identidad de ellos mismos y del pueblo al que pertenecen; pero, por otra parte, el grupo ensaya tanto en invierno como en verano, y en esta estación, en la que las invitaciones para actuar en las fiestas locales va en aumento, los ensayos se llegan a realizar hasta tres días por semana. El pueblo tiene más vida que nunca, y la música y el folclore castellano contribuyen a que la armonía entre los vecinos alcance su máximo esplendor.

Pero ‘Los Torronchos’ no sólo está presentes en el panorama musical segoviano, sino que proyecta el nombre de su pueblo por toda la geografía española y lusitana. La 'Jota de Los Torronchos', que reivindica el pasado y costumbres de su pueblo, forma parte de su repertorio con identidad propia.

Las instituciones tienen que ser sensibles a estas iniciativas y contribuir a su financiación, más cuando son pueblos que necesitan “vida”, y con ellas están reivindicando su propia personalidad, ésa que algunos desaprensivamente un día les hurtaron frívolamente y que deben volver a recuperar.

Hoy, Etreros puede sentirse orgulloso de su pasado y apostar en el presente por un futuro mejor. Hoy el orgullo puede volver constituir una de sus señas de identidad, pero con fundamento.