Ya se ha dado el pistoletazo de partida para las próximas elecciones europeas que se celebrarán el próximo 7 de junio. Son unas elecciones que el PP plantea como unas primarias y, además, en la que van de ‘gallitos’, pues los primeros sondeos les dan como ganadores. Es una gran oportunidad para que los socialistas movilicemos a nuestro electorado y seamos capaces de frustrar las aspiraciones populares.
Se trata de unas elecciones en las que el voto tiene un carácter declarativo más que decisorio. Los ciudadanos tienen que elegir entre dos modelos de acción de gobierno: el conservador o el progresista. Ésta es la pregunta que han de responder los ciudadanos europeos y, entre ellos, los españoles: Si queremos movernos con el patrón clásico neoliberal o abogamos por una Europa más solidaria y sostenible. La respuesta, el día 7 de junio.
La Unión Europea tiene una trascendencia cada vez mayor en nuestra vida diaria. Gran parte de las decisiones del ámbito económico y social se toman en Bruselas, aunque la mayor parte de la población no sea consciente de ello. Algunas de gran transcendencia para nuestra vida ordinaria. Y, si no, sólo cabe recordar que gracias a la acción del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo nos hemos librado de la posibilidad de trabajar hasta 65 horas a la semana, tal y como planteaba la propuesta de una directiva de cuño conservador; o qué decir de las decisiones en materia agraria, donde todas las políticas nacionales se subordinan a la Política Agraria Comunitaria (PAC); sin olvidar, las políticas sociales, medioambientales o de igualdad.
En estas elecciones el debate no se ha de centrar en los temas propios del territorio. Sería un gran error, porque en ese caso estaríamos desvirtuando el debate y haciendo el juego al PP. Para los populares estas elecciones van a ser más de lo mismo: crisis, crisis y más crisis. Pero con una demonización común: Zapatero y el Gobierno socialista. Y todo ello para colocar en la cabeza de los españoles un mensaje: “con los socialistas el caos; y con los populares el paraíso”. Pues bien, tenemos que hacer ver a la ciudadanía que al PP y los suyos sólo les interesa que ‘todo vaya cuanto peor, mejor’, porque así ellos tendrán posibilidades de llegar a La Moncloa. No les interesa Europa, como no les interesa España. Sólo les interesa el poder para poder defender mejor sus intereses.
Los socialistas tenemos la obligación de ganar la calle. Hacer transcender a los ciudadanos la importancia de este evento. Hemos de animar a todos aquellos que se sientan socialistas ideológicamente para que vayan a votar. Trabajadores, jóvenes, mujeres … y, en general, a todas aquellas personas que quieran seguir la línea de progreso por la que se ha optado en otras partes del mundo, como en Estados Unidos con el presidente Barack Obama, para que tenga continuidad aquí, en Europa. No podemos retroceder. Para ello hemos de superar el nivel clásico de participación, de entorno al 40 por ciento de estas elecciones – en Segovia en las últimas se alcanzó el 55,83 por ciento, el más alto de España-. Cuantos más vayamos a las urnas el día 7, mejor. Más posibilidades tendremos de parar a la derecha. Y la respuesta ha de ser obvia: ‘sí’ al modelo de progreso; ‘no’ al modelo rancio conservador que no beneficia nada a Europa, ni a los españoles.
Se trata de unas elecciones en las que el voto tiene un carácter declarativo más que decisorio. Los ciudadanos tienen que elegir entre dos modelos de acción de gobierno: el conservador o el progresista. Ésta es la pregunta que han de responder los ciudadanos europeos y, entre ellos, los españoles: Si queremos movernos con el patrón clásico neoliberal o abogamos por una Europa más solidaria y sostenible. La respuesta, el día 7 de junio.
La Unión Europea tiene una trascendencia cada vez mayor en nuestra vida diaria. Gran parte de las decisiones del ámbito económico y social se toman en Bruselas, aunque la mayor parte de la población no sea consciente de ello. Algunas de gran transcendencia para nuestra vida ordinaria. Y, si no, sólo cabe recordar que gracias a la acción del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo nos hemos librado de la posibilidad de trabajar hasta 65 horas a la semana, tal y como planteaba la propuesta de una directiva de cuño conservador; o qué decir de las decisiones en materia agraria, donde todas las políticas nacionales se subordinan a la Política Agraria Comunitaria (PAC); sin olvidar, las políticas sociales, medioambientales o de igualdad.
En estas elecciones el debate no se ha de centrar en los temas propios del territorio. Sería un gran error, porque en ese caso estaríamos desvirtuando el debate y haciendo el juego al PP. Para los populares estas elecciones van a ser más de lo mismo: crisis, crisis y más crisis. Pero con una demonización común: Zapatero y el Gobierno socialista. Y todo ello para colocar en la cabeza de los españoles un mensaje: “con los socialistas el caos; y con los populares el paraíso”. Pues bien, tenemos que hacer ver a la ciudadanía que al PP y los suyos sólo les interesa que ‘todo vaya cuanto peor, mejor’, porque así ellos tendrán posibilidades de llegar a La Moncloa. No les interesa Europa, como no les interesa España. Sólo les interesa el poder para poder defender mejor sus intereses.
Los socialistas tenemos la obligación de ganar la calle. Hacer transcender a los ciudadanos la importancia de este evento. Hemos de animar a todos aquellos que se sientan socialistas ideológicamente para que vayan a votar. Trabajadores, jóvenes, mujeres … y, en general, a todas aquellas personas que quieran seguir la línea de progreso por la que se ha optado en otras partes del mundo, como en Estados Unidos con el presidente Barack Obama, para que tenga continuidad aquí, en Europa. No podemos retroceder. Para ello hemos de superar el nivel clásico de participación, de entorno al 40 por ciento de estas elecciones – en Segovia en las últimas se alcanzó el 55,83 por ciento, el más alto de España-. Cuantos más vayamos a las urnas el día 7, mejor. Más posibilidades tendremos de parar a la derecha. Y la respuesta ha de ser obvia: ‘sí’ al modelo de progreso; ‘no’ al modelo rancio conservador que no beneficia nada a Europa, ni a los españoles.
2 comentarios:
Está bien que el PP se tome las europeas como unas primarias. Así se dará cuenta de que, con esa política rancia y de continua confrontación, solo consigue el hastío de la gente (o no se da cuenta, ¿quién sabe?). Confío en que los ciudadanos sepan demostrárselo con su voto el día 7.
Sí, sí. Pero para que haya un buen porcentaje de votos es necesario mucho, mucho trabajo. Y hay que comenzar ya.
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