Otra vez más el líder del PP, Sr Rajoy, nos ha vuelto a deleitar con una semana repleta de “sensatez y coherencia política”. Primero fue en el Parlamento, en el debate sobre política fiscal con el presidente del Gobierno; y este fin de semana en Segovia, donde ha declarado la ‘madre de todas las batallas’ en materia de financiación local.
Su intervención en el Congreso de los Diputados fue patética, sobre todo el turno de réplica. Una vez más demostró no tener reflejos y quedarse noqueado ante la intervención de Zapatero. El doble discurso que viene atizando en política fiscal –aunque en general en todo-, le está haciendo mella en la poca credibilidad que tenía. No se puede estar reclamando y reivindicando permanentemente más actuaciones del Gobierno en todas las áreas de actividad económica y social, bien sean de competencias propias o de otras administraciones, y después calificar al Gobierno como ‘despilfarrador y manirroto’ en la gestión del gasto público.
El problema se agrava para el Sr Rajoy cuando el presidente del Gobierno le pregunta, ante su negativa de que se suban impuestos, sobre cuáles son los gastos que hay que recortar. Y, para facilitarle la labor, le indica que si el recorte hay que hacerlo en prestaciones de desempleo, pensiones o desarrollo de infraestructuras, que son las mayores partidas de gasto, y son las que más incidencia tiene en el presupuesto. El silencio siempre es su respuesta. Claro que el Sr. Gallardón este fin de semana en Segovia decía que “los populares tenemos la obligación de tras cada crítica hacer una propuesta”. Todo un ejercicio de filibusterismo político, que, perfectamente en su línea de coherencia política, asume el Sr. Rajoy.
Para rematar la semana, el PP ha reunido a todos los alcaldes y presidentes de diputaciones este fin de semana en Segovia para sentar su posición frente a la financiación local. Más de lo mismo. El Sr. Rajoy ha pedido al Gobierno socialista que consolide – mantenga para siempre con carácter anual y actualizado- 3.000 millones de euros para que los ayuntamientos puedan mantener sus gastos, al tiempo que mantiene su estrategia contra el crecimiento del gasto público y la subida de impuestos y, a la vez, dice que con él en el gobierno no hubiese existido nunca Plan E. Vamos un auténtico esperpento político y personal, donde el líder del PP no sólo no sabe dónde está, ni tan siquiera quién es. Y, para más inri, el presidente de la Junta de Castilla y León, el mismo que desde su puesto de responsabilidad traslada todos los gastos que puede de su Comunidad a los ayuntamientos para después exigírselos al Estado, pidió en este mismo encuentro que el problema lo solucione el Gobierno. Claro que por la misma línea fue el alcalde de Madrid, quien ha llevado a su Ayuntamiento a las mayores tasas de endeudamiento que nunca tuvo una administración local en España.
Lo de los populares es, ante todo, sensatez y coherencia política. Lo demás son cuentos. Claro que así les va. ¿Se imagina a éstos liderando el país frente a la crisis? Yo sí: ruina garantizada en un año. Ya tuvimos bastante con Aznar, Álvarez Cascos, Rato y Rajoy. Cuanto más lejos mejor.
Su intervención en el Congreso de los Diputados fue patética, sobre todo el turno de réplica. Una vez más demostró no tener reflejos y quedarse noqueado ante la intervención de Zapatero. El doble discurso que viene atizando en política fiscal –aunque en general en todo-, le está haciendo mella en la poca credibilidad que tenía. No se puede estar reclamando y reivindicando permanentemente más actuaciones del Gobierno en todas las áreas de actividad económica y social, bien sean de competencias propias o de otras administraciones, y después calificar al Gobierno como ‘despilfarrador y manirroto’ en la gestión del gasto público.
El problema se agrava para el Sr Rajoy cuando el presidente del Gobierno le pregunta, ante su negativa de que se suban impuestos, sobre cuáles son los gastos que hay que recortar. Y, para facilitarle la labor, le indica que si el recorte hay que hacerlo en prestaciones de desempleo, pensiones o desarrollo de infraestructuras, que son las mayores partidas de gasto, y son las que más incidencia tiene en el presupuesto. El silencio siempre es su respuesta. Claro que el Sr. Gallardón este fin de semana en Segovia decía que “los populares tenemos la obligación de tras cada crítica hacer una propuesta”. Todo un ejercicio de filibusterismo político, que, perfectamente en su línea de coherencia política, asume el Sr. Rajoy.
Para rematar la semana, el PP ha reunido a todos los alcaldes y presidentes de diputaciones este fin de semana en Segovia para sentar su posición frente a la financiación local. Más de lo mismo. El Sr. Rajoy ha pedido al Gobierno socialista que consolide – mantenga para siempre con carácter anual y actualizado- 3.000 millones de euros para que los ayuntamientos puedan mantener sus gastos, al tiempo que mantiene su estrategia contra el crecimiento del gasto público y la subida de impuestos y, a la vez, dice que con él en el gobierno no hubiese existido nunca Plan E. Vamos un auténtico esperpento político y personal, donde el líder del PP no sólo no sabe dónde está, ni tan siquiera quién es. Y, para más inri, el presidente de la Junta de Castilla y León, el mismo que desde su puesto de responsabilidad traslada todos los gastos que puede de su Comunidad a los ayuntamientos para después exigírselos al Estado, pidió en este mismo encuentro que el problema lo solucione el Gobierno. Claro que por la misma línea fue el alcalde de Madrid, quien ha llevado a su Ayuntamiento a las mayores tasas de endeudamiento que nunca tuvo una administración local en España.
Lo de los populares es, ante todo, sensatez y coherencia política. Lo demás son cuentos. Claro que así les va. ¿Se imagina a éstos liderando el país frente a la crisis? Yo sí: ruina garantizada en un año. Ya tuvimos bastante con Aznar, Álvarez Cascos, Rato y Rajoy. Cuanto más lejos mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario