En momentos de dificultad como el que estamos viviendo, no queda más remedio que apretarse el cinturón para compartir la crisis entre todos: empresarios, trabajadores e instituciones públicas y privadas; y ayudar a quienes no tienen ingresos o rentas muy bajas. A su vez, si queremos dar consistencia nuestra economía hemos de pagar la deuda, aplazar inversiones y avanzar en un nuevo modelo productivo que nos permita ser más competitivos y crear más y mejor empleo, con más valor añadido y más alta productividad.
El proyecto de presupuestos del Estado para el próximo año se orienta en esa dirección. Contempla por primera vez una reducción del gasto público y un incremento de determinados impuestos, al objeto de reducir el déficit público y de garantizar las prestaciones sociales de los más necesitados, pero también de reforzar las políticas productivas y apostar por un nuevo modelo económico fundamentado en dos pilares: la educación y el I+D+i. Unos presupuestos que han de contribuir a la reactivación económica y a la creación de empleo, el mayor problema del país en este momento.
Todos los países de la Unión Europea, entre ellos España, han desarrollado una política fiscal marcada por la expansión del gasto público, siguiendo las recomendaciones de las organizaciones internacionales o del G-20. Las decisiones han obedecido a una hoja de ruta: medidas coyunturales para hacer frente a los efectos de la crisis; incentivar la demanda ante las dificultades de la iniciativa privada; reforzar la cohesión social, evitando la fractura social; impulsar la economía productiva; y restringir el gasto corriente todo lo que sea posible. En España, por suerte, la presión fiscal está siete puntos por debajo de la media europea, y en estos cinco últimos años ha bajado cuatro puntos, lo que nos permite un importante margen de maniobra para ajustar las cuentas públicas, y así situar a nuestra economía en una posición más competitiva.
La subida de impuestos que plantean los presupuestos del próximo año va a permitir mejorar la capacidad de ingresos del Estado –hay que recordar que las comunidades autónomas y la administración local forman parte del Estado-. Para ello se pide un esfuerzo moderado a las rentas bajas y algo superior a las rentas más altas, lo que nos va a permitir mantener el nivel de bienestar social y mejorar la inversión productiva, apoyando a la pequeña empresa y a los autónomos, principales impulsores del empleo.
Un buen ejemplo de la bondad de los presupuestos del 2010 es el caso de Segovia. Las políticas sociales benefician al 30 por ciento de la población –pensionistas, parados, dependientes, becarios, ayuda al alquiler …-, y la bajada de cinco puntos del Impuesto de Sociedades para la pequeña empresa y los autónomos se extiende prácticamente a la totalidad del tejido productivo de la provincia. Actuaciones imprescindibles para mejorar el bienestar de Segovia y de los segovianos.
Gobernar es decidir. El Gobierno socialista ha apostado por ayudar en estos momentos de dificultad a los que menos tienen y avanzar en un nuevo modelo de crecimiento económico más competitivo y sostenible. Nuestro modelo es coherente y pragmático, frente a la incoherencia del PP cuando pide incrementar la inversión en todos los territorios y a la vez reducir el gasto público, y además reducir impuestos. Vamos, la cuadratura del círculo. O más bien demagogia y oportunismo político.
El proyecto de presupuestos del Estado para el próximo año se orienta en esa dirección. Contempla por primera vez una reducción del gasto público y un incremento de determinados impuestos, al objeto de reducir el déficit público y de garantizar las prestaciones sociales de los más necesitados, pero también de reforzar las políticas productivas y apostar por un nuevo modelo económico fundamentado en dos pilares: la educación y el I+D+i. Unos presupuestos que han de contribuir a la reactivación económica y a la creación de empleo, el mayor problema del país en este momento.
Todos los países de la Unión Europea, entre ellos España, han desarrollado una política fiscal marcada por la expansión del gasto público, siguiendo las recomendaciones de las organizaciones internacionales o del G-20. Las decisiones han obedecido a una hoja de ruta: medidas coyunturales para hacer frente a los efectos de la crisis; incentivar la demanda ante las dificultades de la iniciativa privada; reforzar la cohesión social, evitando la fractura social; impulsar la economía productiva; y restringir el gasto corriente todo lo que sea posible. En España, por suerte, la presión fiscal está siete puntos por debajo de la media europea, y en estos cinco últimos años ha bajado cuatro puntos, lo que nos permite un importante margen de maniobra para ajustar las cuentas públicas, y así situar a nuestra economía en una posición más competitiva.
La subida de impuestos que plantean los presupuestos del próximo año va a permitir mejorar la capacidad de ingresos del Estado –hay que recordar que las comunidades autónomas y la administración local forman parte del Estado-. Para ello se pide un esfuerzo moderado a las rentas bajas y algo superior a las rentas más altas, lo que nos va a permitir mantener el nivel de bienestar social y mejorar la inversión productiva, apoyando a la pequeña empresa y a los autónomos, principales impulsores del empleo.
Un buen ejemplo de la bondad de los presupuestos del 2010 es el caso de Segovia. Las políticas sociales benefician al 30 por ciento de la población –pensionistas, parados, dependientes, becarios, ayuda al alquiler …-, y la bajada de cinco puntos del Impuesto de Sociedades para la pequeña empresa y los autónomos se extiende prácticamente a la totalidad del tejido productivo de la provincia. Actuaciones imprescindibles para mejorar el bienestar de Segovia y de los segovianos.
Gobernar es decidir. El Gobierno socialista ha apostado por ayudar en estos momentos de dificultad a los que menos tienen y avanzar en un nuevo modelo de crecimiento económico más competitivo y sostenible. Nuestro modelo es coherente y pragmático, frente a la incoherencia del PP cuando pide incrementar la inversión en todos los territorios y a la vez reducir el gasto público, y además reducir impuestos. Vamos, la cuadratura del círculo. O más bien demagogia y oportunismo político.
No hay comentarios:
Publicar un comentario