Publirreportajes

El PP de Segovia lo tiene claro: la mejor forma de contribuir a difundir sus mensajes y sus noticias en la provincia y de someter el criterio e independencia de los profesionales a su voluntad son los “publirreportajes”. En el último pleno de la Diputación, su presidente –del PP- anunció que la publicidad se había terminado en la institución que preside, y que quien quisiera recibir colaboración económica se pasase por allí para fijar condiciones.

Dicho y hecho. Al día siguiente presuntamente el jefe de Gabinete del presidente ya recibió a los primeros medios y expuso a cada uno sus requerimientos informativos: reportajes en algunos municipios, tratamiento de determinados temas… O sea, a partir de ahora es el presidente de la Diputación el que dice de qué se habla, cuándo y cómo. Se colabora económicamente con los medios segovianos, pero implicándoles en la institución, como él dice. En el fondo no es más que la compra de publirreportajes, aprovechando la difícil situación económica por la que atraviesa el sector y limitando de una forma clara la libertad de prensa.

La compra discrecional de publirreportajes es una manifestación más de la política clientelar que practica el PP en la Diputación desde hace muchos años. Ya no sólo distribuyen a su antojo los planes provinciales entre sus amigos, saltándose los criterios establecidos por la normativa estatal, y contratan, como lo han hecho en muchas ocasiones a sus afines políticos; sino que además se atreven a verbalizar que se saltarán la Ley de Contratos del Sector Público en la contratación de los medios de comunicación, algo que hasta el momento lo habían venido haciendo, pero guardando más o menos las formas.

Ahora con el nuevo modelo de contratación de publirreportajes, el descaro es total: de las palabras de su regidor se deduce que, a partir de ahora, se contrata al que se quiere y como se quiere por el bien de la institución -y le faltó decir al presidente de la Diputación, como ya se refirió a él en algún pleno-, y de “mi presidente”, en referencia al presidente del PP provincial. El paquete es un todo, y está claro que el equipo de Gobierno no distingue entre institución y partido. Y a las pruebas me remito. Cuando se pide implicación con la institución lo primero que se hace es potenciar la imagen de su presidente, que para ellos es el del PP, como ya ha ocurrido estos días en algún medio.

Se trata, sin duda, de una nueva forma de propaganda del PP a la orden del vicepresidente de la Diputación y secretario del PP en la provincia y bajo el mando del presidente del PP, su jefe orgánico, pero también a todas las luces de la institución provincial, convertida ahora en el aparato político del PP en Segovia, desvirtuando si cabe mucho más su ya controvertido papel político.

Como afirmaba el fallecido Polanco, una cuenta de resultados saneada es la mejor manera de preservar la independencia de un medio de comunicación. El PP lo sabe, como sabe que en estos momentos para muchos medios lo primordial es sobrevivir y mantener sus puestos de trabajo, por ello se aprovecha de esta situación; lo cual no significa que no se tenga que mantener el esfuerzo en gasto publicitario, que sirve, entre otras cosas, para ayudar a los medios y promocionar las políticas generales de la institución. Pero esto hay que hacerlo con luz y taquígrafos, definiendo el objeto de la contratación, sin quebrarlo, y respetando los principios de publicidad, trasparencia y libre competencia, sometiéndose al control político de la oposición. Todo lo contrario de lo que se está haciendo.

Lo que no parece que tenga claro el PP es la primera regla del periodismo: saber discernir entre información y publicidad, para no confundir a la población. O bien, lo tiene muy claro: el objetivo es ése, una vez más, confundir a las ciudadanos con fines electoralistas, algo que ya viene practicando desde hace tiempo, en especial su presidente provincial, siempre que puede en todo lo que se refiere al marco competencial. Ahora toca comprar contenidos a los medios con fondos institucionales para rizar el rizo. Ésta es la calaña que se gastan algunos; o su total desprecio a los segovianos.