domingo, 25 de julio de 2010

El curso político

Esta semana concluye el curso político. Un periodo que se ha caracterizado por la crispación y sinrazón del Partido Popular, en una situación en la que España necesitaba más que nunca el consenso democrático y la acción orquestada de todas las fuerzas políticas, pero especialmente de la oposición, para generar confianza en los mercados y disminuir los efectos negativos de la crisis sobre el empleo y la actividad económica.

En este semestre, en el que también hemos ejercicio la Presidencia de turno de la Unión Europea (UE), el Gobierno socialista ha tomado decisiones de un hondo calado reformista, pero también impopulares: la propuesta para la modificación del sistema de pensiones; la reforma laboral; la reestructuración del sistema de cajas; o un importante ajuste fiscal, que conlleva no sólo la subida del IVA, sino el recorte de importantes partidas de gasto tanto de infraestructuras, como de gastos de personal (a los funcionarios como media se les ha reducido sus retribuciones un cinco por ciento).

El punto álgido del curso político se sitúo en el sometimiento al Congreso de los Diputados del Plan de Ajuste. El Grupo Parlamentario Socialista sacó adelante este plan gracias a la abstención de los nacionalistas. De no haberse aprobado, la crisis económica y social, en España y en Europa, hubiese sido de una magnitud inconmensurable. Es posible que el euro, como moneda única, hubiese desaparecido y se hubiesen quebrado los cimientos de la UE. En España las consecuencias hubiesen sido mayores. La economía española tendría que haber sido intervenida, como la griega, y hubiésemos alcanzado cifras de paro astronómicas. Por supuesto, el Gobierno también habría caído.

Ésta es la principal oposición que tenemos en España. Una oposición que sólo piensa en llegar al poder como sea, aunque para eso se tenga que arrasar España. Prueba de ello es que en el reciente Debate sobre el Estado de la Nación; su única propuesta ha sido pedir el adelanto de las elecciones generales. Pero, ¿acaso puede gobernar quién ha dado muestras inequívocas de irresponsabilidad e incapacidad? Más, cuando su partido es un nido de corrupción. Y mucho más cuando en el día a día manifiestan un desprecio absoluto por dar respuesta a lo que necesita este país.

En fin, un curso político, más bien para olvidar, pero también para recordar en los anales de la acción política. Y que ha puesto de manifiesto quiénes tienen visión de Estado, frente a quienes no la tienen; y quiénes están en política con vocación de servicio público frente a los que están en la política para servir a sus propios intereses y los de sus amigos. Esperemos que el nuevo curso traiga otros aires, pero también más altura de miras para muchos.

5 comentarios:

Geshcann dijo...

Vamos a ver, ¿a quién trata de engañar usted? Lo que usted propone en este artículo, que ningún demócrata se atrevería a firmar, es la desaparición de la oposición. ¿se da cuenta de lo grave que es eso? Usted critica que la oposición se oponga, le molesta la crítica democrática y el libre pensamiento. Salga a la calle y mire, si puede, a los ojos de los pensionistas, de las viudas, de los jóvenes a los que nos ha condenado al paro o el exilio, a los funcionarios y a los mayores a los que usted con su voto congela las pensiones mientras les asfixia con subidas de impuestos. Y después, si le queda algo de vergüenza, dígales que en España hay un partido que, cumpliendo con su deber democrático, se opone a ello.

Un saludo

Anónimo dijo...

Ha sido un curso político difícil. Pero hay que afrontar las situaciones difíciles cuando llegan,con valentía y coraje. En mi opinión, esto es lo que se ha hecho.
Por cierto, la demagogia barata y el populismo, tanto del PP, como de sus seguidores, solo sirven para enredar y crear mala sangre. No ayuda a salir de la crisis. Y los ciudadanos, que no somos tontos, lo sabemos.

Anónimo dijo...

Demagogia y encima cara es crear un plan E de estimulo a la economía que lastra las cuentas del estado en las que en bastantes actuaciones el precio del cartel era un 25% del proyecto.

Demagogia es aprobar una ley del aborto que supone un gasto sanitario que nadie ha valorado, pero seguro que no será barato.

Y una vez que le ponen firme desde Europa, no tiene más remedio que rectificar, teniendo que tocar los salarios de los más desfavorecidos (pensionistas)

A ver quién ha hecho más demagogia en la legislatura.

Y por los excesos anteriores, obras que SI son necesarias y que se llevan esperando desde hace muchos años, se han paralizado sine dine.

Seguro que la culpa de todo es del PP, que no sabe hacer oposición ni tiene sentido de estado.

Anónimo dijo...

Por cierto, ahora que sus compañeros de partido han dado la puntilla a los toros en cataluña estaremos atentos a su opinión.

Un saludo

Juan Luis Gordo dijo...

Querido amigo, tan pronto te identifiques con nombre y apellios, y dejes un correo electrónico con el que me pueda comunicar previamente, te daré mi opinión sobre la fiesta taurina. Es psoible, si me conoces, que te sorprenda. Pero una cosa es el valor y otra la racionalidad, y ya uno va teniendo años, aunque no merme el valor