Este año ha estado marcado por la crisis económica. Ha sido duro; pero menos que los dos anteriores y posiblemente el próximo. El 2011 apunta algo mejor, aunque con los efectos del Plan de Ajuste. Un plan concebido en el marco del Plan de Estabilidad presupuestaria de la UE, y que fue aprobado por el Parlamento en el mes de mayo. El PP se opuso a las medidas de ajuste. El PSOE lo pudo aprobar gracias a la abstención de CiU, UPN y Coalición Canaria. Su rechazo hubiese supuesto una catástrofe para toda la zona euro, y posiblemente la desaparición de la moneda única, con todas sus consecuencias. El PP careció una vez más de sentido de Estado y dio pruebas palpables de frivolidad e irresponsabilidad manifiesta.
El año ha estado marcado por la quiebra de Grecia, en febrero, e Irlanda en noviembre. España no se ha salvado de los ataques especulativos a su deuda, lo que se ha traducido en un incremento significativo de la carga financiera por los intereses de la deuda. Una etapa difícil pilotada por la nueva vicepresidenta económica, Elena Salgado, que está demostrando una posición muy firme en la defensa de las políticas del Gobierno frente a la crisis.
Durante el año que ahora concluye, España ha ejercido la Presidencia de la UE durante el primer semestre. Una presidencia difícil, en la que España ha desplegado una intensa actividad diplomática. En este año se han acometido importantes reformas: la reforma laboral y una nueva organización del sistema financiero. La primera, absolutamente necesaria, para acabar con el mercado dual de trabajo entre fijos y temporales, e impulsar las contrataciones, ha contado con un fuerte rechazo de los sindicatos. Se convocó una huelga general que tuvo escaso seguimiento; la reforma del sistema financiero con la integración de las numerosas cajas de este país, para garantizar su solvencia, ha sido otro de los puntos álgidos de este año. Durante estos meses se está acelerando el proceso.
El pulso a los controladores aéreos ha sido otra constante del curso político. El ministro de Fomento, Sr. Blanco, ha parado, por primera vez en España, a un colectivo chantajista, como es éste. Para ello se han aprobado diversas reformas en el Parlamento, de las que he tenido el honor de ser el ponente y portavoz en la Cámara Alta. A estos señores ya no les toca todos los meses la lotería -300.000 euros-; ahora les toca a todos los españoles.
En el plano autonómico, en Castilla y León más de lo mismo. Un Gobierno del PP que lleva 23 años y que se dedica a gestionar el día a día, sin hacer frente a los grandes problemas estructurales: despoblación, éxodo la juventud, envejecimiento y falta de tejido industrial. El victimismo sigue siendo su razón de ser. Para el Gobierno del PP en la Junta toda su acción se limita a pedir y a responsabilizar de todo al Gobierno socialista de España.
En Segovia destaca la excelente gestión del alcalde Arahuetes en la ciudad y de José Luis Vázquez en los Reales Sitios, con una actividad frenética de ambos en sus respectivos municipios y el reconocimiento de su labor en el exterior.
No podemos olvidar en el 2010 la dimisión del diputado del PP, el Sr. Merino por su presunta relación con el caso Gürtel y la tela de araña que se extiende sobre el proyecto Segovia 21 por parte de la Diputación Provincial y el papel determinante del Sr. Merino y su relación con la empresa Fomento Territorial. Sin olvidar las sospechas puestas de manifiesto por algún medio sobre la consejera de Agricultura, la segoviana Silvia Clemente, por su también presunta implicación en el Gürtel. A pesar de todo ello, el PP ha vuelto a demostrar, una vez más, su inmunidad a la corrupción por parte de los ciudadanos.
Y, por último hay que recordar la alegría colectiva de nuestro primer Mundial de Fútbol. ¡Casi ná! Un año para no olvidar.
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