sábado, 26 de marzo de 2011

Descaro

En estos meses previos a las elecciones autonómicas y locales estamos asistiendo a uno de los episodios de mayor descaro político que, al menos, yo recuerdo en democracia. La consejera de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León está obligando a los diferentes alcaldes de la Comunidad a rendirle pleitesía, al más puro estilo medieval, por la asignación de ayudas para el empleo y el gasto corriente de sus ayuntamientos. Con este fin pone en escena la firma de un convenio que no persigue otra cosa que el impacto publicitario y el reclamo electoral. No es la primera vez que lo hace, y para rentabilizar su impacto en cada provincia hace al menos dos convocatorias de alcaldes: una en la capital de provincia y otra en un municipio significativo de color popular. El dinero que se reparte es más bien escaso, sin embargo, es el pretexto adecuado para hacer propaganda y proselitismo del PP y de su gobierno en Castilla y León.

La consejera es una mujer sin escrúpulos políticos; o si lo quieren de otra manera, de convicciones democráticas muy débiles. Al menos así lo viene demostrando día a día en su ya intensa y rápida carrera política. En las tres consejerías por las que ha pasado hasta el momento no ha tenido ningún reparo en prometer lo que hiciese falta, costase lo que costase; fuera o no viable. Ella sabe muy bien que los ciudadanos al final terminan olvidando, y, si fuese necesario, siempre se puede neutralizar el mensaje desmintiendo la crítica o la noticia, que para eso se ejerce el poder, y controlar a los medios de comunicación. Entre sus correligionarios alguno le denomina “Silvinha”, en la más pura connotación brasileña del término, y no les falta razón.

La segoviana Silvia Clemente, como normalmente se refiere a ella un medio de comunicación de Segovia, ha hecho de sus consejerías, especialmente de esta última, el aparato de propaganda y proselitismo político del PP en la Junta. Una prueba es la convocatoria de los alcaldes en una materia en la que no es competente. En realidad son actos electorales que al final acabamos pagando todos los castellanos y leoneses. Pero, además, están acompañados de un fuete aparato propagandístico en la prensa, como primeras y dobles páginas.

La consejera no ha tenido tampoco nunca ningún reparo en engrasar a los medios de comunicación. Su laxa conciencia democrática se lo permite perfectamente. Ya no sólo adjudica recursos públicos discrecionalmente, o pone en marcha grandes proyectos de dudosa rentabilidad y que parecen responder más a un capricho personal que a cuestiones de necesidad, como el Centro Ecuestre de Segovia, repito, de dudosa rentabilidad; sino que maneja la publicidad a su antojo y genera una situación de cautividad mediática, más en estos tiempos de norme dificultad. Para ello cuenta con una excelente herramienta, ‘Tierra de Sabor’: aparato propagandístico del gobierno del PP en la Junta y de la defensa de los intereses de unos pocos.

Les podría seguir exponiendo muchos más ejemplos que ponen de manifiesto una forma de hacer política decimonónica, muy lejos de lo que yo entiendo que debe representar el respeto democrático a los castellanos y leoneses. Aunque como en otros ámbitos de la vida, aquí también opera ese dicho de “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. La señora consejera no hace mucho tiempo acusaba al presidente de la Diputación de Segovia de hacer “clientelismo político” desde esa institución; ahora aparece ella misma en la foto con el citado presidente practicando lo que criticó.

Señora consejera, para mí, pero me consta que también para una inmensa mayoría de los políticos, la política es servicio público con el máximo respeto a los ciudadanos en su desarrollo. No se puede compartir el carácter instrumental y partidista que la actual consejera de Agricultura y Ganadería imprime a la política de la Junta. Puede ser cuestión de cultura política. Algunos vivimos muy activamente el ocaso de la dictadura y la transición democrática, y este tipo de prácticas son propias de políticos inmaduros y superficiales. No las puedo aceptar; no las podemos compartir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que pasa con el centro ecuestre mucha inversión para unos pocos muy pocos privilegiados

Marta dijo...

Estoy tan de acuerdo, amigo anónimo...
Más de lo mismo.
¿Hasta cuándo?