miércoles, 30 de marzo de 2011

V Media Maratón de Segovia



El pasado día 27 de marzo Segovia vivía aires de fiesta, de fiesta deportiva. ‘La Media’ concentró este año 2011 a 4.000 corredores, de los que un poquito menos de la mitad eran de Segovia. La tarde y noche del sábado ya eran preludio de ambiente de fiesta. A pesar de que el tiempo no acompañó, se notaba la presencia de mucha gente en la calle y en los bares y restaurantes. Unas 10.000 personas visitaron como consecuencia de la Media Maratón. No está mal para estos tiempos de crisis. La repercusión económica es indiscutible. Hoteles y restaurantes estuvieron repletos. Los menús especiales tuvieron gran aceptación y los bares estaban a rebosar. De ello doy fe. Tras terminar la media tuve la posibilidad de tomarme una caña con unos amigos en un bar céntrico próximo a la llegada, como lo hago a menudo. Ese día cambiamos la tranquilidad de las cañas del domingo, cuando a lo máximo llegamos a coincidir 20 personas por una saturación que llevaba a una espera de tres filas para poder pedir. Algo de lo que, sin duda, nos alegramos todos. El buen ambiente era palpable. Pero la Media Maratón también es un espectáculo social. Otro año más se concentraron muchas personas para ver el espectáculo de la salida. Este año tuvimos más paracaidistas que nunca. El espectáculo fue muy bonito. Pero, sobre todo, cabe resaltar la presencia de mucha gente a lo largo del recorrido. Este año me llamó especialmente la atención la subida por la calle Real. Casi te subían en volandas. Fueron muchas personas las que a lo largo del recorrido nos saludaron a los corredores y animaron. Siempre al estilo castellano. Es decir, con el sigilo y estilo propio. Lo comento porque un corredor con acento andaluz, se quejaba en carrera de este estilo castellano propio que nos caracteriza. En Nueva Segovia, a la altura del depósito, pidió a un grupo de personas mayores que pusieran un poco más de ilusión en el intento, animándoles él a ellos. Esta es la diversidad y riqueza de los pueblos de España. Nos falta el gracejo, pero tenemos otras muchas cualidades que ya les gustaría a ellos tener. La carrera fue todo un espectáculo para los que tuvimos la suerte de vivirla desde dentro. La lluvia, justo al comienzo, nos despertó y mojó el firme, que estaba muy peligroso. Los primeros kilómetros fueron muy rápidos, al menos para mí. La cuesta de Santo Domingo fue poniendo a cada uno en su sitio. Para mí, lo más tedioso fue del kilómetro 14 al 17,5. ¡No se terminaba nunca! La bajada por La Albuera fue rápida, y la entrada en Fernández Ladreda, con muchas personas al otro lado de las vallas, representaba el premio al esfuerzo. Yo lo hice en 2 h 2 minutos y algún segundo más. Por primera vez he llevé pulsímetro. Hice una primera parte de la carrera hasta el 10 muy por encima de mis posibilidades, y una segunda parte más bien cómoda. Me dediqué a recuperar el esfuerzo realizado. La referencia de los tiempos en mi reloj la perdí allá por el kilómetro 5, al parar el crono sin darme cuenta, y esto hizo que no me fuese marcando hitos de tiempo en diversas referencias del kilometraje. Por último, quiero felicitar a los organizadores. En especial a Fernando Correa., a Eusebio, a los Carretero y a Municio. Muy bien, de 10. Pero también a todos los voluntarios que participaron en la organización de esta gran fiesta. El próximo año seguiremos siendo más. Cambiaremos el dorsal 52 de este año por el 53, pero será la mejor constatación de que nos mantenemos en forma y, por qué no, nos sentimos unos chavales. La Media Maratón ante todo es salud. ¡Ojala la corramos muchos años!

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