Si algo requiere la economía española para superar la crisis es confianza. El Gobierno lo viene reiterando desde hace tiempo y ahora también lo anuncia la oposición. Al menos lo verbaliza. La secretaria general del PP, hace unos días, consideraba necesario recuperar la confianza para reactivar la economía. Sin embargo, con los hechos demuestran lo contrario. Al igual que ocurrió con el Plan de Ajuste Económico en el mes de mayo de 2010, el Grupo Parlamentario Popular no ha tenido ningún problema para abstenerse en la convalidación del real decreto ley para el reforzamiento del sistema financiero. Ambos factores son claves para el impulso de la economía española y forman parte de los compromisos de España con la Unión Europea.
El fortalecimiento financiero español está motivado por la necesidad de disipar cualquier duda sobre la solvencia de este sector, y está influido con la prolongación de la crisis y el deterioro de los activos inmobiliarios. El objetivo es reforzar la solvencia de las entidades de crédito y favorecer la canalización del crédito a la empresa y autónomos para no estrangular la economía. Las entidades financieras españolas, según comunicó el Banco de España el pasado día 10, necesitan más de 15.000 millones de euros, de los que los 5.775 millones de euros corresponden a Bankia –el que más necesita-, en el cual se ha integrado Caja Segovia.
La preferencia es que la capitalización se realice a través del mercado financiero. Si no fuese posible, el Fondo de Ordenación de Regulación Bancaria –FROB- está plenamente disponible para facilitar la capitalización. Para ello las cajas beneficiarias deben traspasar la actividad financiera a un banco. Es el caso de Caja Segovia. Es mucho lo que nos jugamos con la reforma y fortalecimiento del sector financiero: dar consistencia a nuestra economía y contribuir a su confianza de manera decisiva. Es difícil entender la posición del PP frente al reforzamiento del sistema financiero, si realmente tienen vocación de gobierno y piensan en los intereses de España.
La contradicción del PP va más allá y se manifiesta en otros ámbitos. Es el caso de la Asamblea de Caja Segovia para ratificar la cesión de activos y pasivos de Caja Segovia a Bankia, acordada en el Consejo de Administración en el cual tiene mayoría el PP. Se necesita una mayoría cualificada de cuatro quintos. El PP, si hubiese sido coherente con sus planteamientos –por suerte para los segovianos no lo fue-, tendría que haberse abstenido, ya que la decisión se fundamenta en los requisitos que establece el real decreto ley convalidado. Se si hubiese seguido los postulados del PP nacional, Caja Segovia se situaría en una difícil situación de futuro, provocada por una situación de incertidumbre que podría haber terminado con la intervención del Banco de España. Y, además, impediría que el crédito fluyese a los autónomos y empresas para dinamizar la actividad económica y crear empleo en Segovia.
Solo la política con mayúsculas puede generar confianza y credibilidad en la ‘cosa pública’ y los políticos. Actitudes como las del PP en los temas económicos y en otros temas, lejos de contribuir a la mejora de la economía española, contribuyen a generar incertidumbre, todo lo contrario de lo que a bombo y platillo han pregonado Cospedal y Montoro. No vale lo que se dice, sino lo que se hace, y ya va siendo hora de que el PP piense más en los intereses de España y menos en los suyos propios. Los españoles se lo agradecerán.
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