domingo, 26 de junio de 2011

Irresponsabilidad frente a compromiso

Las aguas siguen aún muy revueltas en la economía. La incertidumbre y el miedo se han apoderado de los mercados al no recuperarse la actividad económica, y no vislumbrase una salida clara de la crisis. Para colmo de males, el crecimiento de la economía de los EEUU y de China se está ralentizando, las materias primas siguen con precios muy elevados y la eurozona se resiente del problema heleno.


Sin crecimiento en una economía de mercado no es posible enjugar las deudas y crear empleo. Sin crecimiento es imposible garantizar la solvencia que necesitan los mercados financieros para apoyar la actividad económica de un país. A este problema no es ajeno España, igual que otros países periféricos y no tan periféricos de Europa, que ven cómo se incrementa en estos días su prima de riesgo -276,5 en el momento actual frente al bono alemán, la más alta hasta el momento-.

En nuestro país es el momento de proseguir con las reformas estructurales y profundizar en el ajuste fiscal. Esta semana hemos conocido que el límite de gasto para el próximo año se situará en 117.353 millones de euros para el presupuesto del 2012– un 3,8 por ciento menos que en 2011-; también a lo largo de esta semana el Congreso de los Diputados aprobó la negociación colectiva con el voto en contra del PP. Con anterioridad los populares tampoco apoyaron el plan de ajuste económico en mayo de 2008 –el ejecutivo lo sacó adelante con un solo voto de margen-. Pero el PP de Rajoy también ha cargado contra las pensiones o la política fiscal.

La cumbre europea ha pedido estos días a la oposición conservadora griega que respalde al Partido del Socialista Papandreu para desarrollar el plan de ajuste económico que le pide la UE para recibir ayudas. La negativa de los conservadores ha sido calificada por los presidentes de la eurozona como un acto de irresponsabilidad.

España no es Grecia, pero la oposición de Rajoy se parece mucho a la del país heleno. El pasado 5 de mayo el líder de la oposición española, el Sr. Rajoy, que a su vez tiene voluntad de gobierno, declaraba que “Grecia está como está gracias a políticas como las de España”. Una forma distinta de trabajar por los intereses de España y generar desconfianza en los mercados financieros, precisamente cuando la confianza es el factor clave de la recuperación económica.

La actitud irresponsable y populista de los populares españoles contrasta con el compromiso de los socialistas y su Gobierno. Para los primeros lo importante es llegar a La Moncloa como sea, con el único interés de alcanzar el poder y, me imagino, que defender los intereses de sus grupos de apoyo; para los socialistas lo importante es superar esta crisis, volver a la senda del crecimiento y crear empleo, anteponiendo sus intereses de partido a los intereses de los españoles, aunque estos no entiendan sus políticas y les castiguen en las urnas, como en las últimas elecciones autonómicas y locales. Esta es la ingratitud de la política, pero también la grandeza de la democracia. Nunca es tarde para que prime la sensatez y el compromiso.

Los populares están a tiempo de trabajar para salir de la crisis codo a codo con los socialistas. Esta semana Óscar López se lo ofreció a presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, en su discurso de investidura. ¿Si los socialistas pueden donde no gobiernan, por qué no pueden los populares?




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