domingo, 28 de agosto de 2011

Botellón de verano

Llamativa. Francamente llamativa la interpretación que gran parte de la gente joven hace de las fiestas de verano en muchos pueblos de Castilla en su versión nocturna, al menos en los que participo más directamente, que son unos cuantos. La asistencia a la verbena se traduce en una estancia en torno al maletero de uno o de varios coches, en los que hay bebidas durante muchas horas. Se habla y se escucha música, para después, no siempre, dejarse caer un ratito por la plaza del pueblo y participar del ambiente.

Ni mejor, ni peor que en otras épocas. No deja de llamar la atención la gran ingesta de alcohol por gran parte de ellos, tirando de la botella de vodka, ginebra o cualquier otro tipo de bebida que ayude a coger tono. La nevera abastece con suficiencia toda la demanda que se pueda presentar. El problema es que de esta forma es muy difícil graduar lo que se acaba bebiendo. La bebida en la barra del bar con el coste y el desembolso asociado que conlleva siempre permite modular y controlar lo que se bebe, pero el botellón, no.

Por suerte, cada vez está más extendida la figura del conductor de reserva. Ese que esa noche conduce, pero no bebe. Sin embargo, esta práctica puede conducir a la larga a un problema de salud pública. El alcohol crea dependencia, y sus ingesta continuada y sin control pueden crear no pocos problemas.

Las verbenas de verano de los pueblos castellanos han constituido siempre una magnífica oportunidad para el encuentro con otras personas de la zona, y para conocer a otras muchas. La conversación, el diálogo e incluso el baile en alguna nos han permitido a muchos disfrutar del momento y hacer excelentes amigos. Resulta por eso muy difícil entender cómo se puede cambiar esta práctica por otra que solo aporta dolor de cabeza y malos rollos.

No lo entiendo, sinceramente no lo entiendo y creo que no voy a ser capaz de comprenderlo. Por eso más que llamativo, para mí es alucinante. Me quedo con las viejas prácticas.



1 comentario:

María dijo...

Es preocupante cómo, al parecer, parte de nuestros jóvenes no salgan a disfrutar con sus amigos,ni con la música, ni con sus fiestas..., sino con el alcohol. Es preocupante y lo peor: no veo una fácil solución.
Quienes no siguen esta línea pueden sentirse desplazados de sus amigos...
La sociedad parece aceptar el asunto...
Ójala todo fuese al parecer.