El
modelo de servicio público de radio televisión pública impulsado por los
socialistas ha funcionado y ha funcionado bien. Al menos así se desprende por
los resultados alcanzados en los últimos años. La 1 es líder en audiencia y el
grupo en su conjunto se sitúa en los primeros lugares en audiencia, y a la
cabeza en calidad, credibilidad y valoración por parte de la ciudadanía. Sus
informativos son los más vistos y valorados. Prueba de ello son los premios que
han recibido los informativos de TVE en estos años.
Nopiensa igual el PP. En la última Comisión de Control de RTVE celebrada la
semana pasada, siguiendo la línea editorial marcada previamente por el diario
ABC y otros grupos mediáticos afines, los diputados del PP cuestionaron la
imparcialidad y la neutralidad de la radio televisión pública. Así el portavoz
del PP afirmó "No puede ser que los
intereses de los menos se confundan con el de todos los españoles, en favor de intereses políticos de quienes ya
no gobiernan". Anuncian pues
“tambores de guerra”. Su mayoría absoluta les permitirá cambiar la ley e
imponer el monopolio del mensaje único, el suyo. Sin duda, en la Comisión de Control de
RTVE ya han dado los primeros pasos para limitar las intervenciones de los
grupos minoritarios. Cuando gobierna la derecha, gobierna. Y eso de los
equilibrios y el consenso son pamplinas para el PP.
El
Gobierno ya ha movido ficha en RTVE. Han decretado la no disponibilidad de 204
millones de euros del presupuesto ordinario de la Corporación. Un
presupuesto de 1.200 millones de euros de los que un tercio forman parte de la
subvención de los Presupuestos Generales del Estado. Un golpe de muerte que
hace imposible la viabilidad del modelo de servicio público de RTVE. Solo es
posible recortar en el tercio correspondiente a la programación y esto conlleva
modificar la parrilla y disminuir su calidad, lo que de hecho se está
produciendo ya. La conclusión inmediata es que la 1 bajará su actual tasa de
audiencia ahora superior al 14 por ciento, por debajo de dos dígitos y canales
como TDP y Clan tendrán muy difícil su supervivencia. Más si tenemos en cuenta
que este año hay olimpiadas y su coste asciende a más de 70 millones de euros.
El
ministro de Hacienda ha afirmado, ante una pregunta parlamentaria en pleno
formulada por mí mismo, que mantendrán el actual modelo público de RTVE. Sin
embargo, sus palabras están huecas. Ya no solo por el recorte de los 204millones de euros, sino porque ya han promovido una reforma de la Ley de Comunicación Audiovisual
–LCA- que posibilita la edición y reproducción de los informativos por
terceros; y estos últimos días han integrado el órgano que contempla la LCA para garantizar la
independencia, neutralidad e imparcialidad de la radio televisión pública, el
Consejo Estatal de Medios Audiovisuales –CEMA- en el órgano multiregulador
recientemente creado. Un órgano de carácter económico propuesto por el Gobierno,
a diferencia del modelo socialista en el que la propuesta correspondía al
Congreso de los Diputados. Se ha gubernamentalizado el control, lo que es tanto
como poner al “zorro a guardar gallinas”.
El
PP lo tiene claro. Su objetivo es controlar RTVE y desmantelar el modelo
público, aunque diga lo contrario. Para ello, ha reducido el presupuesto y
desvirtuado los órganos de control. La caída de audiencia hará el resto. Con un
objetivo añadido: el reparto de la tarta económica para los grupos amigos. En
la medida en que caiga la audiencia de la pública más valor tendrá la
publicidad en otros medios. Sin olvidar la traslación del pensamiento único, lo
que define muy bien el comentario del portavoz del PP en la última comisión de
control: “Cuesta reconocer en TVE quien
gobierna en España”.
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