domingo, 21 de septiembre de 2014

Uno más…



¡Vaya revuelo que se ha montado con la llamada telefónica de PedroSánchez al programa vespertino ‘Sálvame’! No ha dejado indiferente a nadie. El PP ha reaccionado furibundamente. Sus diputados y dirigentes han hecho comentarios despectivos de Sánchez, incluso los que en alguna ocasión han coqueteado con la telebasura. Lo mismo ha ocurrido con la prensa adicta a las ayudas y favores gubernamentales. Pero también entre algunos socialistas no ha caído bien la llamada.

La llamada del secretario general del PSOE fue una de autodefensa. El conductor del programa en cuestión estaba con una de las muchas “pajas mentales” a las que acostumbra con sus compañeros y compañeras de cuadrilla. En este caso dando vueltas al 'Toro de la Vega’ de Tordesillas y masacrando a su alcalde. Con la falta de consistencia y superficialidad que caracteriza al programa, el presentador en cuestión no debía tener muy claras la posición de Pedro Sánchez sobre el tema objeto de debate. Y, además, se permitió el lujo de exhortar a no votar al PSOE. Pedro hizo lo que tenía que hacer: comunicar al millón ochocientos mil espectadores cuál era su posición sobre el tema con una llamada telefónica al presentador.

Pero el tema no terminó aquí. Por la noche estuvo en el ‘Hormiguero’ de  Antena 3. Y se salió. Tres millones de españoles descubrieron una persona sencilla, de nuestro tiempo, que dista mucho del envaramiento de otros líderes políticos como Aznar, Rajoy o Felipe González. En una tarde, muchos españoles habían descubierto que el PSOE ha elegido para dirigirlo un tipo normal, un ciudadano más que tiene un modelo de comunicación muy diferente y ha dejado en un abrir y cerrar de ojos obsoletos al resto de los dirigentes políticos. De ahí la preocupación de muchos. Prueba de ello, es que su aparición en este programa fue el gran tema de conversación al día siguientes bares y oficinas. Me cuenta una persona muy cercana a mí, que hasta los más “fachas” de su empresa le atribuían un gran don de gentes e inteligencia, no sin poca preocupación, a la vez que le ponían, en contra de sus deseos, en La Moncloa en la próxima legislatura.

Para terminar de rematarlo, al día siguiente, La 2 de TVE incluyó un tuit en su tuitter con ánimo aparente de mofa de Pedro Sánchez en relación con su programación de tarde, pero que el propio Pedro contestó y con gran habilidad le dio la vuelta. El resultado es que llegó a tener cerca de 3.000 retuits. Y su popularidad y aceptación creció.

Sánchez está definiendo un nuevo estilo de comunicación y forma de hacer política. Se acerca a los problemas, trata de tú a tú a las personas con independencia de su ideología política, cumple su palabra y se mueve con principios y actitudes propias de una persona con sensibilidad social y realista. Prueba de ello es el formato de #AsambleasAbiertas que ha puesto en marcha este último fin de semana en Zaragoza. Y, además, tiene credibilidad. No me extraña que la derecha, incluida la mediática, le comience a tener miedo. Me temo que han terminado los días de gracia. No lleva ni cien días pero a tenor de lo visto esta semana podemos esperar cualquier cosa a partir de ahora. Su demonización es inminente.      


  

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