El próximo día 6 de diciembre se celebra el XXXVI aniversario de la
Constitución española del 78. Durante los cuatro años que tuve el honor de
estar al frente de la Subdelegación del Gobierno en Segovia se celebró, en cada
uno de ellos, un acto de homenaje institucional a la Constitución coincidiendo
con su efemérides.
Para ello se elegía un tema de ámbito constitucional y se invitaba a un
personaje relevante de la vida pública para que disertase en una conferencia
sobre el estado de la cuestión. En estos actos participaron personas destacadas
de la vida pública, como el expresidente del Congreso y padre de la
Constitución, Gregorio Peces-Barba, o el exministro de Trabajo de la UCD,
Rafael Calvo Ortega, entre otros, y se invitaba a la sociedad civil. A su vez,
en este acto se efectuaba un homenaje a los empleados públicos que habían
prestado su servicio en el ámbito de la Administración del Estado en la
provincia y a lo largo del último año se habían jubilado.
El acto de homenaje a la Constitución en Segovia tenía como objetivo
resaltar la importancia del Estado para la provincia y el reconocimiento al
Estado social y democrático de Derecho. Y creo que se consiguió. Basta hacer un
recorrido por la hemeroteca de aquellos años para constatar que fue así. La
Delegación del Gobierno, a través de la Subdelegación, hacía efectiva la
presencia del Estado en la provincia y más en su momento más álgido: la fiesta
de la Constitución.
¡Cuánto ha cambiado la situación con el gobierno del PP! Desde que los
populares llegaron al poder, el homenaje a la Constitución ha ido
languideciendo hasta desaparecer. No solo se han eliminado los actos
conmemorativos, sino que ya el último año no se celebró el homenaje a los
funcionarios y laborales jubilados. Una manifestación más del languidecimiento
de la presencia de las instituciones del Estado en la provincia, con la
Subdelegación del Gobierno al frente, que es a la que corresponde visualizarla;
y que se corresponde con una línea de trabajo anodino y sin impulso
administrativo. Al menos eso es lo que se proyecta.
Pero esta situación no es casual. A los que invocaban la presencia de
España, e incluso llegaron a convocar alguna manifestación en la Plaza Mayor
para reivindicarla, a la hora de gobernar –como ya les pasó en la anterior
etapa- intentan tapar como sea a las instituciones que representan al Estado. Y
solo con un objetivo, potenciar la presencia de otras instituciones en las que
gobierna la marca del PP con más relevancia política, y al frente de las cuales
se sitúa el presidente del PP. Se antepone el partido al Estado. Y para ello se
dota a la institución que representa al Estado en la provincia del menor perfil
político posible. Eso sí que es patriotismo de verdad.
El Estado, para nuestra provincia, es vital. Segovia es una provincia
que se nutre de la solidaridad del Estado. En especial en el sistema de
pensiones y en el desarrollo de las infraestructuras. Gran parte de nuestro
bienestar está vinculado a su impulso y desarrollo. Qué menos que homenajearlo
al menos una vez al año, potenciar y hacer visible sus instituciones y
reivindicarlo día a día. Esto el PP no quiere entenderlo, o lo entiende a la
manera que le interesa.
La Constitución actual es la que más tiempo lleva en vigor en nuestro
país. Y la que nos ha proporcionado el periodo más prolongado de libertad y
bienestar. Bien es cierto, que algunos de sus artículos han quedado obsoletos.
En especial, los referentes a la ordenación territorial y a la función de
algunas instituciones. Y que otros se deben adaptar a los nuevos tiempos y
circunstancias para garantizar los derechos básicos de los españoles. Por eso
debemos modificarla cuanto antes.
Necesitamos una Constitución fuerte capaz de hacer frente a los retos
de futuro del Estado español. Y necesitamos un Estado fuerte, capaz de
garantizar la diversidad y unidad de España en un marco de solidaridad. Y para
ello, instituciones que hagan del Estado, a través de su acción, un factor
esencial de cohesión social y de unidad frente a intereses espurios. También en
Segovia.