El pacto del PSOE con C´s no ha caído bien en Podemos. Han reaccionado
como si de un ataque de cuernos se tratase, o pataleta, si prefieren, de
Podemos. No han tardado en reaccionar y buscar una serie de excusas para anunciar
una posición táctica de cara al debate de investidura y justificar su voto
negativo.
Para ello han argumentado ocho motivos a las 200 propuestas. No voy a
entrar en el análisis de cada uno de ellos, pues ya ha sido debatido
suficientemente estos últimos días, y ha quedado clara la inconsistencia de las
propuestas de Podemos. Pero sí en dos cuestiones que me parecen
trascendentales.
En primer lugar, entre los reparos de Podemos al pacto, la
manifestación del PSOE y C´s de “oponerse a todo intento de convocar un
referéndum con el objetivo de impulsar la autodeterminación de cualquier
territorio de España”. Hay que recordar que la misma noche del 20D su líder,
Pablo Iglesias, lo marcó como línea roja en relación a Cataluña. Bienvenidos
sean a la coherencia. Un gran paso.
Otra de las razones que esgrimen para no adherirse al pacto es el
cumplimiento del plan de estabilidad económico y presupuestario de la UE. Otra
excusa que saben que es imposible cumplir. Syriza siguió esa ruta en Grecia y
al final tuvieron que claudicar porque, de lo contrario, los pensionistas, los
funcionarios y los proveedores del Estado griego no hubiesen cobrado. El
ejemplo griego es la mejor lección de lo que no se puede hacer. En una economía
de mercado, cuando no pagas a los acreedores te dejan de prestar y eso es lo
peor que te puede pasar.
Podemos tiene en su mano la investidura de un presidente y la
constitución de un gobierno progresista y reformista. El PSOE ha hecho lo más
difícil, preservar la esencia de un programa que da respuesta a la desigualdad,
a la modernización de la economía y a la regeneración democrática con un
partido de centro derecha, lo que abre la puerta a un gobierno reformita en
nuestro país. Y, además, sin entrar en colisión con los grandes temas que
plantea Podemos, salvo el señalado.
El Gobierno de España requiere el concurso de tres fuerzas mayoritarias
para conformar una mayoría clara. La gobernabilidad está al alcance de la mano.
Sólo depende de que Podemos sea coherente con lo que debe ser un programa de
izquierdas y progreso, y se olvide de la política de hitos para llamar la
atención como sea –la antipolítica-. Antes o después lo tendrá que hacer. La
próxima semana tiene una gran oportunidad. Si no lo hace lo acabará haciendo
más tarde. Es su última salida. Pero se dejará pelos en la gatera.