Las vacaciones de verano están inexorablemente unidas a los conciertos y festivales, al menos en la provincia de Segovia donde por fortuna gozamos de un importante elenco de espectáculos musicales. La mayor parte de ellos se celebran en el marco de incomparable de unas noches estrelladas y bajo el cobijo de algún patio o edificio singular de alto contenido histórico. El Festival de Segovia se viene celebrando desde hace más de 20 años. Siempre cuenta con la participación de destacas figuras de reconocido prestigio, y su éxito y reconocimiento no deja de incrementarse año a año. Este año entre otros artistas han participado Monserrat Caballé y Joan Baez. Tuve la oportunidad de asistir a los dos espectáculos, pero con diferentes sensaciones. Una agridulce, la de Monserrat; y otra plenamente satisfactoria, la de Joan Baez. Ambas artistas ya son maduritas –superan los 60 años-, lo cual no es óbice para que sus actuaciones no sigan gozando de gran calidad. Sin embargo, la actuación de la Caballé en el patio del Alcázar estuvo plagada de errores y despistes: se confundió en más de una canción; su voz ha perdido la potencia y finura que tuvo antaño; y su risa contagiosa, llena de ternura, no hacía más que disimular la puesta en escena de lo que debía ser su actuación y ya no es. Una pena. Es importante saberse retirar con dignidad. Mucho más cuando se ha sido una diva, como es el caso. La dignidad está por encima de los 80.000 euros de caché de una noche.Joan Baez estuvo espléndida. Sigue fresca como siempre, a pesar de haber nacido en el año 41 del siglo pasado. Su canción protesta sigue estando de actualidad. Nos dedicó dos piezas en español -todo un detalle por su parte-, pero en un inglés claro y sonoro nos recordó los problemas de los soldados en la guerra de Afganistán. Y tuvo también un recuerdo para todos aquellos que no tienen la oportunidad de disfrutar de un concierto de élite en una noche de verano, y su preocupación es garantizarse el sustento al día siguiente. Una señora por la que el tiempo no pasa, al menos en entusiasmo y sensibilidad. Los segovianos hemos tenido la suerte de disfrutar de su presencia, lo mismo que los barceloneses, ya que Joan tiene pánico al avión y le ha costado mucho decidirse a viajar a Europa. A Segovia llegó procedente de Barcelona, pero claro está, no utilizó el avión. También he tenido la oportunidad de asistir estos días a un concierto de música para órgano barroco en la iglesia de mi pueblo, Sangarcía. El órgano de la iglesia ha sido rehabilitado recientemente, tras más de 50 años en silencio. Construido por Francisco Ortega en 1725, es de una calidad excepcional. El pasado 26 de julio se hizo la puesta de largo con un repertorio que permitió poner en valor todos los recursos del órgano. En el concierto se interpretó música antigua del siglo XVIII, letanías y villancicos. La iglesia estuvo abarrotada con la presencia de casi todo el pueblo. Era un acto emotivo que superaba el propio contenido musical, y donde subyacía un espíritu de orgullo de poder recuperar lo que nunca se debiera haber perdido. Todo ello con la sumisión y el conformismo como señas de identidad que nos caracteriza a los castellanos antiguos. El concierto tuvo una duración de una hora y contó con la participación de Bruno Forst, al órgano; Laura Alcalde, como soprano; y José Luis Saqués, en la percusión.El órgano ha sido rehabilitado por la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, trabajos que han tenido un valor de 207.460 euros. Han colaborado asimismo el Ayuntamiento de Sangarcía y el Grupo de Acción Local AIDESCOM-Iniciativa Comunitaria Leader Plus. Esto llevó acompasado, como entremés, la intervención de sus representantes durante cerca de 45 minutos: Fue lo peor del acto, salvo la intervención del alcalde de Sangarcía, que como buen conocedor de su pueblo, su intervención fue breve e intensa –no más de cinco minutos-. Lo que dio lugar a que el acto se prolongase durante más de dos horas. Un poco largo, aunque los de Sangarcía y los pueblos limítrofes, que también estaban, salieron encantados.El verano no ha terminado, y seguro que tendremos la suerte de asistir a más conciertos. Esta semana comienza en el Torreón de Segovia las Veladas musicales. Un mix de flamenco, blues y fados, en un escenario envidiable al aire libre para la noche de verano. ¡Qué suerte tenemos los segovianos y todos los que se acercan por aquí! No desaproveches la ocasión.
1 comentario:
Tienes mucha razón: Los segovianos no sabemos lo que tenemos...
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