La Sierra del Guadarrama constituye un referente medio ambiental, cultural y patrimonial para todos los madrileños y segovianos, en especial. La Mujer Muerta, Siete Picos o Peñalara, por citar algunas de las cumbres más emblemáticas, forman parte del paisaje y de la propia ideosincrasia de todos aquellos que nos hemos criado a su abrigo. Subir hasta ellas para los segovianos es algo mítico. El pasado domingo, día 17 de agosto, tuve la oportunidad, una vez más, junto con un grupo de amigos de mi pueblo, Sangarcía, de disfrutar de la belleza natural que ofrece el paseo, el disfrute de la naturaleza y las vistas desde el punto geodésico más alto de la sierra, Peñalara con 2.428 metros.
El recorrido lo iniciamos en Cotos. Desde allí nos dirigirnos a la Laguna de Peñalara y después subimos por los canchales hasta la misma base del pico, y bajamos de nuevo para disfrutar de las diversas lagunas que secundan el camino hasta el Risco de los Claveles, no sin antes parar y deleitarnos con el paisaje, la flora y las múltiples variedades de anfibios y aves. Una vez alcanzado el objetivo, recuperamos fuerzas con un merecido bocadillo. Después bajamos por Dos Hermanas a Cotos. Además el tiempo nos acompañó. Un día soleado pero con la temperatura justa: ni frío ni calor. A pesar de lo cual apenas nos encontramos con montañeros. No deja de llamar la atención siempre que se sube a Peñalara por la Laguna de los Pájaros la baja asistencia de visitantes. Esta circunstancia no deja de ser una suerte para aquellos que amamos la montaña; y también para la conservación del medio natural. Pero pone en entredicho la educación medioambiental y la valoración que tenemos por los recursos naturales, al menos en su proyección hacia el ocio y disfrute de ellos. La proximidad a Madrid –a escasos 50 minutos- no parece hacer estragos.
El Parque Natural se encuentra limpio y bien cuidado. Destacan los accesos a la Laguna de Peñalara, donde desde hace tiempo se han dispuesto de corredores de madera que marcan el camino e impiden que se marquen senderos innecesarios. Tampoco hemos observado en ningún punto del recorrido ningún residuo debido a la acción de los visitantes. Tan sólo los residuos orgánicos asociados al mantenimiento vital de las pocas vacas que pastan en las laderas de la montaña, y que no sólo abonan las praderas, sino que además le confieren un cierto tono bucólico.
Desde lo alto de la cumbre del Peñalara se divisa la amplia llanura castellana. Dónde los términos de la ciudad de Segovia, la Granja de San Ildefonso y la salida del túnel del AVE se reflejan con fuerte intensidad. Ante esta circunstancia uno no puede dejar de recordar la necesidad de avanzar en el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) de la Sierra del Guadarrama. Un Plan en el que desde hace tres años la Junta de Castilla y León no termina de aclararse del todo, y donde lo que parecía que todo apuntaba hacia un Parque Nacional, ahora predomina la idea de Parque Regional. Sea lo que sea, es necesario y urgente establecer una figura de protección medioambiental que permita evitar las agresiones a la Sierra del Guadarrama, para que las futuras generaciones puedan seguir disfrutando de estos parajes tan especiales y llenos de magia natural. Y en ningún caso autorizar la construcción de inmuebles ni de actividades que presupongan un deterioro del medio e impacto ecológico.
La ruta de subida al Peñalara por las lagunas constituye una excelente opción para disfrutar de la belleza natural de la sierra en cualquier época del año, aunque no seas segoviano o madrileño. Además el paso del Risco de los Claveles tiene su “puntito de morbo”, como decía uno de los excursionistas; para otras, no tanto, ¡Verdad! Salvo que el miedo genere morbo. El paso requiere sus dotes de prudencia pero nada más. Se lo recomiendo, a la vez que permite tomar consciencia de los grandes tesoros naturales de los que disponemos en nuestro país. ¡Cuídalos!
El recorrido lo iniciamos en Cotos. Desde allí nos dirigirnos a la Laguna de Peñalara y después subimos por los canchales hasta la misma base del pico, y bajamos de nuevo para disfrutar de las diversas lagunas que secundan el camino hasta el Risco de los Claveles, no sin antes parar y deleitarnos con el paisaje, la flora y las múltiples variedades de anfibios y aves. Una vez alcanzado el objetivo, recuperamos fuerzas con un merecido bocadillo. Después bajamos por Dos Hermanas a Cotos. Además el tiempo nos acompañó. Un día soleado pero con la temperatura justa: ni frío ni calor. A pesar de lo cual apenas nos encontramos con montañeros. No deja de llamar la atención siempre que se sube a Peñalara por la Laguna de los Pájaros la baja asistencia de visitantes. Esta circunstancia no deja de ser una suerte para aquellos que amamos la montaña; y también para la conservación del medio natural. Pero pone en entredicho la educación medioambiental y la valoración que tenemos por los recursos naturales, al menos en su proyección hacia el ocio y disfrute de ellos. La proximidad a Madrid –a escasos 50 minutos- no parece hacer estragos.
El Parque Natural se encuentra limpio y bien cuidado. Destacan los accesos a la Laguna de Peñalara, donde desde hace tiempo se han dispuesto de corredores de madera que marcan el camino e impiden que se marquen senderos innecesarios. Tampoco hemos observado en ningún punto del recorrido ningún residuo debido a la acción de los visitantes. Tan sólo los residuos orgánicos asociados al mantenimiento vital de las pocas vacas que pastan en las laderas de la montaña, y que no sólo abonan las praderas, sino que además le confieren un cierto tono bucólico.
Desde lo alto de la cumbre del Peñalara se divisa la amplia llanura castellana. Dónde los términos de la ciudad de Segovia, la Granja de San Ildefonso y la salida del túnel del AVE se reflejan con fuerte intensidad. Ante esta circunstancia uno no puede dejar de recordar la necesidad de avanzar en el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) de la Sierra del Guadarrama. Un Plan en el que desde hace tres años la Junta de Castilla y León no termina de aclararse del todo, y donde lo que parecía que todo apuntaba hacia un Parque Nacional, ahora predomina la idea de Parque Regional. Sea lo que sea, es necesario y urgente establecer una figura de protección medioambiental que permita evitar las agresiones a la Sierra del Guadarrama, para que las futuras generaciones puedan seguir disfrutando de estos parajes tan especiales y llenos de magia natural. Y en ningún caso autorizar la construcción de inmuebles ni de actividades que presupongan un deterioro del medio e impacto ecológico.
La ruta de subida al Peñalara por las lagunas constituye una excelente opción para disfrutar de la belleza natural de la sierra en cualquier época del año, aunque no seas segoviano o madrileño. Además el paso del Risco de los Claveles tiene su “puntito de morbo”, como decía uno de los excursionistas; para otras, no tanto, ¡Verdad! Salvo que el miedo genere morbo. El paso requiere sus dotes de prudencia pero nada más. Se lo recomiendo, a la vez que permite tomar consciencia de los grandes tesoros naturales de los que disponemos en nuestro país. ¡Cuídalos!
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