sábado, 19 de septiembre de 2009

¿Están el Gobierno y el PSOE en crisis?


No, radicalmente no, por mucho que se empeñe algún medio de comunicación y los populares aprovechen su impulso para desgastar al Gobierno, y muy especialmente a su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, ‘el coco’ de la derecha española.

Sin duda la última semana ha sido una semana convulsa. Una vez celebrado el pleno de debate de la situación económica, la semana anterior, con una clara y contundente victoria del presidente Zapatero sobre los planteamientos de Rajoy, se daban las circunstancias propicias para que en esta semana que hoy termina, EL PAIS lanzase sus misiles sobre la línea de flotación. Tres editoriales durísimas: una, titulada “En la pendiente”; otra que bajo el título “Embrollo Fiscal”; y, por último, una tercera que con el título de Clientelismo Digital”, pone en entredicho la política en materia audiovisual del Gobierno, y le acusa de clientelismo político.

Sin duda, nadie duda de la fuerza mediática del grupo Prisa como referente de la socialdemocracia en España. Sus críticas al PSOE han hecho que determinados colectivos sociales seguidores de este medio, pero también en otros grupos sociales de distinta ideología, se contemple con satisfacción como el aliado mediático del PSOE desde la instauración democrática le retira el apoyo y le critica, lo que contribuye a elevar sus expectativas electorales y a generar una situación en la calle de que a los socialistas les empieza a ir mal.

El problema de fondo deriva de la difícil situación económica que estamos viviendo. Nos encontramos ante una gran recesión económica mundial que tiene unas manifestaciones más virulentas en la economía española que en otras economía occidentales. España presenta problemas estructurales en su economía desde el s XIX. Desde entonces en épocas de crecimiento hemos crecido más que nadie, pero en épocas de recesión, como ésta, hemos decrecido y destruido empleo como ningún otro país occidental. Y, sin embargo, no se han corregido problemas como la baja productividad; la falta de competitividad; la falta de un tejido empresarial sólido -especialmente el industrial- ; la falta de una concertación social capaz de dar respuesta en los momentos de crisis, o la especialización en bienes de consumo y equipo para mejorar la exportación. De ahí, el problema del paro y la pérdida de renta per cápita en épocas de crisis, y eso a pesar de haber mejorado mucho las infraestructuras en los últimos años.

El Gobierno tiene claro la hoja de ruta ante la crisis. Para ello ha puesto en marcha actuaciones coyunturales para hacer frente a sus efectos, como el Plan E o el plan de dinamización económica, y otras de carácter estructural para hacer frente de una vez por todas a esos problemas que refería antes. Para ello el Gobierno va a tramitar en este periodo de sesiones en el Parlamento la Ley de Economía Sostenible, con la que se espera mejorar la productividad y la competitividad de las empresas españolas. No hemos de olvidar la alta tasa de endeudamiento de las empresas españolas y la pérdida de confianza que repercute en el consumo. Factor clave para crear empleo

Para el Gobierno en estos momentos lo prioritario es garantizar la protección y cohesión social. Tenemos la obligación de ayudar solidariamente a los parados. No podemos permitirnos el lujo de generar una sociedad dual, donde existan grandes dispersiones de renta, perdiendo peso la clase media. Eso se lo puede permitir el PP, pero el PSOE no. Y para ello contamos con la política fiscal como herramienta para la redistribución de la renta.

En esta política hay una total unanimidad en el PSOE y el Gobierno. Tanto en las nuevas generaciones de políticos como en las antiguos. No hay división interna, como hemos tenido la oportunidad de comprobar hace unos días sen la reunión del Grupo parlamentario en el Senado, u hoy en el Comité federal.

Somos muchos los que nos hemos formado en democracia con el PAIS y el Grupo Prisa. Para muchos de nosotros siempre ha sido un referente mediático. Y emocionalmente siempre estaremos con ellos. Sin embargo, las editoriales de esta última semana tienen una clara intención de forzar al Gobierno un cambio de su política audiovisual. Algo que es legítimo, pero que sin duda está mal enfocado por su parte; las malas artes sólo llevan a la ruina. El Gobierno y el partido están a la altura de lo que requiere el país. Y, todo ello, a pesar en esta ocasión de lo que publique PRISA.

3 comentarios:

Pedro L. Merino dijo...

Cuando ganó por primera vez ZP El País nos contaba que las grandes empresas de EEUU no entendían cómo las empresas españolas habían permitido que ganase un partido de izquierdas. Ahora el Grupo Prisa está actuando igual que esas empresas de los EEUU, pretendiendo ser ellos quienes deciden qué presidente de gobierno es bueno o no, cuando esta es una decisión que únicamente cabe salir de las urnas. Están haciendo lo mismo que contaba hace poco Luis María Ansón en su etapa en el ABC, decía que tenían el poder para derribar un presidente o auparle a la victoria.
Todos sabemos, porque hemos madurado como nuestra democracia, que el Grupo Prisa actúa así por razones económicas, sólo tenemos que mirar la gran deuda económica que tiene, y también porque quieren seguir con su monopolio en la tele de pago, de la que poseen el 75% de ese servicio en España y no quieren que entre alguien más a llevarse parte de su tajada.

Anónimo dijo...

En esta situación de crisis económica generalizada, especialmente dramática en España, hay que tener en cuenta que el modelo económico y productivo no se cambia por decreto ley, que precisa de un plazo más o menos largo para que vaya cuajando en la economía española. Será, precisamente, en este periodo cuando la demagogia de los populares y los mensajes populistas alcancen su mayor difusión y protagonismo, potenciados además por determinados medios de comunicación. Es algo que hay que obviar y seguir trabajando para poder alcanzar la superación de la crisis.

Anónimo dijo...

¿Pero es que ZP va a fiarse de personajes como Pedro Jeta o Roures...? Yo no lo entiendo y empiezo a entender a quienes le critican que gobierna a base de ocurrencias. Ultimamente estoy pensando que una persona que hace ministra a la becaria Bibiana y también ministros, nada menos que de Fomento, al ínclito Pepiño no anda bien de la cabeza y que hay que ir pensando en hacerse apátrida.