Esta última semana se ha celebrado la Feria Internacional de Turismo 2010 –FITUR- en el IFEMA de Madrid. La crisis también se ha dejado notar en este evento. Ha habido menos visitantes y una menor calidad en la muestra de recursos en comparación con otros años. El pabellón de Castilla y León ha seguido esta línea, si bien la pobreza de su puesta en escena era muy evidente, en relación con los pabellones de otras comunidades autónomas.
El “layout” o “distribución en planta del pabellón” no es nada sugerente para el fin al que se orienta, que no es otro que la promoción turística de cada una de las provincias de Castilla y León. Sobre una superficie del orden de los 500 metros cuadrados, en un suelo de nave industrial sin revestir, se ha dispuesto un conjunto de palés con distintas configuraciones asociadas a cada provincia, y complementadas con algún elemento volumétrico y bancos de cartón, serigrafiado con rotulador a mano. Una estructura muy sencilla en la que no se entrevé una línea argumental, y no existe una relación causal con los valores patrimoniales, medioambientales, culinarios…, que promueven el turismo en Castilla y León.
Esta estructura, sin identidad propia, puede servir lo mismo para un roto que para un descosido; lo mismo puede representar a Castilla y León, que a Euskadi o a Valencia, porque no dice nada. Por tanto, poco valor añadido puede aportar para fomentar el turismo en la comunidad conforme a sus características diferenciales. Tampoco recoge ningún hito turístico. Si por algo se ha caracterizado Castilla y León en el último año ha sido por su conexión interferroviaria con el Norte, el Noreste, el Centro, el Sur y el Levante, a través del AVE, los trenes lanzaderas y los ALVIA. Todo un potencial turístico para fomentar el turismo de fin de semana de las provincias de Castilla y león interconectadas con Euskadi, Asturias, Levante, Castilla La Mancha o Andalucía. ¿Aporta algo el pabellón de Castilla y León en este sentido? ¿O en materia medio ambiental o patrimonial, sugiere algo? Nada de nada.
El día de la inauguración fueron muchos los profesionales que manifestaron su indignación por el stand. Algunos con una experiencia de 23 años en FITUR y muchos de ellos con carnet del PP. Claro que Castilla y León se vende por sí misma, sin necesidad de plataformas anodinas y etéreas sin valor alguno. ¡Ésta es la grandeza de nuestra tierra!
Lo sorprendente es que este pabellón ha recibido el premio al mejor pabellón regional. Verlo para creerlo. Pero, hace tiempo, en un gran hospital en el que trabajaba, me explicaron los protagonistas de la historia cómo las “señoras” y “viudas” de los grandes popes de la medicina maquinaban para hacer “catedráticos y académicos”, y se jactaban de sus resultados; ya me creo todo y no me sorprende nada. Ni hasta esto, mucho más cuando el señor Herrera es el mayor experto en clientelismo político. No quiero ni pensar lo que nos habrá costado a los castellanos y leoneses este aprobado testimonial. En fin, vergonzoso. No podemos sentirnos orgullos de estos dislates.
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