De mi etapa de subdelegado del Gobierno en Segovia guardo un gran recuerdo en estas lides del diputado popular Javier Gómez Darmendrail. Recuerdo su indignación y malestar en una subida de la Virgen con el Ayuntamiento por no colocarle en primera fila; o su reacción en una fiesta del Pilar cuando situamos a la portavoz del PP, Beatriz Escudero, al lado del alcalde. La reacción no se hizo esperar y el diputado se hizo notar reclamando sus derechos sobre la concejala. Ahora con el paso del tiempo, he de reconocer que fue una maldad calculada para comprobar el principio de causalidad. Prometo que si tengo oportunidad no lo volveré hacer. De la misma manera que nunca me he quejado de los desplantes y feos que en esta materia me han hecho siempre de forma continua los chicos de Javier Santamaría cuando era presidente de la Diputación.
Porque el problema no es de protocolo, es de protagonismo, y precisamente aplicando el protocolo de forma estricta es cuando cada uno está en el sitio que le corresponde. Me parece bien que el alcalde de Segovia aplique el protocolo en su estricto término. Él, siempre ha sido elegante y generoso, y mucho más en este acto. Recuerdo en más de dos ocasiones en las que ha invitado a la consejera de Agricultura y Ganadería a acompañarle en este acto religioso. Pero hay que tener en cuenta que no tiene ninguna obligación, y mucho menos cuando de forma persistente se pretende tener un protagonismo que no corresponde.
En ningún momento el alcalde socialista ha ninguneado a ningún político aplicando el protocolo, como algún vocero del PP se ha dado prisa a afirmar. El PP se debiera plantear si esa táctica que utiliza desde hace mucho tiempo de abrumar con la presencia de sus ediles y cargos públicos en los actos religiosos tiene alguna rentabilidad política. A mí me parece de mal gusto: se instrumentalizan actos religiosos con otros fines.
Visto lo visto, y a tenor de las declaraciones y actitudes de los últimos días, el Grupo Municipal Popular vuelve a las andadas. La crispación parece ser su especialidad. Nunca se habla un tema de protocolo, entonces ¿por qué? La razón es muy simple: dar protagonismo a Silvia Clemente. Ella lo necesita estos días más que nunca. Basta ver su agenda y su presencia continúa en Segovia en estas dos últimas semanas, para darse cuenta que quiere ser diputada nacional y encabezar las listas de su partido por Segovia. Si eso es así, ¡viva la elegancia instrumental! Tiempo al tiempo.
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