domingo, 12 de febrero de 2012

Salarios a la baja


La reciente aprobación de la reforma laboral por el Gobierno de PP marca un antes y un después. A partir de ahora el paro deja de ser del PSOE para ser del PP. Los populares han hecho de la reforma su instrumento estrella para sacar a España de la crisis y crear empleo, al margen del modelo productivo y de la estructura económica del país. Una reforma que se va a traducir en una caída drástica del salario medio de los españoles y, a corto plazo, en un importante incremento de desempleo. Ahora es posible llegar a los seis millones de parados, como parece ser que reconocen algunos ministros en privado.

Se trata de una reforma llevada a cabo con premeditación y alevosía. Una reforma cainita con los derechos laborales. Se niega el derecho a la negociación colectiva y se avanza hacia el despido barato y libre. Una reforma escondida, incluso en su presentación, donde se ha vuelto a faltar el respeto al pueblo español al no decirle la verdad; y la mentira se ha convertido para el Sr. Rajoy y los populares en un arma política para enmascarar las malas noticias.

La reforma no solo abarata el despido de una forma torticera y poco clara, ya que parece decir una cosa cuando es la contraria: así, únicamente se respetan los derechos adquiridos en la indemnización por despido y derechos de tramitación de aquellos contratados antes del 84, cuando el texto da a entender que se respeta hasta la fecha de hoy. Conlleva también una quiebra de los derechos laborales. Impone el criterio de los empresarios en las relaciones de trabajo: podrán bajar el sueldo a los trabajadores sin necesidad de acuerdo, simplemente por razones de competitividad y productividad, como se desprende del RD Ley. Con ello se pretende que cuando caiga la actividad el ajuste no se haga por la vía del empleo, sino a través de los salarios, en lugar de potenciar políticas que permitan mejorar la productividad y competitividad de las empresas.

Ante esta reforma contrasta la posición de los líderes sindicales frente a otras reformas laborales emprendidas por el Gobierno socialista, visto lo visto, de guante blanco. En aquellas ocasiones el líder de CCOO se tiró a la yugular, junto a los líderes provinciales de su sindicato, como el de Segovia, que intentó afear la presencia del actual secretario de Organización del PSOE, Óscar López, y del secretario general de Segovia en la manifestación del 1º de Mayo. Ahora, Toxo se permite el lujo de decir “no vamos a entrar al primer trapo que nos pone el Gobierno”; o “lo que menos necesita este país, en este momento, es un profundo conflicto social”. Esto lo dice él, que incentivó la conflictividad social cuando nuestro país estaba al borde del abismo.

Por otra parte, cabe plantearse la inconstitucionalidad de esta norma. ¿La bajada de los salarios tiene un límite? ¿Pueden estar por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI)? ¿Se quiebra el derecho a la negociación colectiva? No está claro. Los sindicatos están ajenos al recorte de derechos. Los socialistas no podemos estarlo, y por eso lo pelearemos en los órganos constitucionales.







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