lunes, 13 de agosto de 2012

El paraíso de la Sierra de Guadarrama

Perderse un día en la Sierra de Guadarrama es una delicia, pero hacerlo varios días es como encontrarse en el paraíso, y eso a pesar de la ola de calor. Para ello conviene madrugar -las primeras horas de la mañana son las más placenteras-, ir en buena compañía y llevarse un buen bocata o una buena fiambrera. Y, sobre todo, no llevar prisa. Como dice mi amigo Juan Cruz: a la sierra se va a disfrutar y aprender, y a no luchar contra el reloj.

La Institución Libre de Enseñanza, encabezada por Francisco Giner de los Ríos, en el s.XIX, ya apreció la necesidad de impulsar en los planes educativos “el amor por la naturaleza”. Sorprende los pocos ciudadanos que disfrutan de la Sierra del Guadarrama, a pesar de su cercanía a la capital de España. Aún así, la sensibilidad hacia la naturaleza es creciente y son cada vez más y más jóvenes los que acuden a pasar un día al Sistema Central. Los esfuerzos en esta dirección nunca son pocos.

La Sierra de Guadarrama, tanto en su vertiente madrileña como segoviana, es un espacio diverso y de una belleza impresionante ecológica y medioambiental. Yo me quedo con La Pedriza, en el Parque Regional del Manzanares, pero los pinares de Valsaín, la Acebeda, el Valle de la Barranca, La Mujer Muerta, Siete Picos o Peñalara son parajes en los que conviene caminar al menos una vez al año. Su belleza y sosiego no solo permiten el deleite de los sentidos, sino que proporcionan el descanso más profundo y el alejamiento del mundanal ruido y sus miserias en el menor tiempo posible. Y todo ello a pesar de la dificultad inherente que presenta alguna de sus rutas.    

Si quieren disfrutar de este paraíso les propongo las siguientes rutas para los próximos 15 días, dando por hecho que se cuenta con una base física mínima. Podemos empezar con una gran caminata entre Rascafría y La Granja de San Ildefonso. La subida al Puerto del Reventón por la vertiente madrileña es llevadera, salvo que las condiciones meteorológicas sean malas. Los 17 kilómetros de Rascafría a La Granja se hacen muy bien en seis horas, incluso saliendo del Monasterio del Paular. Esta ruta permite familiarizarse con la montaña. Por supuesto, el bocata se ha de tomar divisando ya la llanura castellana. La subida al Reventón desde La Granja no deja de ser una buena ruta para hacer piernas. En cuestión de tres horas y un poco más se sube y se baja, que se lo pregunten a mi amigo Chuso, que incluso pudo coger el tren.

La subida a la Silla del Rey desde el aserradero de Valsaín por la Fuente del Chorrete es una buena opción para disfrutar de un mar de pinares y de la majestuosidad de Real sitio de San Ildefonso. Una subida que la disfrutan no solo las personas, sino los animales de compañía. ¡Que se lo pregunten a Levis y a Duna! No solo disfrutaban, sino que nos pastoreaban y bajaban a dar ánimos a las más rezagadas, animándolas así a cubrir el escarpado sendero final. La bajada sombría es un homenaje al esfuerzo.

Peñalara y sus lagunas glaciares, pasando por el Risco de los Claveles, es un clásico que no puede faltar. El paso por la Laguna de Peñalara y Pájaros desde Cotos nos reconcilia con la naturaleza. El Risco de los Claveles es el punto más delicado del recorrido, pero engancha. Quien pasa vuelve y, en mi experiencia, pasan todos los que han venido conmigo. Es una cuestión de confianza. Las vistas maravillosas. Lo peor la bajada desde Peñalara a Cotos para cerrar en círculo la ruta. Siempre se me hace interminable por su aridez y pendiente.

No puede faltar la Acebeda del Río Frío. Veinte kilómetros que nos permiten, en su primer tramo, encontrar los orígenes de la toma de agua del Acueducto. El bocata, en el arroyo de la Acebeda, tras superar el collado del Río Peces. El mar de acebos de la ruta de regreso digno de ver.

El valle de la Barranca por la Senda Ecológica y la Cuerda de las Cabrillas es un homenaje a la vista. ¡Qué paraje tan bonito!, a la vez que sencillo de hacer. El homenaje, en un risco menor al que fácilmente se puede escalar bajo el cobijo del gran Risco de los Emburriaderos (1.859 metros) y en buena compañía, bajo el viento bravío, el piornal, el pino silvestre, la leñosa retama y el enebro rastrero. Y toda una pléyade de buitres surcando el cielo, bajo la atenta mirada de La Maliciosa y el Alto de Guarramillas.

No puede faltar en ningún caso la subida a la Mujer Muerta. Dura, pero nuestra forma a estas alturas nos pide más y más. La salida por la vertiente segoviana es la mejor opción. Salimos del Panorámico, pasamos por el puerto de Pasapán y bajamos por los canchales. Una gozada, aunque la bajada por los canchales se puede hacer muy dura para aquellos que no estén acostumbrados a moverse en equilibrio inestable. Un buen asado en Otero lo puede compensar.

Las caminatas a pie se pueden complementar con rutas en bicicleta. Propongo dos. Una, con salida y vuelta a Segovia, llegando a Cercedilla a través de Valsaín por Robledo, la base de la Camorca, Casarás y la Fuenfría, para regresar por el mismo sitio, con parada obligada en el mirador de Vicente Alexandre. Es una ruta dura, sobre todo si va acompañada de mucho calor. Ha sido mi peor pesadilla estos días. Pero recompensada con la subida por el circo de La Pedriza a través de la curvas en zeta. Una subida de 16,4 kilómetros al cobijo del curso alto del río Manzanares con los Cuchillos al fondo y el Pájaro a la derecha. Una subida en bicicleta que vale la pena, para recoger agua del río bajo la mirada de la Maliciosa y disfrutar un poco más arriba de las excelentes vistas de la Cuerda Larga y todos sus hitos orográficos. ¡Que se lo pregunten a mi amigo Ixin! La bajada a tumba abierta, majestuosa y algo imprudente.

Para otra ocasión nos quedan: Siete Picos por la vertiente madrileña, La Maliciosa, Los Neveros, la Sierra del Quintanar, la Camorca, La Cuerda larga, Montón de Trigo o el Yelmo. La montaña es más que una buena alternativa a la playa, y en la Sierra de Guadarrama más. Mucho más en tiempos de crisis y penuria económica.

Siempre nos quedará la Sierra de Guadarrama.






1 comentario:

Carlos dijo...

Sr Gordo deje la politica y dediquese a guia turistico. Aunque igual no le interesa, porque no le van a pagar ningun plus por hacer rutas en Segovia o en Madrid, ya sabe a que me refiero a que con dos casas en Madrid cobra una tasa por ser Diputado por Segovia, igual que unos cuantos mas. Que poca verguenza.
Me alegro que ademas de ser politico, le de alegria hacer lo que el resto de los humanos y sin coste alguno, eso espero.

Un saludo.
Un segoviano decepcionado.