miércoles, 8 de mayo de 2013

El aborto escora al PP hacia la derecha radical



Basta ver el vídeo de la  intervención de la diputada del PP por Segovia, Sra. Escudero, en el debate sobre el aborto en el Congreso –disponible en esta página- para darse cuenta de que el PP no es ese partido de centro tolerante y de amplias miras que nos vendieron en la campaña electoral. La posición del Gobierno de España sobre el aborto es una buena prueba. Con el nuevo marco normativo que propugna el ministro de Justicia en esta materia, España se aleja de la regulación del resto de Europa y retrocede a viejos prejuicios que erosionan los derechos conquistados de la mujer en los últimos 35  años.

Se siguen así a pies juntillas los postulados del cardenal Rouco Varela. El Gobierno en las políticas de reproducción sexual está cautivo de las líneas de acción que marca el sector más conservador de la Iglesia católica, pero también en otros ámbitos, como es el sector educativo. La recuperación de la asignatura de religión y el impulso de conciertos con los colegios religiosos es una inversión en jóvenes votantes conservadores que asientan y fortalecen  el pensamiento católico y refuerzan el porvenir del PP. Todo ello financiado con fondos públicos.

En una sociedad democrática avanzada, ningún grupo político puede imponer sus valores y creencias a otros. La intervención de la diputada popular tradujo ese desprecio por el pensamiento divergente de la oposición, tanto en la forma como en el fondo. Demonizó  y segmentó a las mujeres españolas en relación a su actitud hacia el aborto en función de su renta o nivel de formación. Hizo un análisis superficial y poco riguroso que denota un desconocimiento de la problemática de la sociedad española en materia reproductiva. La diputada Escudero actuaba, le guste o no le guste, como portavoz del Grupo Parlamentario Popular, aunque en algún momento diera la sensación de que actuaba en clave personal. Solo la vicepresidente Celia Villalobos abandonó el escaño.  

El PP no puede convertir en ‘delito’ lo que, desde sus creencias y valores, considera que es ‘pecado’.  Las mujeres españolas, con la reforma del aborto programada por el Gobierno del PP, estarán bajo el prisma del Código Penal. No se merecen este desprecio, más cuando muchas de ellas han votado al PP de buena fe bajo la premisa de que el Partido Popular compartía la tolerancia y el respeto hacia los derechos de la mujer. Hoy, como hemos podido comprobar, el PP se escora hacia la derecha extrema, y sus diputados faltan a la obligada cortesía parlamentaria y al respeto por el pensamiento divergente.    

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