Rubalcaba ha vuelto a ofrecer a Rajoy, una vez más, la concertación de
un Pacto Nacional por el Empleo. Ya lo hizo a principios de año, cuando los
socialistas presentaron el ‘Pacto de Crecimiento, Empleo y Competitividad’, fundamentado
en el Acuerdo y el Diálogo Social mediante la flexibilización del calendario de
déficit y la relajación de la política monetaria, unido al desarrollo de un
nuevo modelo productivo, fuese capaz de generar crecimiento económico y crear
empleo.
El Pacto proponía medidas a corto plazo, como facilitar el crédito y e
impulsar estímulos para la creación de empleo, en especial, entre las empresa
de menos de 50 trabajadores y los más jóvenes, así como una tarifa plana de Seguridad
Social de 50 euros, durante los seis primeros meses para los emprendedores; y a
largo plazo, mediante el retraso de los objetivos de déficit a 2016 y el
estímulo del autoempleo… En provincias, como Segovia, con un 99 por ciento de
las empresas con menos de 50 trabajadores, su efecto sería muy notable, como
expusimos en rueda de prensa.
La propuesta de este pacto viene precedida de la publicación de la
última EPA y de la tímida presentación del Programa de Estabilidad 2013-2016
por parte del Gobierno. Ambos hitos han contribuido a que los españoles tengan aun
una visión más negra sobre su futuro y la confianza del Gobierno del PP caiga
aún más de lo que estaba. El propio Ejecutivo ha reconocido que el paro crecerá
todavía más hasta el final de la legislatura. Los populares que llegaron a afirmar
que con el sólo hecho de ganar las elecciones se pondría fin a la crisis; que
no les importaba que se hundiese España porque ellos tenían la solución; y que
además podría resolver el problema sin ningún tipo de recortes como los que
practicó Zapatero, al que llegaron a exigir que pidiera perdón a los españoles
por ellos, ahora nos dicen que son impotentes para abordar la crisis. Un
mensaje torpe y que pone de manifiesto la frivolidad y la superficialidad del
PP y sus ministros en la gestión de la crisis, pero también el desprecio hacia
los españoles.
Tender la mano a Rajoy con 6.200.000 parados es una clara manifestación
del sentido de Estado del PSOE y el denostado Rubalcaba. También lo ha hecho el
Rey en el programa ‘Audiencia Abierta’ de RTVE, en el que ha expresado su deseo de un gran pacto contra el paro a través de “pactos,
acuerdos y consensos” que tratará de propiciar entre las instituciones. Una
declaración obligada después de conocer la última encuesta del CIS en la que la
Monarquía no sale muy bien parada.
Pero Rubalcaba ha
ofrecido un segundo Pacto. Un ‘Pacto contra la Pobreza y la Exclusión
Social’. El pasado 7 de abril de este año, ya propuso al Gobierno este Pacto
con la dotación de 1.000 millones de euros para atender las necesidades más
urgentes de niños, mayores y familias. El silencio ha sido la respuesta, pero
la tasa de pobreza crece a un rito muy rápido en nuestro país y la cohesión
social se quiebra por momentos.
EL Programa de Estabilidad 2013-2016 recoge los nuevos pronósticos
oficiales que atrasan la recuperación a 2016, cuando el Gobierno proyecta que
la economía comenzará a crecer por encima del 1 por ciento. Fruto de la
negociación entre España y Bruselas se obtiene más tiempo para cuadrar las
cuentas públicas –tal y como pidió Rubalcaba en ‘El Debate’ televisivo de la
campaña electoral- hasta el 2016 para alcanzar el objetivo del 3,5 por ciento
de déficit público, y el techo de déficit pasa este año del 4,5 por ciento
comprometido al 6,3 por ciento. A cambio, el Ejecutivo de Rajoy ha incluido un
nuevo paquete de medidas de ajuste para este año valoradas en 3.000 millones de
euros. Las paganas serán las políticas activas de empleo y las pasivas, la
sanidad y las políticas sociales.
La austeridad impuesta por la canciller alemana nos puede llevar todavía
más a la ruina social, económica, política e institucional. Hay quienes piensan
que ella y su equipo económico cambiarán de rumbo una vez que se celebren las
elecciones alemanas en otoño. Algunos no lo creemos. Su pangermanismo es claro.
Sólo el débil eje Paris-Roma puede poner a Europa contra las cuerdas que
cristalice en un acuerdo capaz de orquestar un nuevo marco económico y
político, que se vería reforzado ante un buen resultado de la socialdemocracia
europea en las elecciones de la próxima primavera. Pero es una cuestión de fe.
Mientras tanto crece el sentimiento de adhesión en toda Europa por los partidos
totalitarios y la desafección por la política y los políticos. Lo que dará paso,
sin duda, al cuestionamiento de los sistemas democráticos y de las democracias
occidentales. Mientras tanto, países con gobierno de signo conservador como
España y Portugal son meras comparsas sumisas a los intereses de la economía
alemana y la rentabilidad de sus depósitos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario