lunes, 27 de mayo de 2013

Dejar morir el periodismo



“Si se deja morir el periodismo, será como dejar morir nuestra democracia”. Esta afirmación corresponde a los profesionales que día a día se desvelan por hacernos llegar la noticia y la información con veracidad y de forma independiente y objetiva. Sin embargo, lleva visos de convertirse en realidad. La prensa y los medios de comunicación en general están atravesando muy mal momento. Las cifras hablan por sí solas.

Desde el inicio de la crisis económica son más de 70 medios de comunicación los que se han visto abocados al cierre.  Entre ellos, ‘El Adelanto’ de Salamanca, tras 130 años en la calle. La caída de los ingresos de explotación está haciendo estragos. La publicidad en estos últimos cuatro años se ha reducido a la mitad, pero las ventas han caído en el último año más de un 6 por ciento.

Esta situación está arrastrando a una importante pérdida de empleo en el sector. Desde que comenzó la crisis se han perdido más de 8.000 puestos detrabajo, de los cuales casi la mitad se han destruido en el último año. La profesión periodística y el resto de los profesionales de la comunicación sufren un deterioro notable de las condiciones laborales. Las retribuciones son muy bajas y en algún caso indignas, cuando existen, que no siempre se da esa circunstancia.

Los periodistas y profesionales de la comunicación tienen derecho a unas dignas condiciones de trabajo, tanto en lo que se refiere a la retribución, como a las circunstancias materiales y profesionales en las que debe desempeñar su tarea.

La calidad del periodismo se está resintiendo. Hoy, más que nunca, la ciudadanía necesita mecanismos eficaces que garanticen el acceso a una información más veraz, plural y completa. Y, de esta forma, garantizar la posibilidad de ejercer su derecho a la información y a la comunicación

Es necesario manifestar un rechazo frontal a todos los medios de comunicación públicos o privados que anteponen otros intereses espurios al derecho a una información independiente y veraz que necesitan los ciudadanos para ser libres y soberanos.

Se necesita un pacto entre los actores implicados con la implicación, colaboración y apoyo de las diferentes administraciones estatales y órganos institucionales afectados.

No se puede esperar más. El Gobierno debe liderar y abordar la elaboración de un Libro Blanco sobre la situación de la prensa en España en colaboración con las asociaciones sindicales y profesionales del sector. Facilitar la transición tecnológica del sector y elaborar un plan que permita dinamizar el mercado de los profesionales del periodismo y mejorar las condiciones laborales. Y, mientras la crisis muestre sus efectos más violentos, impulsar acuerdos sociales que eviten los despidos en el sector.

El hundimiento de la prensa afecta directamente a los pilares de nuestra democracia, a cuya construcción con ejemplaridad han contribuido los medios de comunicación, y la profesión periodística. ¡No dejemos morir el periodismo! Sin periodistas no hay periodismo. Sin periodismo no hay democracia.

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