Tanto los Presupuestos Generales del Estado como los
de la Junta, en estos momentos en tramitación en el Congreso y en las Cortes de
Castilla y León, presentan un denominador común para Segovia: la falta de
respuesta a los grandes problemas y retos de los segovianos en el momento
actual. Pero, además, carecen de esencia. No van a ninguna parte. Constituyen
la expresión cifrada de un conjunto de proyectos inconexos orientados más a
cubrir el expediente que otra cosa. Se trata en ambos casos de presupuestos
testimoniales.
Los tres grandes problemas con los que se encuentra
la provincia de Segovia en estos momentos son la falta de tejido industrial, la
despoblación de amplias zonas de la provincia y el gran envejecimiento de su población.
A estos hay que sumar los asociados a la garantía del suministro del agua en
calidad y cantidad, así como la mejora de ciertas infraestructuras, en especial
las carreteras, y entre ellas el desdoblamiento de la variante de la ciudad de
Segovia, así como la potenciación de la red eléctrica y de telecomunicaciones.
Ni el Gobierno de España, ni la Junta parecen ser
conscientes de las prioridades de Segovia. El impulso de planes de reindustrialización
o la puesta a disposición del escaso tejido empresarial de líneas de crédito
para abordar proyectos que posibiliten en la provincia que permitan recoger el
valor añadido de la transformación de productos agrarios es absolutamente
necesario para crear empleo y fijar población. Lo mismo ocurre con la necesidad
de revitalizar un gran número de municipios de la provincia que, si no se hace
nada, acabarán desapareciendo, con lo que ello implica. Sin embargo, ninguno de
ambos presupuestos recoge una sola partida para que esto no ocurra.
Ambos presupuestos nos sitúan en el furgón de cola.
Así viene ocurriendo desde que gobierna el PP. A pesar del compromiso y
fidelidad que los segovianos vienen manifestando elección tras elección con los
populares en nuestra provincia, en la que desde hace muchos años gozan de una amplia
mayoría en casi todos los comicios electorales, los populares año tras año no
corresponden en la asignación de inversiones a Segovia al menos desde las
instituciones que gobiernan. Las escasas partidas presupuestarias reproducen,
una vez más, el ‘clientelismo político’ del que viene haciendo gala los
gobiernos actuales de España y la Junta, y que se reproduce también año a año
en la Diputación Provincial. Todos ellos del mismo color. Basta ver las cifras
y comprobar quienes son gran parte de los destinatarios.
Son presupuestos que no tiene credibilidad. La Junta
en estos dos últimos años no ha ejecutado como media el 55 por ciento de las
asignaciones presupuestarias, y las cifras de licitación a fecha de julio de
los presupuestos del estado para Segovia, según SEOPAN, no llegaban al 13 por
ciento. Pero, además, se nos han presentado como sociales. Los recortes en
sanidad y en educación en la Junta son exorbitantes, y los pensionistas
segovianos están viendo cómo se están recortando día a día sus prestaciones. En
este último año dejaron de percibir 6,3 millones de euros, como consecuencia de
la no actualización de sus pensiones, y para el próximo, con los datos del
presupuesto del Estado, perderán 1,25 por ciento de poder adquisitivo. Una
media de 230 euros por pensionista en Segovia.
Los presupuestos del 2014 para Segovia son ‘papel
mojado’, salvo que, en un acto de sensatez, los grupos parlamentarios aceptasen
enmiendas que lo modifiquen para dar respuesta a lo que necesita Segovia.
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