Desde la Transición democrática hasta hoy la
sociedad española no había estado nunca tan dualizada y dividida. No es
casualidad. Es el propio Gobierno el que, con sus políticas y sus recortes de
derechos y libertades, divide día a día a los ciudadanos. El Gobierno actúa como
‘bombero pirómano’. Le interesa. Su pérdida de apoyo social e incapacidad para
hacer frente a la crisis, unida a su fuerte descrédito, le ha llevado a
refugiarse en posiciones extremas para satisfacer y buscar el apoyo de
determinados grupos de interés, como la Iglesia. Prueba de ello es el proyecto
de ley sobre el aborto aprobado en el último Consejo de Ministros bajo la Presidencia de la vicepresidenta del Gobierno. Lo que no les impide, con el
cinismo que viene garantizando su acción de gobierno, aprovechando su poder o
coacción mediático, presentarse ante la opinión pública como el “partido
moderado de centro” que necesita España.
En esta última semana en la que se han cumplido dos
años del Gobierno del PP, entre otros temas,
los españoles han tenido en la agenda política: el registro del la sede del PP
como consecuencia de la trama de financiación ilegal del Caso Bárcenas; la
utilización clientelar de las cajas de ahorro y en particular de Bankia, por
Aznar y su cachorro; el escándalo de los precios de la luz; la vuelta de tuerca
a la reforma laboral; la ruptura del Pacto de Toledo de las Pensiones; la ley
mordaza de la seguridad… ¿Se puede pedir algo más? Nos encontramos ante una
situación de ‘emergencia democrática’. Bajo el paraguas de la mayoría absoluta
y el pretexto de la crisis, el PP está imponiendo a los españoles su modelo
social, político y económico.
En un momento de crisis económica profunda en el que
se requiere más cohesión social que nunca, ante una sociedad diezmada por el
paro, en especial los más jóvenes, el Gobierno del PP está promoviendo
confrontación y división entre los españoles. El proyecto de ley del aborto era
innecesario. Es un ataque frontal a la mujer y a la dignidad de cualquier persona.
Nos devuelve a la España reaccionaria y sumisa. Un recorte de derechos y
libertades que va a generar una fuerte crispación política.
Serán muchas las mujeres que de nuevo tendrán que
abortar en condiciones precarias y con riesgo para su salud. El aborto es un
hecho social. Por mucho que se empeñe Rouco Varela y su Iglesia reaccionaría, a
la cual se arrodilla el Gobierno y el partido del Gobierno, el número de
abortos no disminuirá. Incluso la hipocresía social, como ha ocurrido siempre,
llevará a los que se declaran contrarios a él a replantearse el tema tan pronto
como se encuentran con un embarazo no deseado.
El proyecto de ley va a dualizar tremendamente a la
sociedad española. No solo en el parlamento, sino en la calle. A partir de esta
ley va haber un antes y un después. El PP ha roto el espíritu de consenso de la
Transición. Actúa como un Gobierno reaccionario. Ya lo hizo en la oposición y
sigue en el Gobierno. Se trata de un Gobierno que actúa con claves
decimonónicas y que nos quiere llevar a la cultura de esa época. Un Gobierno
que va a la desesperada, sin hoja de ruta, y que cuenta en sus filas con un
presidente y unos ministros indignos de estar en un Gobierno de España. Un
Gobierno mezquino, frívolo y superficial que día a día con su acción política
intenta dividir a los españoles. Y que solo se interesa por el tactismo
electoral y el futuro de su partido y sus grupos de interés y agentes
electorales, que son muchos.
MI CARTA
ABIERTA A LAS DIPUTADAS DEL PP
Estimadas colegas:
Hemos decidido recurrir a vosotras porque tenéis en vuestras manos gran parte de la libertad y de la dignidad que pretende arrebatarnos el Anteproyecto de Ley de protección a la vida del concebido, aprobado en el último Consejo de Ministros.
Nuestras diferencias políticas no deben ser un obstáculo para que todas acordemos que las mujeres no pueden ser tratadas como personas incapaces ante una decisión tan trascendente para sus vidas como la de ser o no ser madres. Y sé que, al menos eso, lo compartimos todas.
La Ley que pretende aprobarse hace imposible la interrupción del embarazo a las mujeres con escasos recursos, las otras podrán viajar a cualquier país europeo para someterse a esa intervención. Vosotras lo sabéis porque siempre ha sucedido así .Y mucho más ahora que las leyes de plazos o de supuestos muy amplios son mayoría en los estados miembros de la UE, muchos de ellos con gobiernos conservadores. Estoy segura de que esa desigualdad os parece injusta.
Tampoco creo que a muchas de vosotras os parezca aceptable que las mujeres -a las que les ocurra- se vean obligadas a parir hijos con graves malformaciones. Ninguna mujer desea que a ella o a cualquier otra le suceda algo así; y menos aún que otros tomen una decisión que marcará su vida para siempre.
Apelamos a vuestra condición de mujeres sensibles y conscientes de la gravedad del problema del que hablamos. El Proyecto de Ley, tal como salió el viernes del Consejo de Ministros, no es razonable ni respetuoso con las mujeres. Queremos hablar con vosotras y contar con vosotras porque, si se trata de que este disparatado proyecto no se convierta en una ley de la que nos tengamos que arrepentir todos, vuestra contribución puede ser decisiva.
Queremos hacerlo desde el respeto a la conciencia y a la posición política de cada una. Pero esto va más allá de tal o cual partido político: se trata de la dignidad y la libertad de todas las mujeres.
Estamos a tiempo de que el Gobierno reconsidere el Anteproyecto de ley.
Hablemos, por favor. Os necesitamos.
Elena Valenciano.
Estimadas colegas:
Hemos decidido recurrir a vosotras porque tenéis en vuestras manos gran parte de la libertad y de la dignidad que pretende arrebatarnos el Anteproyecto de Ley de protección a la vida del concebido, aprobado en el último Consejo de Ministros.
Nuestras diferencias políticas no deben ser un obstáculo para que todas acordemos que las mujeres no pueden ser tratadas como personas incapaces ante una decisión tan trascendente para sus vidas como la de ser o no ser madres. Y sé que, al menos eso, lo compartimos todas.
La Ley que pretende aprobarse hace imposible la interrupción del embarazo a las mujeres con escasos recursos, las otras podrán viajar a cualquier país europeo para someterse a esa intervención. Vosotras lo sabéis porque siempre ha sucedido así .Y mucho más ahora que las leyes de plazos o de supuestos muy amplios son mayoría en los estados miembros de la UE, muchos de ellos con gobiernos conservadores. Estoy segura de que esa desigualdad os parece injusta.
Tampoco creo que a muchas de vosotras os parezca aceptable que las mujeres -a las que les ocurra- se vean obligadas a parir hijos con graves malformaciones. Ninguna mujer desea que a ella o a cualquier otra le suceda algo así; y menos aún que otros tomen una decisión que marcará su vida para siempre.
Apelamos a vuestra condición de mujeres sensibles y conscientes de la gravedad del problema del que hablamos. El Proyecto de Ley, tal como salió el viernes del Consejo de Ministros, no es razonable ni respetuoso con las mujeres. Queremos hablar con vosotras y contar con vosotras porque, si se trata de que este disparatado proyecto no se convierta en una ley de la que nos tengamos que arrepentir todos, vuestra contribución puede ser decisiva.
Queremos hacerlo desde el respeto a la conciencia y a la posición política de cada una. Pero esto va más allá de tal o cual partido político: se trata de la dignidad y la libertad de todas las mujeres.
Estamos a tiempo de que el Gobierno reconsidere el Anteproyecto de ley.
Hablemos, por favor. Os necesitamos.
Elena Valenciano.
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