El burgalés Luis Tudanca es el nuevo secretario general del PSOE de
Castilla y León. Así lo han decidido democráticamente los socialistas
castellanos y leoneses. Ha contado con el apoyo del 55 por ciento, y ha superado
a la otra candidatura en diez puntos. Luis ha ganado en seis de las nueve
provincias por 672 votos de diferencia. Solo se le han resistido Palencia, y
Soria y Valladolid, por muy pocos votos. En Segovia ha ganado por el 80 por
ciento de los votos. Un gran triunfo, sin duda.
Luis representa el cambio, la renovación generacional y el trabajo en
equipo. Un líder para impulsar un proyecto alternativo al del PP en la Junta,
capaz de dar respuesta a los grandes retos que tiene Castilla y León en este
momento: el desempleo, la despoblación, el envejecimiento, el éxodo juvenil y
la falta de un tejido industrial que tire de la economía y cree empleo, pero que
también fije población de forma equilibrada y cohesionada. Esos son los retos
de Luis, pero también los de todos los castellanos y leoneses que aman su
tierra. Esos a los que después de 25 años de Gobierno el PP ha sido incapaz de
dar respuesta.
Luis conoce bien Castilla y León. Lleva dos legislaturas de diputado
nacional y lideró Juventudes Socialistas en su provincia ocho años, que es una
buena escuela de formación. Estuvo en el equipo de la subdelegada del Gobierno
de Burgos, donde tuve la oportunidad de conocerlo. Durante estos años en el
Congreso no ha hecho más que crecer, y crecer bien. Se acerca muy bien a los
problemas y es capaz de analizarlos y valorarlos de forma sosegada. Es un
diputado trabajador y sensato, que además goza de un valor imprescindible en
política: la humildad. Capaz de integrar posiciones y mirar al futuro. No me
cabe la menor duda de que con ese carácter seguirá avanzando en desarrollo
profesional y será una buena opción a
futuro para Castilla y León.
Ahora a Luis se le plantea el primer reto, constituir un equipo que en
un plazo de tiempo récord le permita construir una alternativa real al PP. No
lo tiene fácil. Tiene que contar con los mejores, los más capacitados y con
perfiles que se adapten al trabajo que tiene que realizar, lejos de cuotas
provinciales u otras pamplinas. Debe evitar errores pasados, pero ser comprometido
y con una gran capacidad de trabajo y especialización. Debe trabajar
coordinadamente con las direcciones provinciales. Y, en la medida de lo posible,
debe constituir un gobierno en la sombra que le permita marcar, hasta alcanzar
el Gobierno de la Junta, las políticas alternativas.
Luis tiene que buscar el camino para superar la cultura de
enfrentamiento en la que se ha encontrado el partido en estos últimos tres
años. Conociendo su carácter, estoy seguro que lo conseguirá, pero no será
fácil. Tendrá que tender la mano, pero sin entregar en ningún momento soberanía
y dejando al margen a todos los que solo saben mirar al pasado y su pasión les
pide venganza. Su ejecutiva tiene que ser un equipo de futuro, no de pasado. Un
equipo que tenga como eje central de actuación el bienestar de los ciudadanos
de esta tierra.
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