El pasado día 8 de octubre tuve la oportunidad de interpelar en la
Comisión consultiva de nombramientos al que con toda seguridad será presidente
de RTVE, el actual director de Telemadrid, D. José Antonio Sánchez. Quedé
impactado. Y predije que este señor nos dará grandes días de gloria, al igual
que estos días nos los está ofreciendo el actual consejero de Sanidad de la
Comunidad de Madrid. Su estilo va muy parejo.
El Sr. Sánchez lo tiene claro. Tan claro como cuando en la Asamblea de
Madrid definió su papel en Telemadrid como el de un “sonajero” al servicio de
Esperanza Aguirre. A RTVE, el nuevo presidente llega con un encargo claro:
hacer de RTVE un medio de comunicación al servicio del PP y adelgazar su
plantilla, cueste lo que cueste como ha hecho en la televisión madrileña.
El futuro nuevo presidente de RTVE representa la vuelta al pasado. Ya
fue director general del entonces Ente público entre 2002 y 2004. Una etapa que
se caracterizó por la pérdida de credibilidad como consecuencia de la
manipulación y el despilfarro, que llevó una deuda acumulada al final de su
mandato de 7.600 millones de euros.
Ahora se da la circunstancia de que a este señor le ponen al frente de
RTVE para hacer frente al problema de endeudamiento de la Corporación y la
fuerte caída de audiencia, como consecuencia de la manipulación. ¡Qué
paradojas! Más cuando en la interpelación quedó muy claro que carece de un
proyecto para relanzar RTVE.
A lo que realmente viene este señor es a convertir a la radio
televisión pública en un medio de comunicación al servicio del PP, ante el
riesgo de poder perder las próximas elecciones. Como “ferviente militante del
PP” que es, su papel es el de comisariado político. El resto da igual, y esa
sensación dio. A la vez que demostró dotes de “caradura”.
El Sr. Sánchez en la anterior etapa de director general de RTVE estuvo
acompañado de Urdaci como director de informativos. La memoria de los españoles
recordará la manipulación y tratamiento informativo de cuestiones como el
Prestige, la guerra del Irak, o la lectura de la sentencia condenatoria en la
que al sindicato CCOO se le presentó en el informativo como “ceceoo”, para que
no se le identificase. Pero de todo ello el auténtico muñidor fue el Sr.
Sánchez, al que a los seis meses los trabajadores del centro le montaron un
“comité contra la manipulación”.
Sánchez llegó a RTVE bajo el auspicio del entonces ministro de Hacienda,
el Sr. Montoro, que se las ingenió para desplazar a González Ferrari, y llega
del mismo brazo. Pero con un encargo: forzar un ERE como ha hecho en
Telemadrid. A lo bestia, aunque eso sí, preservando a los amiguetes y afines al
PP. ¡Qué no nos pase nada! Superficialidad y frivolidad no escasean ni en el
ministro ni en él. ¡Cuidado con el sonajero!
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