lunes, 9 de febrero de 2015

Desnortados



Basta leer la prensa o escuchar cualquier medio de comunicación para constatar la tremenda depresión colectiva por la que atraviesa la sociedad española. Se vuelve a repetir aquella historia que narró la Generación del 98 de nuestro país: Una España en negro y sin perspectivas.

En el pozo hay poca luz, o eso parece, pero lejos de generar pensamiento positivo, ideas y trabajar para recuperar lo mucho perdido, nos hemos resignado a fustigarnos día a día con nuestros problemas y echar la culpa de todo a los políticos. El problema es más profundo que toso eso. Falta confianza en nosotros mismos, y estamos desnortados. No sabemos dónde queremos ir. Nos da miedo el futuro. Y, además, nos fustigamos.

Los medios de comunicación están jugando un papel determinante en esta situación. Ya desde primera hora de la mañana, los matinales de una gran parte de la radiofonía española nos recuerdan desde hace años la desgracia que nos acompaña, y nos bombardean con mensajes negativos. Lo mimo ocurre con la televisión. En especial en las noches de los sábados y los magacines de la mañana. Día a día se retroalimenta la depresión a miles y miles de españoles.

¿Y cuál es la alternativa? Ninguna. Los medios del Gobierno –que son una amplia mayoría- le defienden con entusiasmo absoluto al margen de sus errores o aciertos. En especial los públicos. Y el resto hacen de la crisis su núcleo de acción para ganar audiencia. Para ello cuentan con un periodismo emergente de nuevo cuño, populista y demagogo que amplifica el “caos nacional”. No sin jugar de parte.

Cualquier problema tiene su respuesta. El populismo arrasa. Y los que hasta hace unos días eran antisistema, ahora son potenciales gobernantes que levantan el fervor popular. Los principios son lo de menos. Lo importante es el cambio. El profundizar en un abismo que nos puede llevar a una lisis social. Las soluciones y las propuestas debatidas para salir de la situación en la que nos encontramos es lo menos importante. Lo importante es la crítica, y cuanto más ácida mejor. Carcome más y sobre ella algunos encuentran su mejor plataforma de acción.

La sociedad española necesita encontrar el “norte”. Y eso se hace con trabajo, esfuerzo e ilusión. Dejando fuera a los agoreros. Empujando a los gobiernos de ámbito nacional, autonómicos y locales con críticas constructivas que les permitan competir y mejorar su acción política. Y rehuyendo del populismo oportunista de quienes rezuman odio y rencor, y toda aportación se limita al populismo barato y oportunista, que ha hecho de la crisis su gran baluarte de acción política, junto con su ejército mediático. Ese que ve la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el suyo.

Los españoles necesitamos ilusión y entusiasmo. Y, sobre todo, dar esquinazo a los que nos ofrecen esperanza malsana para hoy, y desastre para el mañana.                 








No hay comentarios: